cortado el pelo, pero ella no seguia la moda. Cuando todas las demas imitaban a Farrah, April habia optado por un corte geometrico que hacia resaltar esos asombrosos ojos azules, y la habia convertido en el centro de atencion.

– Siempre has sido unica en descubrir nuevos talentos -dijo el.

– Ya no lo hago.

– Lo dudo.

Ella soplo para secarse los dedos, otra excusa para no mirarle.

– Si vienes a buscar a Riley, llegas tarde. Se canso y se quedo dormida en uno de los dormitorios de invitados.

Jack apenas habia visto a Riley a lo largo del dia. Durante toda la manana, ella habia seguido a April, y por la tarde se habia ido con Dean en una bicicleta purpura que el habia sacado de la camioneta nueva. Cuando regresaron, tenia el rostro encendido y sudoroso, pero estaba feliz. Deberia haber sido el el que le comprara una bicicleta, pero no se le habia ocurrido.

April metio el pincel en el bote de esmalte.

– Me sorprende que hayas tardado tanto. Podria haberle echado alcohol en su vaso de leche, incluso podia haberle llenado la cabeza con historias de tu sordido pasado.

– Ahora estas siendo presuntuosa. -Apoyo un pie en el escalon inferior-. Anoche me pase de rosca. He venido a disculparme.

– Adelante.

– Creia que acababa de hacerlo.

– Vuelve a intentarlo.

El merecia eso y mas, pero no pudo contener una sonrisa cuando subio los escalones del porche.

– ?Quieres que me humille?

– Para empezar no estaria mal.

– Lo haria, pero no se como. Hace anos que la gente no hace mas que besarme el culo.

– Intentalo.

– Empezare por admitir que tu tenias razon -dijo el-. No se que hacer con Riley. Lo que me hace sentir estupido y culpable, y como tampoco se como resolver eso, me desquite contigo.

– Prometedor. Continua.

– Dame alguna pista.

– Estas muerto de miedo y necesitas mi ayuda esta semana.

– Bueno, eso, tambien. -A pesar de su aire agresivo, el sabia que la habia lastimado. Ultimamente parecia lastimar a todo el mundo. Miro hacia el bosque donde las luciernagas comenzaban a revolotear. La pintura descascarillada le arano el codo cuando se apoyo contra uno de los pilares del porche-. Daria algo por un cigarrillo.

April bajo el pie del asiento y subio el otro.

– Yo no me muero por fumar. Ni por las drogas, si te digo la verdad. Para mi lo dificil es el alcohol. Me aterra pensar que voy a vivir el resto de mi vida sin una copa de vino o un margarita.

– Pero quizas ahora puedas controlarlo.

– Soy alcoholica -le dijo con una honestidad que lo sorprendio-. No puedo volver a beber nada, ni una gota.

En el interior de la casita de invitados, sono el movil de April. Con rapidez, cerro el bote de esmalte y salio disparada para contestar. Cuando la puerta mosquitera se cerro de golpe detras de ella, el metio las manos en los bolsillos. Habia encontrado un par de planos para el porche cubierto. Su padre habia sido carpintero, y Jack habia crecido entre planos y herramientas, pero no podia recordar la ultima vez que habia sostenido un martillo entre las manos.

El miro a traves de la mosquitera la sala vacia y oyo la voz apagada de April. Al diablo con todo. Entro. Ella estaba de espaldas y pegaba la frente en el brazo que apoyaba contra uno de los muebles de la cocina.

– Sabes cuanto me importas -dijo ella en voz tan baja que Jack apenas entendio las palabras-. Llamame manana, ?vale?

Habian pasado demasiadas decadas para volver a sentir la vieja punalada de los celos, asi que centro la atencion en el folleto que habia sobre la encimera. Cuando lo cogio, ella cerro el movil y le senalo el folleto.

– Es de un grupo en el que participo de voluntaria.

– ?Galeria de corazones? No lo conozco.

– Son fotografos profesionales que se ofrecen voluntarios para hacer retratos asombrosos de ninos que esperan ser adoptados. Los exhibimos en galerias locales. Son mas personales que las fotografias identificativas que toman los de Servicios Sociales, y muchos de esos ninos han encontrado una familia que los adopte por medio de las exposiciones.

– ?Cuanto tiempo llevas haciendolo?

– Unos cinco anos. -Regreso lentamente hasta el porche-. Comence llevando la campana de un fotografo que conozco, buscando ropa que reflejara la personalidad de los ninos, ayudandolos a sentirse comodos. Ahora soy yo la que hago las fotos. O por lo menos las hacia hasta que vine aqui. Te sorprenderia cuanto me gusta.

El se metio el folleto en el bolsillo y la siguio hasta el porche. Queria preguntarle por el tio que la habia llamado, pero no lo hizo.

– Me sorprende que no te casaras nunca.

April cogio el esmalte de unas y volvio a sentarse en la silla Adirondack.

– Para cuando madure, habia perdido interes en el matrimonio.

– Me cuesta imaginarte sin un hombre.

– Deja de sonsacarme.

– No estoy sonsacandote nada. Solo digo que me cuesta conciliar a la April de antes con la de ahora.

– Quieres encasillarme -dijo ella con sequedad.

– Supongo.

– Quieres saber si sigo siendo la chica mala responsable de la caida de tantos hombres buenos demasiado debiles para mantener cerrada la cremallera.

– Algo asi…

Ella se soplo el dedo gordo del pie.

– ?Quien era la morena que vino la semana pasada con tu sequito? ?Tu ayuda de camara?

– Una ayudante muy eficiente a la que nunca he visto desnuda. ?Mantienes ahora una relacion seria con alguien?

– Una muy seria conmigo misma.

– Eso esta bien.

April siguio pintandose las unas.

– Hablame sobre Marli y tu. ?Estuvisteis casados cuanto… cinco minutos?

– Ano y medio. La vieja historia de siempre. Yo tenia cuarenta y dos y pense que ya era hora de sentar cabeza. Ella era joven, bella y dulce… o por lo menos eso creia en ese momento. Me encantaba su voz. Todavia me gusta. El infierno no se desato hasta que estuvimos casados, fue cuando descubrimos lo mucho que nos odiabamos mutuamente. Anadire que esa mujer no captaba los sarcasmos. Pero no todo fue malo. Tuvimos a Riley.

Despues de Marli, Jack habia mantenido dos largas relaciones bien aireadas por la prensa. Aunque a el le habian gustado mucho ambas mujeres, siempre faltaba algo, y con un matrimonio fallido a las espaldas, no deseaba volver a cometer el mismo error.

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