gustaba que fueran hombres a la casa. Y con motivo.

—Nada. Unos ordenadores.

—Dile que no —respondio Krystal.

No queria que su madre tuviera mas dinero del imprescindible. Obbo era muy capaz de saltarse un paso y pagarle el favor con una bolsita de caballo.

—No los cojas.

Pero Terri habia dicho que si. Desde que Krystal tenia uso de razon, su madre habia dicho que si a todo y a todos: aceptaba, concedia, toleraba: «Si, vale, adelante, como quieras, ningun problema.»

Al anochecer, Krystal fue un rato al parque con sus amigas. Estaba tensa e irritable. Era como si no acabara de entender que el senor Fairbrother habia muerto; notaba una extrana sensacion en el estomago, como si estuvieran pegandole punetazos, y le daban ganas de arremeter contra alguien. Ademas, se sentia culpable por haberle robado el reloj a Tessa Wall. Pero ?por que la muy estupida lo habia dejado encima de la mesa y habia cerrado los ojos? ?Que esperaba?

Estar con sus amigas no la ayudo. Jemma no cesaba de chincharla con Fats Wall; al final, Krystal estallo y se le echo encima. Nikki y Leanne tuvieron que sujetarla. Asi que Krystal, furiosa, regreso a casa y se encontro con que acababan de llegar los ordenadores de Obbo. Robbie intentaba trepar a las cajas amontonadas en el salon, donde estaba sentada Terri, aturdida casi hasta la inconsciencia y con sus bartulos tirados por el suelo. Tal como temia Krystal, Obbo le habia pagado con heroina.

—?Puta yonqui de mierda! ?Te van a echar otra vez de la clinica!

Pero la droga transportaba a la madre de Krystal a un lugar donde nada podia alcanzarla. Aunque reacciono llamando a Krystal «zorra» y «puta», lo hizo con indiferencia, desapasionadamente. Krystal le dio un bofeton, y Terri la mando a tomar por culo.

—?Pues ahora te ocupas tu del nino, yonqui asquerosa! —chillo Krystal.

Robbie echo a correr detras de su hermana por el pasillo, aullando, pero ella le cerro la puerta de la calle en las narices.

A Krystal le encantaba la casa de Nikki. No estaba impecable como la de la abuelita Cath, pero alli el ambiente era mas agradable y siempre habia un bullicio reconfortante. Nikki tenia dos hermanos y una hermana, asi que Krystal dormia sobre un edredon doblado por la mitad entre las camas de las chicas. Las paredes estaban decoradas con recortes de revista que componian un collage de chicos seductores y chicas guapisimas. A Krystal nunca se le habia ocurrido adornar las paredes de su dormitorio.

Pero los remordimientos la reconcomian; no podia quitarse de la cabeza la cara aterrada de Robbie cuando le habia cerrado la puerta, y por eso volvio a casa el miercoles por la manana. De todas formas, a la familia de Nikki no le hacia mucha gracia que Krystal durmiera en su casa mas de dos noches seguidas. En una ocasion, Nikki le habia dicho, con su habitual franqueza, que a su madre no le importaba mientras no ocurriera demasiado a menudo, porque Krystal no podia utilizar su casa como una pension y, sobre todo, tenia que dejar de presentarse alli pasada la medianoche.

Terri parecio alegrarse como nunca del regreso de Krystal. Le hablo de la visita de la nueva asistente social, y su hija, nerviosa, se pregunto que habria pensado aquella mujer acerca de la casa, que ultimamente alcanzaba cotas de mugre sin precedentes. Le preocupaba especialmente que Kay hubiera encontrado a Robbie alli cuando deberia haber estado en la guarderia, porque el compromiso de Terri de llevar a Robbie al jardin de infancia, adonde habia empezado a ir cuando vivia con su madre de acogida, habia sido condicion fundamental para su vuelta al hogar familiar el ano anterior. Tambien la enfurecia que la asistente social hubiera encontrado a Robbie con panal, con el trabajo que le habia costado ensenarle a utilizar el vater.

—?Y que ha dicho? —le pregunto a su madre.

—Que volvera otro dia.

Eso levanto las sospechas de Krystal. Su asistente social de siempre no tenia inconveniente en dejar en paz a la familia Weedon, en no interferir demasiado en su vida. Era despistada y desorganizada, confundia a menudo sus nombres y sus circunstancias con los de otras personas a su cargo, y aparecia cada quince dias sin otra intencion aparente que comprobar si Robbie seguia con vida.

Esa nueva amenaza empeoro el mal humor de Krystal. Cuando no estaba drogada, a Terri la intimidaba la furia de su hija, y dejaba que esta la mangoneara. Aprovechando al maximo su pasajera autoridad, Krystal le ordeno que se pusiera algo decente; tambien obligo a Robbie a ponerse unos calzoncillos limpios, le advirtio que no podia hacerse pipi encima y lo llevo a la guarderia. El nino empezo a berrear al ver que su hermana se iba; esta al principio se enfado, pero luego se agacho y le prometio que iria a buscarlo a la una, y entonces el la dejo marchar.

Ese dia Krystal se salto las clases, pese a que el miercoles era su dia favorito —tenia orientacion y dos horas de educacion fisica—, y se dedico a limpiar un poco la casa. Echo desinfectante con aroma a pino por toda la cocina y tiro los restos de comida y las colillas a la basura. Escondio la lata de galletas donde Terri guardaba sus bartulos y metio los ordenadores que quedaban (ya habian pasado a recoger tres) en el armario del pasillo.

Mientras desincrustaba restos de comida de los platos, Krystal seguia pensando en el equipo de remo. Si el senor Fairbrother no hubiera muerto, al dia siguiente habria tenido entrenamiento. El casi siempre la llevaba y luego la acompanaba a casa en el monovolumen, puesto que Krystal no tenia otra forma de desplazarse hasta el canal de Yarvil. Las hijas gemelas de Barry Fairbrother, Niamh y Siobhan, y Sukhvinder Jawanda tambien iban en el coche. Krystal no se relacionaba con esas tres chicas dentro del horario escolar pero, desde que estaban el equipo de remo, siempre se decian «?Que tal?» cuando se cruzaban en los pasillos. Al principio Krystal penso que la mirarian por encima del hombro, pero cuando las conocio mejor le parecio que no estaban tan mal. Le reian los chistes, imitaban algunos de sus latiguillos y frases comodin. De alguna manera, Krystal era la lider del equipo.

En la familia de Krystal nadie habia tenido nunca coche. Si se concentraba, podia oler el interior del monovolumen, incluso en la apestosa cocina de Terri. Le encantaba aquel olorcillo a plastico nuevo. Jamas volveria a subirse a aquel coche. Algunas veces tambien habian ido en un minibus de alquiler, cuando Fairbrother debia llevar al equipo completo; y en ocasiones, cuando competian contra escuelas de localidades lejanas, habian pasado la noche fuera. El equipo habia cantado Umbrella, la cancion de Rihanna, en los asientos del fondo del autobus: se habia convertido en su ritual de la suerte, su sintonia, y Krystal se encargaba de interpretar el solo de rap de Jay-Z del principio. Fairbrother se habia desternillado la primera vez que la oyo cantarlo:

Uh huh uh huh, Rihanna… Good girl gone bad— Take three— Action. No clouds in my storms… Let it rain, I hydroplane into fame Comin’ down with the Dow Jones…[2]

Krystal nunca habia entendido la letra.

Cuby Wall les habia escrito una circular a todas para comunicarles que el equipo no volveria a remar hasta que encontraran un nuevo entrenador, pero era evidente que nunca lo encontrarian, asi que aquello era una tomadura de pelo, y todas lo sabian.

El equipo era un proyecto personal del senor Fairbrother. Krystal habia tenido que soportar los insultos de Nikki y las demas por participar en el. Al principio, su desden ocultaba incredulidad, pero mas adelante tambien admiracion, porque el equipo habia ganado varias medallas (Krystal guardaba las suyas en una caja que habia robado en casa de Nikki. Era muy dada a meterse en los bolsillos cosas de personas que le caian bien. Esa caja de plastico decorada con rosas, por ejemplo, en realidad era un joyero de juguete. En ella habia guardado el reloj de Tessa).

Lo mejor habia sido ganarles a aquellas cabronas estiradas del St. Anne; aquel dia fue el mejor de la vida

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