sonrisa.

– ?Esta perdida?

Blue intento ganar tiempo.

– Bueno, se donde me encuentro desde el punto de vista geografico, pero, francamente, mi vida ahora mismo es un desastre.

La mujer se rio, fue un sonido bajo y ronco. Habia algo familiar en ella.

– Se lo que quiere decir. -Bajo las escaleras y la sensacion de familiaridad se incremento-. Soy Susan O'Hara.

?Esa criatura sexy y exotica era la misteriosa ama de llaves de Dean? No se lo podia creer.

– Soy Blue.

– Caramba. Espero que sea algo pasajero.

Blue lo supo en ese mismo momento. Mierda. Esa mandibula cuadrada, esos ojos gris azulado, esa mente rapida y esa… mierda, mierda.

– Mi nombre es Blue Bailey -acerto a decir-. Tenian un… ah… mal dia en Angola el dia que naci.

La mujer la miro con interes.

Blue hizo un gesto ambiguo con la mano.

– Y en Sudafrica.

Se oyo los pasos de unas botas en la grava.

Cuando la mujer se giro, la luz del atardecer hizo brillar los mechones dorados de su cabello. Abrio los labios rojos, y aparecieron unas arruguitas alrededor de los ojos. Los pasos se detuvieron bruscamente, y la silueta de Dean se recorto contra el granero, con las piernas abiertas y los brazos en jarras. La mujer podria haber sido su hermana. Pero no lo era. Ni siquiera era su novia si iba a eso. La mujer que poseia esos afligidos ojos azules como el oceano era la madre de la que el habia hablado con tanta brusquedad esa misma manana, cuando Blue le habia preguntado por su familia.

El se detuvo solo un instante, y luego sus botas perforaron la tierra. Ignorando el camino de adoquines desparejos como dientes rotos, cruzo por la hierba demasiado crecida.

– La jodida senora O'Hara.

Blue se quedo pasmada. No podia imaginarse a si misma llamando a su madre con esa fea palabra, no importaba lo enfadada que estuviera con ella. Aunque su madre era inmune a los ataques verbales.

Esa mujer no lo era. Se llevo la mano a la garganta y la luz se reflejo en los brazaletes de sus munecas y en los tres delicados anillos de plata de sus dedos. Pasaron unos segundos. Se dio la vuelta y entro en la casa sin decir nada.

El deslumbrante encanto que Dean desplegaba tan habilmente habia desaparecido. Parecia duro y distante. Sabia que necesitaba privacidad, pero ahora no era momento de eso.

– Si fuera lesbiana -dijo Blue para romper la tension-, intentaria ligarmela.

La mirada atormentada de Dean fue sustituida por el enfado.

– Gracias por nada.

– Solo estoy siendo sincera. Y yo que creia que mi madre llamaba mucho la atencion.

– ?Como sabes que es mi madre? ?Te lo ha dicho ella?

– No, pero el parecido es tan evidente que es dificil equivocarse, aunque debia de tener unos doce anos cuando te tuvo.

– El parecido es solo superficial, te lo aseguro. -Subio las escaleras y se dirigio a la puerta principal.

– Dean…

Pero ya habia desaparecido.

Blue no compartia la intolerancia de su madre contra la violencia -no habia mas que acordarse del reciente contratiempo con Monty-, pero la idea de que esa exotica criatura de ojos heridos fuera una victima le molestaba, y lo siguio al interior de la casa.

Las pruebas de la restauracion estaban por todas partes. Habia una escalera con el pasamanos sin terminar a la derecha, justo al lado de una gran abertura cubierta de plastico que debia de conducir a la sala de la casa. A la izquierda, detras de unos caballetes, estaba el comedor. El olor a pintura y a madera nueva lo invadia todo, pero Dean estaba demasiado concentrado en encontrar a su madre para notar los cambios.

– Creeme -dijo Blue-, comprendo mejor que nadie lo que significa tener problemas graves con tu madre, pero ahora no creo que sea el mejor momento para tratar el tema. ?Podriamos hablarlo antes?

– Ni hablar. -Apartando el plastico a un lado, miro con atencion la sala al tiempo que se oian unos pasos en el piso de arriba. Se dirigio hacia las escaleras.

Blue sabia que aquello no era asunto suyo, pero en vez de hacerse a un lado y dejar que el resolviera sus problemas a su manera, lo siguio.

– Solo digo que creo que necesitas calmarte un poco antes de hablar con ella.

– Largate.

Dean ya habia alcanzado el piso superior con Blue pisandole los talones. El olor a pintura era todavia mas fuerte arriba. Ella se asomo por un lado de su ancha espalda para poder ver el pasillo de forma irregular. No habia ni una puerta, pero, a diferencia del primer piso, esta zona ya habia sido pintada, habian colocados las nuevas lomas de corriente para los apliques de pared y habian pulido los viejos tablones del suelo. Por encima del hombro de Dean, Blue vislumbro un bano que habia sido restaurado con azulejos blancos, un friso de madera, y un lavabo antiguo con griferia de cobre.

La madre de Dean aparecio por el recodo del pasillo llevando en la mano un bolso plateado lleno de papeles.

– No lo lamento -lo miro a los ojos con actitud desafiante-. He trabajado mas que cualquier ama de llaves corriente.

– Te quiero fuera de aqui -dijo el con una voz fria y acerada que provoco en Blue una mueca de desagrado. -En cuanto lo deje todo arreglado. -Ahora. -Avanzo un paso mas por el pasillo-. Esto es una chorrada incluso para ti.

– He hecho un buen trabajo.

– Recoge tus cosas.

– No puedo irme ahora. Manana vendran los carpinteros a rematar la cocina. Y los electricistas y los pintores. No haran nada si no estoy aqui.

– Ese es problema mio -le espeto.

– Dean, no seas estupido. Me hospedo en la casita de invitados. Ni siquiera sabras que estoy aqui.

– No podrias pasar desapercibida ni aunque lo intentaras. Ahora recoge tus cosas y vete de aqui. -Paso junto a Blue y se dirigio a las escaleras.

La mujer lo siguio con la mirada. Mantenia la cabeza alta y los hombros rectos, pero de repente la situacion parecio superarla. El bolso se le cayo de las manos. Se inclino para recogerlo y al momento estaba sentada en el suelo con la espalda apoyada en la pared. No hizo nada dramatico como llorar, pero parecia tan triste que a Blue se le partio el corazon.

La mujer se rodeo las rodillas con los brazos, los anillos de plata brillaron en los delgados dedos.

– Queria crear un hogar para el. Aunque solo fuera una vez.

La madre de Blue nunca habria pensado en nada asi. Virginia Bailey dominaba a la perfeccion los tratados de desarme nuclear y los acuerdos economicos internacionales, pero no sabia nada

Вы читаете Nacida Para Seducir
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ОБРАНЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату