tranquilizador.

Dejo a un lado la botella de whisky y se acomodo en la tumbona. Lentamente, sus ojos se cerraron. Muy tranquilizador…

Isabel corto un trozo del pecorino anejo que habia comprado en el pueblo. Era el queso de cabra mas apreciado por la gente de la Toscana. Mientras contaba el dinero para pagar, la dependienta le habia entregado un pote de miel.

– Miel con queso -dijo-. Tipico de la Toscana.

Isabel no podia hacerse a la idea, pero ?por que no intentaba ser menos rigida? Dispuso el queso y la miel sobre un plato de ceramica, asi como una manzana. Todo lo que habia probado ese dia eran las pocas uvas arrancadas de vuelta de la villa, hacia tres horas. Su encuentro con Gage le habia quitado el apetito. Quizas un poco de comida la haria sentir mejor.

Encontro media docena de servilletas de lino en un cajon. Cogio una y ordeno las otras en una pila. Ya habia deshecho las maletas y organizado el lavabo. Aunque apenas eran las cuatro de la tarde, abrio la botella de Chianti Clasico que habia comprado en el pueblo. El unico chianti que podia llevar la denominacion classico, segun le habian contado, era el elaborado con uvas de la region de Chianti, a unos cuantos kilometros al este de alli.

Encontro vasos en el armario. Saco uno, lo lleno de vino y, cargada con todo, salio al jardin.

Noto los delicados aromas del romero y la dulce albahaca procedentes del sendero de grava mientras se dirigia a la vieja mesa y se sentaba a la sombra del magnolio. Dos de los tres gatos del jardin se le acercaron. Se acomodo y contemplo las colinas. Los campos cultivados, de un color entre marron y gris por la manana, eran ahora, al sol de la tarde, de color lavanda. La vista era preciosa.

Al dia siguiente empezaria a seguir la agenda prevista para los dos meses siguientes. No necesitaba revisar las notas para recordar lo que habia planificado para aquellos dias.

Despertarse a las seis

Oracion, meditacion, agradecimiento y afirmaciones diarias

Yoga o paseo energico

Desayuno ligero

Tareas de la manana

Trabajar en un nuevo libro

Almuerzo

Pasear, mirar escaparates o cualquier otra actividad placentera (ser impulsiva)

Revisar lo escrito por la manana

Cena

Lectura inspiradora y tareas de la noche

En la cama a las diez

?No olvides respirar!

No le preocupaba no tener ni idea de la clase de libro que pensaba escribir. Por eso tenia que quedarse alli, para desbloquear sus canales mentales y emocionales.

El vino tenia cuerpo y un toque afrutado, y se difuminaba en la lengua. Al reclinarse hacia atras para saborearlo, se percato de la capa de polvo que cubria el marmol de la mesa. Se puso en pie y volvio a la casa en busca de un trapo. Cuando la limpio, se sento de nuevo.

Inspiro el aroma del vino y el romero. A lo lejos, una carretera dejaba un palido y borroso trazo sobre la colina. Que hermoso lugar… Y pensar que el dia anterior ella no queria estar alli.

En lo alto de la colina, a la derecha, Isabel vio lo que parecia parte de una villa, aunque los restos del muro y la torre de vigilancia estaban en ruinas. Sintio el impulso de ir por sus pequenos binoculares, pero entonces se recordo que tenia que permanecer relajada.

Respiro hondo, apoyo la espalda en la silla y se adentro en su interior en busca de satisfaccion.

No la hallo.

– Signora!

Aquella alegre voz pertenecia a un joven que se acercaba atravesando el jardin. Debia de andar por la treintena, y era delgado. Otro guapo italiano. Cuando se acerco, aprecio sus suaves ojos pardos, su sedoso cabello negro recogido en una coleta y su larga y bien perfilada nariz.

– Signora Favor, soy Vittorio. -Se presento con entusiasmo, como si su propio nombre le produjese placer.

Ella sonrio a modo de respuesta.

– ?Puedo sentarme con usted? -Su elegante acento indicaba que habia aprendido ingles con profesores britanicos, no americanos.

– Por supuesto. ?Quieres un poco de vino?

– Ah, me encantaria. -Pero la detuvo cuando ella quiso ponerse en pie-. He estado aqui muchas veces -dijo-. Conozco la casa. Sientese y disfrute de la vista.

Regreso en menos de un minuto con la botella y un vaso.

– Un precioso dia. -Un gato se restrego contra el mientras se sentaba a un extremo de la mesa-. Pero todos los dias en la Toscana son preciosos, ?no cree?

– Parece que si.

– Esta disfrutando de su visita?

– Mucho, si. Pero es algo mas que una visita. Voy a quedarme unos meses.

Al contrario que Giulia Chiara, Anna Vesto o la arisca Marta, el joven parecio encantado con la noticia.

– Muchos americanos vienen de visita durante un dia, en autobuses, y luego se van. ?Como puede experimentarse la Toscana de ese modo?

Resultaba dificil ignorar semejante entusiasmo, por lo que Isabel sonrio.

– Imposible.

– Y aun no ha probado nuestro pecorino. -Metio la cuchara en el pote de miel y la vertio sobre el trozo de queso-. Asi lo probara al autentico estilo toscano.

Se mostraba tan ilusionado que ella no tuvo animo para decepcionarlo, a pesar de sospechar que habia sido enviado para echarla de alli. Dio un mordisco al queso y no tardo en descubrir que su intenso sabor y la dulzura de la miel formaban una combinacion perfecta.

– Delicioso.

– La cocina toscana es la mejor del mundo. Ribollita, panzanella, jabali en salsa, fagioli en salsa, callos a la florentina…

– Creo que pasare de los callos.

– ?Pasar?

– Los evitare.

– Ah, si. Creo que comemos mas partes del animal aqui que en Estados Unidos.

Ella sonrio. Empezaron a charlar acerca de cocina y otros puntos de interes locales. ?Habia estado en Pisa? ?Y en Volterra? Tenia que visitar los vinedos de la region de Chianti. Y Siena… Su Piazza del Campo era la mas hermosa de Italia. ?Sabia algo del Palio, la carrera de caballos que tenia lugar cada verano en dicha plaza? Y no habia que perderse la ciudad amurallada de San Gimignano. ?La habia visitado ya?

– No.

– Se lo ensenare todo.

– Oh, no.

– Soy guia profesional. Preparo tours por toda la Toscana y Umbria. En grupos, y tambien privados. Tours de paseo, culinarios, vinicolas. ?Nadie le ha ofrecido mis servicios?

– Han estado demasiado ocupados intentando desalojarme.

Ah, si, los desagues. Lo cierto es que no ha venido usted en el mejor momento, pero hay mucho que ver por

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