olvidar sus palabras daninas: «Blue Bailey perdio el valor hace mucho tiempo.»
Dean no la entendia. A pesar de lo mucho que Blue se habia esforzado, nadie la habia amado lo suficiente como para continuar a su lado. Nadie.
Inspiro profundamente mientras sobrepasaba el letrero de salida del pueblo a toda velocidad. Busco a tientas un panuelo de papel en el bolso. Mientras se sonaba la nariz, miro friamente en su interior y vio a una mujer a la que le daba miedo tomar las riendas de su vida.
Aminoro la marcha. No podia abandonar el pueblo. Dean podia ser muchas cosas, pero no tenia un pelo de tonto. Y no le entregaba su corazon a cualquiera asi como asi. ? Le daba miedo aceptar su amor, o estaba siendo demasiado realista?
Se dispuso a dar la vuelta en la carretera cuando oyo la sirena de un coche policia.
Una hora mas tarde, miraba sobre el escritorio de acero gris al jefe de policia, Byron Wesley.
– No he robado ese collar de diamantes -dijo ella por centesima vez-. Nita lo metio en mi bolso.
El jefe miro por encima de la cabeza de Blue hacia la television, donde se estaba emitiendo la rueda de prensa de los Meets.
– ?Por que iba a hacer algo asi?
– Para que no me marche de Garrison. Ya se lo he dicho. -Blue golpeo el escritorio con el puno-. Quiero un abogado.
El jefe se saco el palillo de la boca.
– Hal Cates juega al golf todos los domingos por la manana, pero puedes dejarle un mensaje.
– Hal Cates es el abogado de Nita.
– Es el unico abogado del pueblo.
Por lo que a Blue no le quedaba otra alternativa que llamar por telefono a April.
Pero April no le cogio el telefono, y Blue no tenia el numero de Jack. Nita era quien la habia hecho detener, asi que no creia que estuviera dispuesta a pagar la fianza. Solo quedaba Dean.
– Encierreme -le dijo al jefe de policia-. Necesito tiempo para pensar.
– ?Vas a ir hoy a ver a Blue? -le pregunto Jack a Dean la tarde del lunes, un dia despues del arresto de Blue, mientras estaban subidos a unas escaleras de mano pintando el granero de blanco.
Dean se enjugo el sudor de la frente.
– No.
April lo miro desde el suelo, donde estaba pintando el marco de la ventana. El gran panuelo rojo que se habia atado a la cabeza estaba salpicado de pintura blanca.
– ?Estas seguro de que sabes lo que haces?
– Segurisimo. Y no quiero hablar de ello. -Porque no estaba seguro en absoluto. Solo sabia que Blue no habia tenido valor para quedarse. Si Nita no la hubiera detenido, a esas horas ya habria recorrido medio pais. Cuando Dean se levanto esa manana habia tenido que decidir entre emborracharse hasta perder el conocimiento, o pintar ese condenado granero hasta estar tan cansando que no pudiera moverse.
– La echo de menos -dijo Jack.
Dean se cargo una telarana con la brocha. A pesar de todo lo que el le habia dicho, ella se habia marchado.
Riley metio baza desde el suelo.
– Pero Dean y Blue no son los unicos que han tenido una pelea. April y tu tambien habeis discutido, papa.
Jack siguio pintando y sin apartar la mirada dijo:
– April y yo no hemos discutido.
– Yo creo que si-dijo Riley-. Apenas os habeis dirigido la palabra desde ayer, y nadie quiere bailar.
– Estamos pintando -dijo April-. No se puede estar bailando todo el rato.
Riley fue directa al grano.
– Creo que deberiais casaros.
– ?Riley! -April, que jamas se avergonzaba por nada, se puso colorada como un tomate. Sin embargo la expresion de Jack era ilegible.
Riley continuo.
– Si os casarais, Dean no seria un… ya sabeis… -susurro- un bastardo.
– Tu padre si que es un bastardo -exploto April-. No Dean.
– Eso no ha sonado muy bien. -Riley recogio a
– April esta loca por mi-dijo Jack, sumergiendo el rodillo en la lata de pintura que habia junto a la escalera-. Esta enfadada porque le pedi una cita.
Dean se obligo a dejar su sufrimiento a un lado y miro a Riley.
– Vete.
– No quiero.
– Tengo que hablar con ellos -dijo el-. Cosas de adultos. Te lo contare todo mas tarde. Te lo prometo.
Riley se lo penso un momento, y luego se fue con
– No quiero salir con el -siseo April cuando Riley desaparecio-. No es mas que otro burdo intento para llevarme a la cama… ?De verdad parezco tan irresistible?
– Por favor. No delante del nino -dijo Dean haciendo una mueca.
April apunto a Jack con la brocha, y un chorrito de pintura le cayo por el brazo.
– A ti te gustan los retos, y eso es lo que yo soy para ti. Un reto.
A pesar de lo chocante que resultaba oir hablar de la vida sexual de sus padres -o la falta de ella-, Dean tenia un papel en esa conversacion y se obligo a no moverse de alli.
– El verdadero reto -dijo Jack-, seria lograr que te olvidaras del pasado.
Aquello dio pie a toda clase de improperios, los dos estaban tan preocupados por defenderse que no percibian el dano que le hacian al otro, pero Dean si se daba cuenta. Se bajo de la escalera de mano. El que su vida estuviera del reves no queria decir que no supiera lo que era mejor para otras personas.
– Significaria mucho para mi que en realidad os gustarais -dijo-, pero supongo que eso es problema mio. Se que no quereis hacer que me sienta como un error, aunque sera algo que tendre que asumir con el tiempo.
Era una treta pesima y Blue no habria picado, pero ella estaba encerrada en la carcel municipal por robar un collar que la propia Nita le habia metido en el bolso, y estas dos personas que tenia delante rezumaban culpabilidad por todos los poros.
– ?Un error? -exclamo April, dejando la brocha a un lado-. No puedo permitir que te sientas como un error.
Jack se bajo de la escalera y se coloco a su lado; de repente, los dos estaban del mismo bando.
– Tu has sido un milagro, no un error.
Dean se froto la pintura de la mano.
– No se, Jack. Cuando los padres de uno se odian…
– Nosotros no nos odiamos -grito Jack-. Ni siquiera llegamos a odiarnos en