pensando… se hace tarde y somos dos desconocidos solitarios con una cama confortable y no veo mejor manera de entretenernos que hacer uso de ella.

Habia dejado de lado la sutileza para lanzarse directo a la linea de meta. Su hermosa cara y su estatus de deportista le daban mucha seguridad con las mujeres. Ella lo comprendia. Pero ella no era como las otras mujeres. El se acerco mas. Olia a jabon y a sexo. Considero volver a jugar a lo de los gays, pero, ?para que molestarse? Podia pretextar dolor de cabeza y huir de la habitacion, o podia hacer lo que siempre hacia: enfrentarse al reto. Se levanto de la silla.

– Vamos a dejar las cosas claras, Boo. No te importa que te llame Boo, ?verdad?

– De hecho…

– Eres guapisimo, sexy y tienes un cuerpo de infarto. Tienes mas encanto del que deberia tener ningun hombre. Tienes mucho gusto con la musica y ademas eres muy rico. Y simpatico. No creas que no me he fijado. Pero lo cierto es que no me pones.

Dean fruncio el ceno.

– ?Que no te pongo?

Ella intento parecer abochornada.

– No es culpa tuya. Soy yo.

El parpadeo, bastante asombrado. No lo podia culpar. Era indudable que el habia usado eso de «no es culpa tuya, soy yo» miles de veces, y debia de ser desconcertante que alguien empleara esa misma tactica con el.

– ?Estas bromeando, no?

– La verdad lisa y llana es que me siento mas comoda con perdedores como Monty, y no tengo intencion de volver a cometer ese error. Si me acostase contigo… y creeme llevo horas y horas pensandolo detenidamente…

– Nos conocemos hace solo ocho horas.

– No tengo tetas y no soy guapa. Si nos enrollaramos, sabria que solo me estas utilizando porque soy lo unico que tienes a mano y eso me haria sentir muy mal. No quiero tener que volver a pasar por otra depresion, y, francamente, estoy harta de perder el tiempo en instituciones mentales.

La sonrisa de Dean fue calculadora.

– ?Alguna cosa mas?

Ella cogio su bloc junto con la cerveza.

– Eso es todo, eres un hombre que vive para que lo adoren y yo no sirvo para adorar a nadie.

– ?Quien te ha dicho que no eres guapa?

– Oh, no importa. Tengo tanto caracter que si anadimos belleza al coctel seria demasiado. Sinceramente, hasta esta noche, no habia pensado en ello. Bueno, salvo por Jason Stanhope, pero eso fue en septimo.

– Ya veo. -Seguia pareciendo divertido.

Con aire despreocupado, Blue se dirigio a la puerta y La abrio.

– Mira el lado bueno, piensa que te has escapado por los pelos.

– Lo que pienso es que estoy cachondo.

– Por eso las habitaciones de los hoteles disponen de tele por cable. Seguro que encuentras algun canal porno. -Cerro la puerta con rapidez y suspiro con fuerza. El truco para ir por delante de Dean Robillard era mantenerse fuera de su alcance, pero conseguir hacerlo hasta Kansas City no iba a ser facil, como tampoco seria facil saber lo que haria cuando estuviera alli.

Castora debio de trasnochar porque tenia el dibujo listo a la manana siguiente. Espero hasta que hicieron una parada en el autoservicio de una gasolinera de Kansas para darselo. Dean se quedo mirandolo fijamente. No era de extranar que estuviera en la ruina.

Castora contuvo un bostezo.

– Si hubiera tenido mas tiempo te lo hubiera hecho en pastel.

Considerando el estropicio que habia hecho con el lapiz, casi mejor no. Habia dibujado su cara, pero sus rasgos estaban distorsionados: los ojos demasiado separados, el nacimiento del pelo retrasado unos cinco centimetros y le habia endosado algunos kilos de mas, lo que le hacia un hombre mofletudo. Peor aun, ella habia reducido el tamano de su nariz hasta que parecia aplastada contra la cara. Rara vez se quedaba sin palabras, pero el dibujo lo habia dejado sin habla.

Ella le dio un mordisco a un donut de chocolate. -Alucinas, ?verdad? Como habria cambiado tu vida si esa fuera tu cara de verdad.

Fue cuando se dio cuenta de que quizas Castora lo habia hecho mal a proposito. Aunque parecia mas pensativa que satisfecha.

Casi nunca puedo experimentar -anadio ella-. Has sido el modelo perfecto.

Me alegro de haberte sido util -dijo el secamente. Por supuesto, hice otro. -Saco un segundo dibujo de la carpeta que habia llevado al autoservicio y lo tiro despectivamente encima de la mesa, donde aterrizo al lado de un bollo a medio comer. En ese boceto aparecia en la cama, con una rodilla doblada, la camisa abierta y el pecho descubierto, exactamente como habia posado para ella.

– Monisimo, como era de esperar-dijo ella-, pero algo aburrido, ?no crees?

No solo era aburrido, sino vulgar, y su expresion ademas de calculadora era arrogante. Parecia como si hubiera visto a traves de el y a Dean no le gusto. Todavia le costaba creer que ella le hubiera plantado la noche anterior. ?Habria perdido su habilidad con las mujeres? ? O quiza se trataba de un arte que no habia practicado antes? Como las mujeres se dejaban caer directamente en sus brazos, nunca se habia molestado en dar el primer paso. Tendria que ponerle remedio.

Estudio el primer dibujo otra vez, y mientras observaba su cara deformada, comenzo a pensar como habria sido su vida si hubiera nacido con la cara que Castora habia dibujado. Nada de anuncios de Zona de Anotacion, eso seguro. Incluso cuando era nino habia conseguido un monton de cosas gracias a su aspecto. Era algo que sabia en teoria, pero ese dibujo era la prueba patente.

Castora hizo una mueca.

– ?No te gusta? Deberia haber sabido que no lo entenderias, pero pense… bueno, eso no importa ahora. -Se lo quito de las manos.

El lo recupero antes de que ella pudiera destruirlo.

– Me ha tomado por sorpresa, eso es todo. No creo que lo cuelgue encima de la chimenea, pero tampoco me parece tan mal. Me hace pensar. De hecho, me gusta. Me gusta bastante.

Ella lo observo, tratando de adivinar si estaba siendo sincero o no. Cuanto mas estaba con ella, mas curiosidad sentia.

– No me has contado mucho de ti misma -dijo el-. ?Donde te criaste?

Ella se detuvo a punto de darle un mordisco al donut.

– Aqui y alla.

– Venga, Castora. No volveremos a vernos nunca. Cuentame tus secretos.

– Me llamo Blue. Y si quieres conocer mis secretos, tendras que contarme antes los tuyos.

– Te hare un resumen. Demasiado dinero. Demasiada fama. Demasiado guapo. La vida es dura.

Habia tenido intencion de hacerla sonreir. Pero ella se limito a mirarlo tan fijamente que se sintio incomodo.

– Es tu turno -dijo el con rapidez.

Ella se tomo tiempo mientras se comia el donut. Dean sospechaba que estaba decidiendo que contarle.

– Mi madre es Virginia Bailey -dijo-. Es probable que no hayas oido hablar nunca de ella, pero es muy famosa en temas relacionados con la paz.

– ?Relacionada con el pis [2]?

Вы читаете Nacida Para Seducir
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×