asegurarte de que ella este alli. Si Nita se huele algo y se niega a aparecer, habremos perdido el tiempo.
– Estara alli aunque tenga que dispararle y llevarla a rastras.
Tras media docena mas de interrupciones, entre ellas varias de Nita, Blue cubrio las dos puertas que daban al comedor con el plastico que habian usado los trabajadores. Cuando lo habia asegurado, anadio unos carteles donde se podia leer «NO ENTRAR. PELIGRO DE MUERTE». Ya estaba lo suficientemente nerviosa sin tenerlos a todos mirando por encima del hombro.
Al final del dia, habia hecho jurar a todos los miembros de la casa por sus iPods, guitarras,
Por la noche, se acerco al dormitorio de Nita cuando la anciana estaba quitandose la peluca, revelando su pelo corto y cano.
– Hoy he tenido una interesante llamada telefonica -dijo Blue mientras se sentaba en el borde de la cama-. No iba a decirle nada, pero acabara enterandose de todas formas y luego me echara la bronca por no haberselo contando.
Nita se cepillo el pelo. No se habia anudado el kimono y Blue vio que llevaba puesto su camison favorito de raso rojo.
– ?Que tipo de llamada telefonica?
Blue alzo las manos.
– Un monton de idiotas pensaban darle una fiesta sorpresa por su cumpleanos. Pero no se preocupe. Les dije que no se molestaran. -Cogio el ejemplar de la revista
Por una vez, Nita parecio quedarse muda. Blue siguio ojeando las paginas con fingida inocencia. Nita dejo el cepillo sobre el tocador y se ato con rudeza la faja del kimono.
– Podria ser interesante.
Blue oculto una sonrisa.
– Seria un rollo. No se preocupe, ya me encargare de que no la hagan. -Fingio que leia la revista-. Solo porque al fin se hayan dado cuenta de lo mal que se portaron con usted no quiere decir que no pueda seguir ignorandolos.
– Creia que tu estabas de su lado -replico Nita-. Siempre me andas recriminando sobre lo mucho que perjudico a la gente. Se supone que deberia dejarlos abrir esas tiendas en las que nadie comprara nada. O poner un
– No son malos negocios, pero esta claro que, usted es demasiado vieja para comprender la economia moderna.
Nita chasqueo la lengua y luego cargo contra Blue.
– Vuelve a llamarles ahora mismo para decirles que hagan la fiesta. ?Cuanto mas grande mejor! Me la merezco, y ya es hora de que se hayan dado cuenta.
– No puedo hacer eso ahora. Se supone que es una fiesta sorpresa.
– ?Crees que no puedo fingir que estoy sorprendida?
Blue se paso un buen rato discutiendo, y cuanto mas discutia, mas se obcecaba Nita. Eso si que podia considerarse un trabajo bien hecho.
Los murales, sin embargo, eran otra historia. Cada dia que pasaba, Blue se desviaba mas de lo que habia dibujado en los bocetos hasta que finalmente los arranco de las paredes.
A Dean se le ocurrio celebrar el Cuatro de Julio haciendo una excursion a pie por las Smokies con Blue. Con sus largas piernas y su ritmo incansable, tuvo que detenerse en varias ocasiones para esperarla, pero no intento apresurarla en ningun momento. Incluso le aseguro que le gustaba ir a paso lento porque asi no sudaba y no se le estropeaba la gomina. Blue no veia ni una sola gota de gomina en ese pelo dorado, pero el estaba siendo demasiado amable con ella para senalarselo. Odiaba cuando se hacia el simpatico, asi que cuando pararon a almorzar, intento buscar bronca. Dean la empujo sin motivo aparente hacia un area sombreada cerca de una cascada y la beso hasta que ella estuvo demasiado jadeante para pensar con coherencia. A partir de ahi, el tomo ventaja.
– Tu -dijo el con brusquedad-. Contra el arbol.
Los cristales plateados del ultimo y carisimo par de gafas de sol de Dean le devolvieron su imagen, pero la deliciosa amenaza que veia en su boca la hizo temblar.
– ?Que quieres decir?
– Me ha presionado demasiado, senora. Es hora de jugar al juego pervertido de
Ella se humedecio los labios.
– Eso… eh… suena aterrador.
– Oh, y lo es. Por lo menos para ti. Si intentas huir lo lamentaras. Ahora date la vuelta y ponte de cara al arbol.
Blue sintio la tentacion de huir para ponerlo a prueba, pero la idea del arbol era demasiado excitante. Desde el principio habian estado jugando a distintos juegos de dominacion y sumision. Mantenia la perspectiva de las cosas, justo como ella queria.
– ?Que arbol?
– Elige la prisionera. Sera tu ultima eleccion antes de que yo tome el mando.
Ella se demoro demasiado admirando los musculos que se marcaban bajo la camiseta de Dean. El se cruzo de brazos.
– No me hagas tener que repetirtelo.
– Quiero llamar a mi abogado.
– Aqui no existe mas ley que la mia.
El aun podia sorprenderla. Estaba sola con mas de ochenta kilos de macho dominante, y jamas se habia sentido mas segura o mas excitada.
– No me hagas dano.
Dean se quito las gafas de sol y las cerro lentamente.
– Eso dependera de lo buena que seas cumpliendo ordenes.
Con las rodillas temblorosas por la excitacion, Blue se acerco hacia un arce rojo rodeado por una alfombra de musgo. Ni siquiera las salpicaduras de agua de la cascada cercana apagaban su ardor. Cuando acabaran, tendria que recompensarlo del mismo modo, pero por ahora, simplemente se limitaria a disfrutar.
El lanzo a un lado las gafas de sol y la agarro por el codo para dejarla de cara al arbol.
– Pon las manos en el tronco y no las muevas a menos que yo te lo diga.
Blue extendio los brazos sobre su cabeza con lentitud. El aspero roce de la corteza contra su piel aumento la sensacion erotica de peligro.
– Eh… ?de que va todo esto, senor?
– De la reciente fuga en la prision de maxima seguridad de mujeres al otro lado de las montanas.
– Ah, eso. -?Como podia un famoso deportista tener tanta imaginacion?-. Pero yo no soy mas que una excursionista inocente.
– Entonces no le importara si la registro.
– Bueno, pero solo para probar mi inocencia.
– Una chica sensata. Ahora separe las piernas.
Ella abrio lentamente sus piernas desnudas. El se arrodillo detras de ella y se las acabo de separar con brusquedad. La barba de tres dias de Dean rozo el interior del muslo de Blue mientras le bajaba los calcetines y le rodeaba los tobillos con los dedos. Le masajeo con el pulgar el hueco justo debajo del