– Esta bien. Me pondre algo encima. -Se desabrocho los botones de la camisa y observo como el nuevo base de los Bulls perdia un pase antes de apagar la tele y cruzar la habitacion para abrir la puerta.

3

El desprecio de Castora por la moda se extendia tambien a la ropa de dormir. Vestia una camiseta marron de hombre y unos pantalones descoloridos de color negro que se plegaban alrededor de sus es trechos tobillos. No habia nada remotamente sexy en esa ropa, salvo el misterio que ocultaban debajo. El se aparto un poco para dejarla entrar. Olia a jabon simple en vez de a perfume. Dean se dirigio al minibar. - ?Quieres beber algo? Ella solto un grito.

– Oh, Dios mio. ?No seras uno de los que usa esa cosa?

No sabia de que hablaba, pero por si acaso se miro la entrepierna.

Ella, sin embargo, dirigio la mirada al minibar. Dejo caer el bloc de dibujo y adelantandolo con rapidez, agarro la lista de precios.

– Mira esto. Dos dolares y medio por un ridiculo botellin de agua. Tres dolares por una Snicker. ?Una Snicker!

– Estas pagando algo mas que la chocolatina -senalo el-. Pagas por comertela justo cuando quieres.

Pero ella ya habia visto la bolsita de cacahuetes encima de la cama y no se pudo contener.

– Siete dolares. ?Siete dolares! ?Como has podido?

– ?Quieres una bolsa de papel para recobrar el aliento?

– Deberias vigilar la cartera.

Por lo general no lo mencionaria -dijo el-, pero soy rico. -Y, salvo que hubiera un colapso total de la economia americana, siempre lo seria. De nino, el dinero habia provenido de sustanciosas pagas. De adulto, procedia de algo mucho mejor. De su propio trabajo.

– No me importa lo rico que seas. Siete dolares por una bolsita de cacahuetes es demasiado.

Obviamente los problemas economicos de Castora eran mas serios de lo que parecia, pero eso no queria decir que el tuviera que reprimirse en comprarse lo que le diera la gana.

– Vino o cerveza, elige. O elegire yo por ti. De una manera u otra, voy a abrir una botella.

Ella todavia tenia la nariz enterrada en la lista de precios.

– Si me das los seis dolares, fingire que bebo la cerveza.

La cogio por los hombros y la aparto a un lado para poder acercarse al minibar.

– No mires si es demasiado doloroso para ti.

Blue recogio rapidamente el bloc y se dirigio a una silla en el otro extremo de la habitacion.

– Hay mucha gente en el mundo muriendose de hambre.

– No seas aguafiestas.

A reganadientes ella acepto la cerveza. Por suerte para Dean, en la habitacion solo habia una silla, lo que le daba la excusa perfecta para tumbarse en la cama.

– Dibujame como quieras.

Esperaba que ella sugiriese que se desnudara otra vez, pero no lo hizo.

– Ponte comodo. -Dejo la cerveza sobre la moqueta, apoyo el tobillo en la rodilla contraria como hacen los hombres, y sacudio el bloc sobre los desarrapados pantalones negros. A pesar de lo agresivo de su postura, parecia nerviosa. Por ahora, las cosas iban bien.

Dean se apoyo en un codo y termino de desabotonarse la camisa. Habia posado para bastantes fotos de ese estilo en la campana de Zona de Anotacion y sabia lo que le gustaba a las senoras; lo que seguia sin comprender era como podian preferir una foto de el en cueros a una donde lanzaba el balon con una espiral perfecta. Debia de ser una de esas cosas incomprensibles de mujeres.

Un mechon de pelo negro se solto de la coleta siempre despeinada de Castora y le cayo sobre la mejilla mientras miraba fijamente su bloc. Dean se abrio la camisa lo suficiente como para dejar a la vista los musculos que llevaba desarrollando mas de una decada de duro trabajo, pero no tanto como para revelar las recientes cicatrices de su hombro.

– No soy -dijo el- realmente gay.

– Oh, carino, no tienes que disimular conmigo.

– Lo cierto es que… -deslizo el pulgar por la cinturilla de los vaqueros y los bajo un poco mas-, algunas veces, cuando salgo por ahi, el peso de la fama es demasiado para mi, asi que recurro a medidas extremas para ocultar mi identidad. Aunque, para ser justos, no llego nunca a perder la dignidad. No podria, por ejemplo, disfrazarme de animal. ?Tienes bastante luz?

El lapiz se deslizaba sobre el bloc.

– Apuesto lo que sea a que si encontraras al hombre adecuado, no renegarias de tu sexualidad. El amor verdadero es muy poderoso.

Ella todavia queria jugar. Divertido, cambio de tactica.

– ?Y era eso lo que tu sentias por el viejo Monty?

– Amor verdadero, no. Naci sin el cromosoma del amor. Pero si una amistad verdadera. ?Te puedes poner del otro lado?

?Y quedar de cara a la pared? De ninguna manera.

– Tengo la cadera tocada. -Doblo la rodilla-. ?Y todas esas cosas que le decias a Monty sobre la confianza yel abandono eran tonterias?

– Mira, Dr. Phil, estoy tratando de concentrarme.

– No, no eran tonterias, entonces. -Ella seguia sin mirarlo-. Yo me he enamorado media docena de veces. Todas antes de cumplir los dieciseis, pero bueno…

– Seguro que ha habido alguien desde entonces.

– Bueno, de hecho no.

Era algo que volvia loca a Annabelle. Decia que incluso su marido, Heath, un tio duro donde los haya, se habia enamorado una vez antes de conocerla.

Castora extendio la mano.

– ?Por que echar raices cuando el mundo esta a tus pies, no?

– Me esta dando un calambre -dijo el-. ?Te importa que me estire?

No espero respuesta, paso las piernas por encima del borde de la cama. Se tomo su tiempo para ponerse de pie, luego se estiro un poco, contrayendo el abdomen, lo que hizo caer los vaqueros lo suficiente para revelar la parte superior de sus boxers grises de Zona de Anotacion.

Castora se obligo a mantener la vista en el bloc.

Tal vez habia cometido un error tactico mencionando a Monty, pero no podia comprender que alguien con la fuerza de caracter de Castora se pudiera sentir atraida por semejante imbecil. Coloco las manos en las caderas, apartando a proposito la camisa para poder exhibir sus pectorales. Comenzaba a sentirse como un stripper, pero al final ella levanto la vista. Los vaqueros se bajaron un par de centimetros mas y el bloc se le cayo al suelo. Ella se agacho para recogerlo y se golpeo la barbilla ruidosamente con el brazo de la silla. Estaba claro que ella necesitaba algo mas de tiempo para hacerse a la idea de dejarlo explorar sus partes de castora.

– Voy a darme una ducha rapida -dijo el-. Para quitarme el polvo del camino.

Blue deposito el bloc en el regazo con una mano y se abanico con la otra.

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