Holly Grace se abrio camino primero; despues Francesca, agarrando a Teddy de la mano. Holly Grace se precipito hacia Dallie con sus largas piernas, unas piernas que eran famosas desde el instituto de Wynette, las piernas de diseno americano veloces y bellas.

Holly Grace corrio hacia el hombre al que habia querido mas o menos toda su vida, pero se paro en seco cuando vio esos ojos azules pasar sobre ella y detenerse en Francesca. Un espasmo de dolor subio por su pecho, un sentimiento de angustia, y luego el dolor se alivio cuando sintio como por fin le dejaba ir.

Teddy le dio un codazo, no exactamente feliz de participar en tal extravagante escena. Holly Grace paso el brazo alrededor de sus hombros, y ambos miraron como Dallie levantaba a Francesca del suelo, cogiendola por la cintura para que su cabeza estuviera mas alta que la suya.

Por una fraccion de segundo, ella se quedo asi, inclinando su cara al sol y riendose al cielo. Y luego ella lo beso, acariciando la cara con su pelo, golpeando sus mejillas con el bamboleo alegre de sus tontos pendientes de plata. Sus pequenas sandalias rojas se deslizaron de los dedos del pie, equilibrando una de ellas en su zapato de golf.

Francesca fue la primera en girarse, buscando a Holly Grace entre la muchedumbre, ofreciendole el brazo. Dallie dejo a Francesca en el suelo sin soltarla y le ofrecio su brazo, tambien, para que Holly Grace se pudiera unir.

El las abrazo a ambas… estas dos mujeres que significaban todo para el, una el amor de su ninez, la otra el amor de su madurez; una, alta y fuerte, la otra pequena y frivola, con un corazon de malvavisco y una espina dorsal de acero templado.

Los ojos de Dallie buscaron a Teddy, pero hasta en su momento de victoria, vio que el muchacho no estaba listo y no lo presiono. Por ahora era suficiente con intercambiar sonrisas.

Un fotografo de la agencia de informacion UPI capto la imagen que seria portada de las primeras paginas de la seccion de deportes de todos los periodicos nacionales al dia siguiente…un jubiloso Dallie Beaudine levantando del suelo a Francesca Day mientras Holly Grace Beaudine estaba de pie a un lado.

Francesca tenia que estar en Nueva York a la manana siguiente, y Dallie tenia que realizar todos los deberes que recaian en el ganador inmediatamente despues de un gran campeonato.

Por consiguiente, su tiempo juntos despues del torneo era demasiado corto y sobre todo publico.

– Te llamare -le dijo el mientras se lo llevaban en volandas.

Ella sonrio en respuesta, y luego la prensa lo engullo.

* * *

Francesca y Holly Grace viajaron juntas a Nueva York, pero su vuelo iba con retraso y no llegaron a la ciudad hasta tarde. Era medianoche pasada cuando Francesca metio a Teddy en la cama, muy tarde para esperar una llamada de Dallie.

El dia siguiente, asistio a una reunion informativa sobre la proxima ceremonia de entrega de ciudadania en la Estatua de la Libertad, un almuerzo para periodistas, y dos reuniones mas. Dejo varios numeros de telefono a su secretaria, para que pudiera localizarla en cualquier parte, pero Dallie no llamo.

Mientras abandonaba el estudio, se iba cociendo en una salsa de profunda indignacion. De acuerdo, el habia estado ocupado, pero seguramente podria haber robado unos minutos para llamarla.

A no ser que hubiera cambiado de idea, le susurro una voz interior.

A no ser que el no hubiera hablado en serio.

A no ser que ella hubiera interpretado mal sus sentimientos.

Consuelo y Teddy no estaban cuando llego a casa. Dejo el bolso y el maletin, se quito fatigosamente la chaqueta y camino por el pasillo hacia su dormitorio, solo para pararse en la puerta. Un trofeo de plata y cristal de casi un metro de alto estaba colocado en el centro de su cama.

– ?Dallie!

El salio del cuarto de bano, el pelo todavia mojado de la ducha, una de sus mullidas toallas rosas alrededor de sus caderas. Sonriendole abiertamente, levanto el trofeo de la cama, camino hacia ella, y lo deposito a sus pies.

– ?Era esto lo que tenias en mente?

– ?Eres un desgraciado! -Ella se lanzo a sus brazos, casi golpeando el trofeo en el proceso. -?Te quiero, maravilloso e imposible desgraciado!

Y luego el la beso, y ella lo beso, y estaban abrazados tan fuerte el uno al otro que parecia como si la fuerza vital de un cuerpo pasara al otro.

– Maldicion, te amo -murmuro Dallie-. Mi pequena y dulce Pantalones De Lujo, conduciendome casi hasta la locura, fastidiandome a muerte.

El la beso otra vez, un beso largo y lento.

– Seguramente seas casi la mejor cosa que alguna vez me paso.

– ?Casi? -murmuro ella contra sus labios-. ?Cual es la mejor?

– Nacer tan guapo.

Y la beso otra vez.

Hicieron el amor con risas y ternura, con nada prohibido, nada que esconder. Despues, se pusieron cara a cara, sus cuerpos desnudos pegados, para susurrarse secretos el uno al otro.

– Pense que iba a morir -le dijo el-. Cuando digiste que no te casarias conmigo.

– Y yo pense que iba a morir, cuando digiste que no me querias.

– He tenido siempre tanto miedo. Tenias toda la razon en eso.

– Tenia que tener lo mejor de ti. Soy una persona miserable, egoista.

– Eres la mejor mujer del mundo.

El comenzo a hablarle de Danny y Jaycee Beaudine y el sentimiento de que no iba a llegar a nada.

Era mas facil no intentarlo siquiera, habia descubierto, que dejar en evidencia todos sus defectos.

Francesca dijo que Jaycee Beaudine parecia una persona completamente odiosa y Dallie deberia haber tenido suficiente sentido comun para darse cuenta que todas sus opiniones no podian ser demasiado fiables.

Dallie se rio y la beso otra vez antes de preguntarla cuando se casaban.

– He ganado en buena lid. Ahora te toca pagar.

* * *

Estaban ya vestidos y sentados en la sala de estar cuando Consuelo y Teddy volvieron varias horas mas tarde. Venian de pasar una maravillosa tarde en el Madison Square Garden, donde Dallie les habia enviado antes con un par de entradas de primera fila para ver el Mayor Espectaculo del Mundo.

Consuelo observo las caras ruborizadas de Francesca y Dallie y no la enganaron ni por un minuto sobre lo que habian estado haciendo mientras Teddy y ella estaban viendo los tigres domesticados de Gunther Gebel-Williams. Teddy y Dallie se miraron el uno al otro cortesmente, pero con cautela.

Teddy estaba todavia bastante seguro que Dallie solo fingia quererlo para estar con su mama, mientras Dallie intentaba calcular como deshacer todo el dano que habia cometido.

– Teddy, ?te gustaria acompanarme a la cima del Empire State Building manana despues de la escuela? Podrias ensenarmelo.

Por un momento Dallie penso que Teddy iba a rechazarle. Teddy recogio su programa de circo, lo enrollo en un tubo, y soplo por el con una elaborada sencillez.

– Supongo que esta bien -se puso el tubo como un telescopio y miro por el-. Pero despues de ver el capitulo de los Goonies en la television por cable.

* * *

Al dia siguiente los dos estaban en la plataforma de observacion. Teddy parado mucho mas atras del metal protector colocado en el borde porque las alturas le hacian marearse. Dallie directamente a su lado porque a el no le atraian las alturas tampoco.

– El dia no es bastante claro hoy para ver la Estatua de la Libertad -dijo Teddy, senalando hacia el puerto-. A

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