Krystal irrumpio en el despacho a las diez y cincuenta y un minutos y cerro de un portazo. Se sento en una silla enfrente de Tessa, con los brazos cruzados sobre el amplio busto y con sus pendientes baratos oscilando.

—Puede decirle a su marido —empezo con voz temblorosa— que yo no me he reido, joder.

—No digas palabrotas, por favor.

—?No me he reido, ?vale?! —le grito Krystal.

Un grupo de alumnos de sexto cargados de carpetas habian llegado a la biblioteca. Miraron a traves del cristal de la puerta; uno sonrio burlonamente al ver la nuca de Krystal. Tessa se levanto, bajo el estor y volvio a sentarse delante del sol y la luna.

—Muy bien, Krystal. ?Por que no me cuentas que ha pasado?

—Su marido ha dicho algo sobre el senor Fairbrother, ?vale?, y yo no lo he oido bien, ?vale?, y Nikki me lo ha repetido, joder, y yo he…

—?Krystal!

—… y yo he flipado, ?vale?, y he gritado, pero no me he reido. ?Joder, yo no…!

—Krystal…

—?No me he reido, ?vale?! —volvio a chillar, con los brazos apretados contra el pecho y las piernas cruzadas y enroscadas.

—Esta bien, Krystal.

Tessa estaba acostumbrada a enfrentarse al mal caracter de los alumnos que visitaban asiduamente el despacho de orientacion. Muchos carecian del sentido etico mas elemental; mentian, se comportaban mal y enganaban por rutina, pero cuando se los acusaba injustamente sentian una rabia genuina y sin limites. Tessa creyo reconocer aquello como indignacion autentica, a diferencia de aquella otra, artificial, que Krystal tambien era experta en aparentar. Fuera como fuese, el chillido que Tessa habia oido en la reunion le habia parecido de espanto y consternacion mas que de burla o diversion. Y se habia alarmado al ver que Colin lo identificaba en publico como una risa.

—Le he dicho a Cuby…

—?Krystal!

—Le he dicho a su puto marido…

—Krystal, por ultima vez, basta de palabrotas.

—?Le he dicho que no me habia reido! ?Se lo he dicho! ?Y me hace la putada de castigarme igualmente!

Las lagrimas de rabia brillaban en sus ojos, muy perfilados. Estaba congestionada; con las mejillas enrojecidas, miraba a Tessa con odio, lista para largarse, para maldecir, para ensenarle tambien a ella el dedo corazon. Los casi dos anos de confianza fragil como una telarana, tejida laboriosamente entre las dos, estaban tensandose y amenazaban con romperse.

—Te creo, Krystal. Te creo cuando aseguras que no te has reido, pero no digas mas palabrotas en mi presencia, por favor.

De pronto, la chica empezo a frotarse los ojos con unos dedos regordetes, emborronandose la cara de perfilador. Tessa saco panuelos de papel del cajon de su escritorio y se los ofrecio. Krystal los cogio sin dar las gracias, se enjugo las lagrimas y se sono la nariz. Las manos eran su parte mas conmovedora: tenia las unas cortas y anchas, pintadas chapuceramente, y todos los gestos que hacia con ellas eran inocentes y directos como los de una nina pequena.

Tessa espero hasta que los resoplidos de la chica se calmaron. Entonces dijo:

—Ya veo que la muerte del senor Fairbrother te ha afectado mucho…

—Pues si —salto Krystal con subita agresividad—. ?Que pasa?

De pronto, Tessa se imagino a Barry escuchando aquella conversacion. Le parecio ver su sonrisa atribulada y oirle decir con claridad: «Pobre chiquilla.» Cerro los ojos, que tenia irritados; no podia hablar. Oyo que Krystal se rebullia, conto despacio hasta diez y volvio a abrir los ojos. La chica la miraba fijamente, con los brazos cruzados, sonrojada y desafiante.

—Yo tambien siento mucho lo del senor Fairbrother —dijo Tessa—. Era amigo nuestro. Por eso el senor Wall esta un poco…

—Le he dicho que yo no…

—Por favor, dejame acabar. Hoy el senor Wall esta muy triste, y seguramente por eso… por eso te ha malinterpretado. Hablare con el.

—No me quitara el pu…

—?Krystal!

—Se que no me quitara el castigo.

Krystal adelanto un pie y empezo a golpear una pata del escritorio, marcando un ritmo acelerado. Tessa levanto los codos para no notar la vibracion y dijo:

—Hablare con el senor Wall.

Compuso lo que ella consideraba una expresion neutral y espero pacientemente a que Krystal cediera. Esta permanecio callada, enfurrunada, golpeteando la pata y tragando saliva de vez en cuando.

—?Que le ha pasado al senor Fairbrother? —pregunto por fin.

—Creen que le estallo una arteria del cerebro.

—Pero ?por que?

—Por lo visto habia nacido con ese problema y no lo sabia.

Tessa era consciente de que Krystal sabia mas de muertes repentinas que ella misma. En el circulo de la madre de Krystal era tan frecuente que las personas murieran prematuramente que se diria que participaban en alguna guerra secreta de la que el resto del mundo no sabia nada. Krystal le habia contado a Tessa que cuando tenia seis anos habia encontrado el cadaver de un joven desconocido en el cuarto de bano de su madre. Eso habia dado pie a que, una vez mas, la pusieran bajo la custodia de la abuelita Cath. La abuelita Cath ocupaba un lugar preponderante en muchas de las historias que la chica contaba sobre su infancia; era una extrana mezcla de salvadora y azote.

—Ahora el equipo se ira a la mierda —dijo.

—No tiene por que, Krystal. Y no sigas con las palabrotas, por favor.

—Anda que no.

A Tessa le habria gustado contradecirla, pero el agotamiento diluyo ese impulso. Ademas, Krystal tenia razon, tal como decia la parte mas realista del cerebro de Tessa. Aquello iba a ser el final de la embarcacion de ocho remeras. Barry era la unica persona del mundo capaz de meter a Krystal Weedon en un equipo y conseguir que permaneciera en el. Tessa estaba convencida de que ahora la chica lo abandonaria; probablemente Krystal tambien lo sabia. Se quedaron un rato calladas; Tessa estaba demasiado cansada para buscar las palabras que podrian haber rebajado la tension. Tenia escalofrios y se sentia desprotegida, exhausta. Llevaba veinticuatro horas sin dormir.

(Samantha Mollison la habia telefoneado desde el hospital a las diez en punto, justo cuando Tessa salia de darse un largo bano y se disponia a ver las noticias de la BBC. Habia vuelto a vestirse apresuradamente mientras Colin hacia ruidos inarticulados y tropezaba con los muebles. Desde abajo le habian dicho a su hijo adonde iban, y luego habian corrido hasta el coche. Colin habia conducido a excesiva velocidad hasta Yarvil, como si cubriendo el trayecto en un tiempo record pudiese devolver a Barry a la vida, como si pretendiera tomarle la delantera a la realidad para modificarla.)

—Si no me dice nada, me voy —amenazo la joven.

—Por favor, no seas maleducada, Krystal. Esta manana estoy muy cansada. El senor Wall y yo hemos pasado la noche con la senora Fairbrother en el hospital. Somos buenos amigos.

(Mary se habia derrumbado al ver a Tessa: se le habia echado a los brazos y habia ocultado la cara en su cuello soltando un gemido desgarrador. Mientras lloraba ella tambien, y sus lagrimas resbalaban por la estrecha espalda de Mary, habia pensado con asombrosa claridad que el ruido que estaba haciendo su amiga se llamaba planido. El cuerpo que Tessa habia envidiado tantas veces, menudo y ligero, habia temblado en sus brazos, apenas capaz de contener el dolor que le exigian soportar.

Tessa no recordaba cuando se habian marchado Miles y Samantha. No los conocia mucho. Suponia que se habrian alegrado de poder largarse de alli.)

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