– Tu tienes estilo, Dean. Esta casa es masculina. Todo en ella lo es. Sabes lo poco que pegan aqui esos murales.

– Cierto, no pegan nada, pero son increiblemente hermosos. -«Igual que tu»-. ?Te he dicho ya lo asombrosa que eres?

Ella le escruto la cara. Siempre habia tenido habilidad para calarlo, y la expresion de Blue se volvio gradualmente interrogativa.

– Te gustan de verdad, ?no? No lo dices solo porque tengas buen corazon.

– Jamas te mentiria sobre una cosa tan importante. Son maravillosos. Tu eres maravillosa. -Comenzo a besarla… en los ojos, en la curva de la mejilla, en los labios. Los murales lanzaron un hechizo sobre ellos, y pronto la apreto contra su cuerpo. La tomo en brazos y la llevo fuera, moviendose de un mundo magico a otro… hacia el refugio que era la caravana gitana. Bajo las vides y las flores de fantasia, hicieron el amor. En silencio. Con ternura. Todo era perfecto. Finalmente, Blue era suya.

La almohada vacia a su lado a la manana siguiente era el resultado de no haber dispuesto la instalacion de esa letrina portatil de Porta Potti. Dean se puso los pantalones cortos y la camiseta. Blue debia de haber ido a hacer cafe. Tenia intencion de tomarselo sentado en el porche con ella mientras hablaban de lo que harian el resto de sus vidas. Pero cuando atravesaba el patio, vio que el Corvette rojo no estaba. Se apresuro a entrar en la casa y rapidamente contesto al telefono que sonaba en ese momento.

– ?Vente para aca ahora mismo! -grito Nita cuando respondio-. Blue piensa marcharse.

– ?De que esta hablando?

– Nos mintio al decirnos que se iba el lunes. Durante todo este tiempo planeaba marcharse hoy. Chauncey Crole la llevo a recoger el coche de alquiler, y ahora mismo esta cargando sus cosas en el coche. Sabia que algo no encajaba. Ella estaba…

Dean no espero a escuchar el resto.

Quince minutos mas tarde, entraba en el callejon detras de la casa de Nita dando un frenazo que hizo saltar los cubos de basura que estaban delante del garaje. Blue estaba metiendo sus cosas en el maletero de un Corolla ultimo modelo. A pesar del calor, llevaba puesta una camiseta negra sin mangas, unos vaqueros y las botas militares. Dean no se habria sorprendido ni aunque la hubiera visto con un collar de puas en torno al cuello. El unico toque femenino que aun conservaba era ese corte de pelo vaporoso. Salio de la camioneta de un salto.

– Gracias por despedirte.

Ella dejo caer una caja con sus utensilios de pintura en el maletero. El asiento trasero ya estaba cargado.

– Me harte de decir adios cuando era nina -dijo ella con frialdad-. Y me niego hacerlo ahora. Por cierto, te alegrara saber que me ha venido la regla.

Dean jamas habia lastimado a una mujer en su vida, pero ahora mismo tenia unas ganas locas de sacudirla hasta que le castanearan los dientes.

– Estas como una cabra, ?lo sabes, no? -Se cernio sobre ella-. ?Te quiero!

– Bueno, bueno, yo tambien te quiero. -Metio la bolsa en el maletero.

– Lo digo en serio, Blue. Estamos hechos el uno para el otro. Deberia habertelo dicho anoche, pero estabas tan jodidamente nerviosa que quise preparar el terreno para que no salieras corriendo.

Ella se planto una mano en la cadera intentando parecer dura, pero sin conseguirlo.

– Di la verdad, Dean. No me amas.

– ?Tanto te cuesta creerlo?

– Pues si. Tu eres Dean Robillard, y yo soy Blue Bailey. Tu vistes ropa de marca, y yo soy feliz con cualquier cosa del Wall-Mart, Soy una perdedora, mientras que tu tienes una carrera brillante ?Necesitas oir mas? -Cerro de golpe el maletero.

– Esas son solo cosas superficiales y sin sentido.

– Seguro. -Saco unas gafas de sol baratas del bolso que habia dejado sobre el capo y se las puso con rapidez. La bravuconeria de Blue flaqueaba y le temblo el labio inferior-. Tu vida ha dado un vuelco este verano, Boo, y yo solo fui la chica de turno que te ayudo a afrontarlo. No niego que he disfrutado cada minuto de las ultimas siete semanas, pero nada de esto ha sido real. Solo ha sido otra version de Alicia en el pais de las Maravillas.

Dean odiaba sentirse impotente y contraataco.

– Creeme, conozco la diferencia entre la realidad y la fantasia mejor que tu a juzgar por los murales del comedor. ?Y encima ni siquiera te has dado cuenta de lo buenos que son!

– Gracias.

– Blue, tu me amas.

Ella apreto la mandibula.

– Estoy loca por ti, pero no estoy enamorada.

– Si, lo estas. Pero no tienes agallas para reconocerlo. Blue Bailey perdio el valor hace mucho tiempo.

El espero el contraataque de Blue, pero ella inclino la cabeza y hundio la punta de la bota en la grava del suelo.

– Soy realista. Algun dia me lo agradeceras.

Todo el descaro y la desfachatez de Blue habian desaparecido. Todas sus bravatas se habian desvanecido en el aire. En su lugar, mostraba lo que llevaba en el interior: falta de confianza y vulnerabilidad. El se esforzo por intentar recuperar la calma, pero no lo consiguio.

– Yo no puedo hacer esto por ti, Blue. O tienes el valor de arriesgarte o no lo tienes.

– Lo siento.

– Si te vas, no ire detras de ti.

– Ya supongo, lo entiendo.

Dean no podia creer que ella estuviera haciendo eso. Mientras la observaba subir al coche, esperaba que reuniera el suficiente valor y se quedara, pero Blue no dudo en poner el coche en marcha. Un perro ladro a lo lejos y ella salio del callejon dando marcha atras. Una abeja zumbo hacia el desde las malvas mientras el coche se alejaba.

Siguio esperando a que se detuviera. A que diera media vuelta en el ultimo momento. Pero no lo hizo.

La puerta trasera de la casa se cerro ruidosamente y Nita bajo las escaleras, haciendo ondear la bata sobre un camison rojo. El se subio a la camioneta antes de que le diera alcance. Un pensamiento horrible cruzo por su mente. Intento ignorarlo, pero mientras aceleraba callejon abajo, aquel pensamiento se hizo mas persistente. ?Y si Blue le habia dicho la verdad? ?Y si era el unico que se habia enamorado?

?Seria cierto? Se pregunto Blue mientras recorria la calle de la iglesia por ultima vez. ?Estaba comportandose como una cobarde? Se quito las gafas de sol y se enjugo los ojos con el dorso de la mano. Dean creia que la amaba, o jamas se lo habria dicho. Pero muchas personas le habian dicho que la amaban, y ninguna habia dudado en abandonarla. Dean no seria la excepcion. Los hombres como el no se enamoraban de mujeres como ella.

Blue habia sabido desde el principio que estaba jugando con fuego y aunque habia puesto el maximo empeno en mantener a raya sus emociones, al final habia entregado su corazon. Tal vez algun dia sus palabras de amor se convertirian en un dulce recuerdo, pero ahora eran como un cuchillo clavado en el corazon.

Las lagrimas comenzaron a rodar libremente por sus mejillas. Ella no podia

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