La puerta del bano se cerro. Blue gimio y bajo el pie a la alfombra. Deberia haber fingido que tenia migrana. O lepra… o cualquier otra cosa para poder escapar a su habitacion. ?Por que no la habia ayudado una amable pareja de jubilados? ?O uno de esos tios dulces y sensibles con los que se sentia tan comoda?

Oyo correr el agua de la ducha. Se la imagino resbalando sobre ese cuerpo de anuncio. El estaba acostumbrado a utilizarlo como un arma, y, como no habia nadie cerca, era ella quien estaba en su punto de mira. Pero con hombres tan lujuriosos como el habia que mantener la distancia.

Tomo un largo trago de cerveza. Se recordo que Blue Bailey no huia. Jamas. Por fuera parecia fragil, como si cualquier ligera brisa pudiera tumbarla, pero por dentro era fuerte y eso era lo que verdaderamente importaba. Asi era como habia sobrevivido a una infancia itinerante.

«?Que importaba la felicidad de una nina, por muy querida que fuera, cuando habia tantos miles de ninas en el mundo amenazadas por bombas, soldados o minas terrestres?»

Habia sido un dia horrible, y los viejos recuerdos hicieron acto de presencia.

– Blue, Tom y yo queremos hablar contigo.

Blue todavia recordaba el descolorido sofa a cuadros del minusculo apartamento que Olivia y Tom tenian en San Francisco y la manera en que Olivia habia palmeado el cojin de su lado. Blue era menuda para ser una nina de ocho anos, pero no lo suficiente como para sentarse en el regazo de Olivia, asi que se habia acomodado a su lado. Tom estaba sentado enfrente y acaricio la rodilla de Blue. Blue los queria mas que a nadie en el mundo, incluida esa madre que no habia visto desde hacia casi un ano. Blue habia vivido con Olivia y Tom desde los siete anos, e iba a vivir siempre con ellos. Se lo habian prometido.

Olivia llevaba su pelo castano claro recogido en una trenza que le caia sobre la espalda. Olia a curry en polvo y a pachuli, y siempre le daba arcilla para que jugara a las cocinitas. Tom era un afroamericano grandote que escribia articulos para periodicos subversivos. Llevaba a Blue al parque del Golden Gate y la montaba a caballito sobre sus hombros cuando salian a la calle. Si tenia pesadillas, iba a su cama y se quedaba dormida con la mejilla apoyada en el hombro calido de Tom y los dedos enredados en el largo pelo de Olivia.

– ?Recuerdas, cielito -dijo Olivia-, que te contamos que en mi utero estaba creciendo un bebe?

Blue lo recordaba. Se lo habian mostrado en unas fotografias de un libro.

– El bebe va a nacer pronto -continuo Olivia-. Eso quiere decir que las cosas van a ser diferentes.

Blue no queria que fueran diferentes. Queria que se quedaran exactamente igual.

– ?El bebe va a dormir en mi habitacion? -Blue tenia por fin una habitacion propia y no queria compartirla.

Tom y Olivia intercambiaron una mirada antes de que Olivia respondiera:

– No, cielito. Es algo mejor. ?Recuerdas a Norris? Nos visito el mes pasado, es la senora que fundo Artistas para la Paz. ?Te acuerdas que nos hablo de su casa en Alburquerque y de su hijo, Kyle? Te ensenamos donde esta Nuevo Mexico en el mapa. ?Te acuerdas de cuanto te gusto Norris?

Blue asintio ignorando su destino.

Pues adivina -dijo Olivia-. Tu madre, Tom y yo lo hemos arreglado todo para que vayas a vivir con Norris.

Blue no lo entendio. Observo sus grandes sonrisas falsas. Tom se froto el pecho por encima de la camisa de franela y pestaneo como si estuviese a punto de llorar.

– Olivia y yo te vamos a echar mucho de menos, pero tendras un enorme patio donde jugar.

Eso no era lo que ella queria. Sintio nauseas y le dieron arcadas.

– ?No! No quiero un patio. ?Quiero quedarme aqui! Me lo prometisteis. ?Dijisteis que podria vivir aqui siempre!

Olivia la llevo a toda prisa al cuarto de bano y le sujeto la cabeza mientras vomitaba. Tom se dejo caer en el borde de la vieja banera.

– Queriamos que te quedaras, pero eso fue antes de saber lo del bebe. Las cosas son ahora mas complicadas por el dinero y eso. En casa de Norris tendras otro nino con quien jugar. Sera divertido.

– ?Tambien aqui tendre un nino con quien jugar! -habia sollozado Blue-. Tendre al bebe. No dejeis que me vaya. ?Por favor! Sere buena. Sere tan buena que no os molestare nunca.

Todos habian acabado llorando, pero al final, Olivia y Tom la habian llevado a Alburquerque en su vieja furgoneta oxidada de color azul y se habian marchado sin despedirse.

Norris era gorda y le enseno como tejer. Kyle de nueve anos le enseno a jugar a las cartas y a la Guerra de las Galaxias y asi un mes siguio a otro. Gradualmente, Blue dejo de pensar en Tom y Olivia y comenzo a querer a Norris y Kyle. Kyle era su hermano secreto y Norris su madre secreta, e iba a quedarse con ellos para siempre.

Entonces, Virginia Bailey, su madre de verdad, regreso de America Central y se la llevo. Fueron a Texas, donde vivieron con un grupo de monjas activistas y pasaban juntas todo el dia. Su madre y ella leian libros, hacian proyectos artisticos, practicaban espanol, y mantenian largas conversaciones sobre cualquier cosa. Pasaba dias enteros sin pensar en Norris y Kyle. Blue comenzo a adorar a su madre y se mostro inconsolable cuando Virginia se fue.

Norris se habia casado otra vez y Blue no podia regresar a Alburquerque. Las monjas se quedaron con ella hasta que termino el ano escolar, y Blue transfirio su amor a la hermana Carolyn. La hermana Carolyn llevo a Blue a Oregon, donde Virginia habia dispuesto que Blue se quedara con una agricultura organica llamada Blossom. Blue se habia aferrado tan desesperadamente a la hermana Carolyn que Blossom tuvo que separarla a la fuerza.

El ciclo comenzo una vez mas, pero esta vez Blue se cuido de tomar afecto a Blossom y cuando se tuvo que marchar, descubrio que no resultaba tan doloroso como las otras veces. Desde entonces, era mas cuidadosa. En cada cambio que siguio, mantuvo la distancia emocional, hasta que, al final, apenas le dolia partir.

Blue miro la cama del hotel. Dean estaba excitado y esperaba que ella le solucionara el problema, pero el no sabia cuan arraigada era su aversion a las relaciones esporadicas. En la universidad habia observado a sus amigas, que al igual que en Sexo en Nueva York, seacostaban con todo aquel que pillaran. Pero en lugar de sentirse bien, habian acabado deprimidas. Blue habia sufrido demasiadas relaciones cortas en su infancia y no queria anadir ninguna mas a la lista. Si no contaba a Monty -algo que no hacia-, solo habia tenido dos amantes, los dos artistas, dos hombres que habian dejado que fuera ella la que llevara la voz cantante. Era mejor de esa manera.

El pomo de la puerta del cuarto de bano se movio. Tenia que actuar con cautela a la hora de tratar a Dean, si no queria que la dejara tirada por la manana. Por desgracia, el tacto no era lo suyo.

El salio del cuarto de bano con la toalla enrollada alrededor de las caderas. Parecia un dios romano que se hubiera tomado un respiro en mitad de una orgia mientras esperaba que le enviaran a la siguiente virgen. Pero cuando la luz le dio de lleno, ella cerro los dedos sobre el bloc. No era una divinidad romana perfectamente esculpida en marmol. Tenia el cuerpo de un guerrero… fuerte, poderoso, y preparado para la batalla.

Dean se dio cuenta de que ella miraba las tres delgadas cicatrices de su hombro.

– Un marido celoso.

Ella no lo creyo ni por un segundo.

– Los peligros del pecado.

– Hablando de pecado… -Su perezosa sonrisa exudo seduccion-. He estado

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