con cortesia para ir a buscar a mi prometida.
Ella lo miro con cautela.
– No vas a dormir aqui.
– Ni tu. Que me maten si le doy la satisfaccion de echarme de mi propia casa.
– Pues aun estas aqui.
– He venido a buscarte. Por si te has olvidado, esos dormitorios no tienen puertas, y no quiero que se sepa que mi amorcito no duerme conmigo.
– En caso de que te hayas olvidado, no soy tu amorcito.
– Por ahora, si lo eres.
– Bueno, parece que te has vuelto a olvidar de mi voto de castidad.
– Jodido voto de castidad. ?Trabajas para mi o no?
– Ya cocino para ti. No finjas que no comes lo que hago. Vi lo poco que quedo de las sobras de anoche.
– Bueno, pues no necesito una cocinera. Lo que necesito es alguien que duerma conmigo esta noche. -La miro por encima de la botella de cerveza-. Te pagare.
Ella parpadeo.
– ?Quieres pagarme para que me acueste contigo?
– Debo decirte que jamas me han acusado de ser tacano.
Ella se llevo la mano al pecho.
– ?Oh! Este es un momento tan glorioso que necesito saborearlo.
– ?Donde esta el problema? -pregunto Dean con inocencia.
– Bueno, para empezar, un hombre al que creia respetar me esta ofreciendo dinero por acostarse conmigo.
– Sigue sonando, Castora. Y deja de pensar mal.
– Ya. ?Como la ultima vez que dormimos juntos?
– No se de que hablas.
– Cuando me desperte me estabas metiendo mano.
– Ya te gustaria.
– Tenias la mano dentro de mis vaqueros.
– Fantasias calenturientas de una mujer hambrienta de sexo.
No dejaria que la manipulara.
– Vete a dormir solo.
Dejo la botella de cerveza sobre el suelo, se apoyo sobre una cadera, y saco la cartera. Sin decir nada, saco dos billetes y los sacudio entre los dedos.
Eran dos billetes de cincuenta.
12
Un monton de indignadas respuestas atravesaron la mente de Blue antes de llegar a la conclusion obvia: podia ser comprada. Cierto, podia salir mal parada, pero ?no era eso parte del juego que estaban jugando? Tener ese dinero en la cartera bien justificaba el riesgo. Ademas le daba la oportunidad de demostrarle exactamente lo inmune que era a sus encantos.
Agarro los billetes.
– Vale, comadreja, tu ganas. -Se metio el dinero en el bolsillo trasero-. Pero solo acepto porque estoy sin blanca y demasiado desesperada. Y porque esa habitacion no tiene puerta asi que no podras ponerte demasiado carinoso conmigo.
– Solo lo necesario.
– Lo digo en serio, Dean. Si intentas algo…
– ?Yo? ?Y tu? -Sus ojos la recorrieron como si fuera nata montada sobre un pastel recien hecho-. ?A ver que te parece esto? Doble o nada.
– ?Que quieres decir?
– Si tu me tocas primero, te quedas sin nada. Si te toco yo, ganas cien mas. Si ninguno de los dos toca al otro, el trato se queda tal cual.
Ella lo penso durante un momento, pero no veia ningun peligro inmediato, a no ser esa mujerzuela que llevaba dentro y a la que podia controlar de sobra si se lo proponia.
– Trato hecho. Pero antes de nada… -No pensaba pasar mas tiempo del necesario con el en ese dormitorio, asi que le birlo la cerveza y se acomodo en el lado opuesto de la cama-. Estas tremendamente resentido con tus padres. Empiezo a pensar que tu infancia fue todavia mas retorcida que la mia.
El froto un dedo del pie contra el tobillo de Blue.
– Pero yo la he superado, y tu aun sigues dando tumbos.
Ella aparto el pie.
– Y de todas las mujeres del planeta, me has elegido a mi para casarte.
– Ah, sobre eso… -se inclino sobre una cadera y volvio a meterse la cartera en el bolsillo-, antes de que se me olvide, por lo visto ahora hemos decidido que iremos a Paris en vez de a Hawai para casarnos.
– ?Y eso?
– Oye, no eres tu la unica que tienes dudas.
– Pobre Dean. Dar esquinazo a todas esas mujeres que te acosan en los bares es un trabajo muy duro, ?verdad? -La pantorrilla de Dean le rozo la pierna-. Una curiosidad, ?por que las evitas?
– No me interesan.
Lo que significaba que estaban casadas o eran viejas.
– ?Fue muy terrible tu infancia?
Seguro que lo habia molestado, porque fruncio el ceno.
– Estuvo bien. Tuve un monton de nineras hasta que fui a uno de los mejores internados. Supongo que te decepcionara saber que no me pegaron ni me hicieron pasar hambre, y encima aprendi a jugar al futbol americano.
– ?Te visito tu padre alguna vez?
El se incorporo y recupero la cerveza.
– Lo cierto es que no quiero hablar de eso.
Ella se rebajo a un poco de sutil manipulacion.
– Si es demasiado doloroso…
– No. Ni siquiera supe que era mi padre hasta los trece anos. Antes pensaba que mi padre era el Boss.
– ?Pensabas que Bruce Springsteen era tu padre?
– Una de las muchas fantasias etilicas de April. Es una pena que no fuera verdad. -Acabo la cerveza y la dejo en el suelo con un tintineo.
– No me la imagino borracha. Ahora es tan controlada. ?Jack supo que eras su hijo desde el principio?
– Oh, si.
– Que chungo. Si April era una drogadicta, ?no se preocupo Jack por su embarazo?
– April se mantuvo limpia durante todo el embarazo. Creo que pensaba que asi el se casaria con ella. Al final no lo hizo, claro. -El se levanto y se calzo los zapatos-. Deja de darle vueltas. Vamonos.
