—?Sabeis que? —comento con la lengua un poco pastosa—. Me ha parecido verlo viniendo hacia aqui. En la oscuridad. A Barry.

—Seria uno de sus hermanos —dijo Shirley con desden—. Son todos muy parecidos.

Pero Maureen intervino con su voz ronca, ahogando la voz de Shirley.

—A mi me parecio ver a Ken la noche despues de su muerte. Lo vi con la claridad del dia, de pie en el jardin, mirandome a traves de la ventana de la cocina. En medio de sus rosas.

Nadie respondio; ya habian oido la historia otras veces. Transcurrio un minuto durante el que no hicieron otra cosa que sorber suavemente, y entonces Maureen volvio a hablar con sus graznidos de cuervo.

—Gavin es bastante amigo de los Fairbrother, ?no es asi, Miles? ?No juega a squash con Barry? Jugaba, mejor dicho.

—Si, Barry le daba una paliza semanal. Seguro que Gavin juega fatal; Barry le llevaba diez anos.

Los rostros iluminados por las velas de las tres mujeres esbozaron expresiones casi identicas de displicente diversion. Si algo tenian en comun era un interes ligeramente perverso por el joven y nervudo socio de Miles. En el caso de Maureen, se trataba de una simple manifestacion de su apetito insaciable por los cotilleos que circulaban en Pagford, y los tejemanejes de un joven soltero eran carne de primera. Shirley sentia un placer especial al oir hablar de las inferioridades e inseguridades de Gavin, porque producian un delicioso contraste con los logros y la autoridad de los dos dioses de su vida, Howard y Miles. Pero, en el caso de Samantha, la pasividad y la cautela de Gavin le despertaban una crueldad felina; anhelaba ver como otra mujer lo espabilaba, lo metia en cintura o lo vapuleaba. Ella misma lo acosaba un poco siempre que se veian, y su conviccion de que el la encontraba abrumadora y dificil de manejar le daba cierto placer.

—Bueno, ?y que tal le va ultimamente con esa amiguita suya de Londres? —quiso saber Maureen.

—Ya no esta en Londres, Mo. Se ha mudado a Hope Street —respondio Miles—. Y si me preguntas, te dire que el esta arrepintiendose de haberse acercado siquiera a ella. Ya conoces a Gavin. Nacio muerto de miedo.

Miles iba unos cursos por encima de Gavin en la escuela, y siempre asomaba cierto paternalismo de delegado de clase cuando hablaba de su socio.

—?Es una chica morena? ?De pelo muy corto?

—Si, esa es —contesto Miles—. Es asistente social. De las que llevan zapato plano.

—Entonces la hemos visto alguna vez en la tienda, ?no, How? —comento Maureen con excitacion—. Aunque nunca hubiese dicho que fuera una gran cocinera, por la pinta que tiene.

Despues de la sopa vino un lomo de cerdo asado. Con la complicidad de Howard, Samantha se deslizaba suavemente hacia una satisfecha borrachera, pero algo en su interior protestaba con desesperacion, como un hombre que se viera arrastrado mar adentro. Trato de ahogarlo con mas vino.

Un silencio se extendio sobre la mesa como un mantel limpio, inmaculado y expectante, y en esa ocasion todo el mundo parecio entender que le tocaba a Howard sacar el siguiente tema. Comio un rato, grandes bocados que regaba con vino, aparentemente ajeno a las miradas de todos. Por fin, cuando hubo dejado limpia la mitad del plato, se seco la boca con la servilleta y hablo.

—Si, sera interesante ver que pasa ahora en el concejo. —Se vio obligado a hacer una pausa para contener un potente eructo; por un instante, parecio que iba a vomitar alli mismo. Se dio golpecitos en el pecho—. Perdon. Si, desde luego va a ser muy interesante. Ahora que Fairbrother no esta —adoptando una actitud mas formal, volvio a llamarlo por el apellido, como solia hacer—, no creo que ese articulo suyo para el periodico vaya a salir. —Y anadio—: A menos que la Pelmaza se ocupe del asunto, como no.

Howard le habia puesto a Parminder Jawanda el apodo de «la Pelmaza Bhutto» tras su primera comparecencia como miembro del concejo parroquial. Era una burla extendida entre los anti-Prados.

—Que cara puso —le comento Maureen a Shirley—. Vaya cara puso cuando se lo dijimos. Bueno… yo siempre habia pensado que… ya sabes…

Samantha aguzo el oido, pero la insinuacion de Maureen daba risa, sin duda. Parminder estaba casada con el hombre mas guapo de Pagford: Vikram, alto y bien formado, de nariz aguilena, ojos con pestanas espesas y negras y una sonrisa indolente y complice. Durante anos, Samantha habia sacudido la melena y reido mas de lo necesario siempre que se paraba en la calle a charlar de tonterias con Vikram, que tenia un cuerpo como el de Miles antes de dejar el rugby y volverse fofo y barrigon.

No mucho despues de que se convirtieran en sus vecinos, Samantha habia oido que las familias de Vikram y Parminder habian concertado su matrimonio. Semejante idea le habia parecido insoportablemente erotica. Imaginar que a alguien le ordenaran casarse con Vikram, verse obligada a hacerlo; habia urdido una pequena fantasia en la que llevaba velo y la hacian pasar a una habitacion, una virgen condenada a un destino cruel… Se imaginaba lo que seria levantar la vista y encontrarse con que le habia tocado semejante especimen… Por no mencionar el escalofrio adicional que producia su profesion: tanta responsabilidad le habria proporcionado atractivo sexual a un hombre mucho mas feo que el.

(Era Vikram quien le habia hecho los cuatro bypass a Howard siete anos antes. En consecuencia, Vikram no podia entrar en Mollison y Lowe sin que lo sometieran a un aluvion de jovialidad.

—?Pase al principio de la cola, por favor, senor Jawanda! Apartense, por favor, senoras… No, senor Jawanda, insisto… Este hombre me salvo la vida, le puso un parche al viejo reloj… ?Que querra hoy, senor Jawanda?

Howard se ocupaba de que Vikram se llevase muestras gratis y cantidades algo mayores de todo lo que compraba. La consecuencia de esa afectacion habia sido que Vikram practicamente no volviera a poner un pie en su tienda de delicatessen, o eso creia Samantha.)

Habia perdido el hilo de la conversacion, pero no importaba. Los demas seguian parloteando sobre algo que habia escrito Barry Fairbrother para el periodico local.

—… iba a tener que hablarle sobre ese asunto —espeto Howard—. Fue una forma muy poco limpia de hacer las cosas. Bueno, todo eso ahora es agua pasada.

»En lo que deberiamos estar pensando es en quien va a reemplazar a Fairbrother. No deberiamos subestimar a la Pelmaza, por alterada que este. Seria un gran error. Probablemente ya anda tratando de engatusar a alguien, de manera que nosotros tambien hemos de pensar en un sustituto decente. Y cuanto antes mejor. Simple cuestion de buen gobierno.

—?Que significa eso exactamente? —quiso saber Miles—. ?Unas elecciones?

—Seria posible —repuso Howard, dandose aires de sensato estadista—, pero lo dudo. No es mas que una vacante. Si no hay interes suficiente en convocar elecciones… Aunque, como he dicho, no debemos subestimar a la Pelmaza… Pero si ella no es capaz de convencer a nueve concejales para que propongan una votacion publica, sera una simple cuestion de invitar formalmente a un nuevo concejal. En ese caso, necesitaremos los votos de nueve miembros para ratificar la invitacion. Con nueve hay quorum. Quedan tres anos del mandato de Fairbrother. Vale la pena. Podriamos inclinar totalmente la balanza si sentaramos a uno de los nuestros en su silla.

Howard tamborileo con sus gruesos dedos en la copa de vino, mirando a su hijo al otro lado de la mesa. Shirley y Maureen tambien miraban a Miles, y Samantha penso que Miles observaba a su padre como un perro labrador gordo, temblando a la espera de que le echaran una galleta.

Si hubiera estado sobria, habria tardado menos, pero al final Samantha comprendio de que iba todo aquello, y por que pendia sobre la mesa un extrano ambiente de celebracion. Su embriaguez, hasta entonces liberadora, se volvio de pronto restrictiva, porque no estaba segura de que su lengua se mostrase docil tras una botella de vino y un largo silencio. Y asi, se limito a pensar las palabras en lugar de pronunciarlas en voz alta.

«Miles, mas vale que les digas que primero tienes que discutirlo conmigo.»

VII

Tessa Wall no tenia intencion de quedarse mucho rato en casa de Mary —nunca se sentia comoda dejando a su marido y Fats solos—, pero su visita se habia alargado de algun modo hasta las dos horas. La casa de los Fairbrother estaba a rebosar de camas plegables y sacos de dormir; la extensa familia habia cerrado filas en torno al tremendo vacio dejado por la muerte, pero ningun nivel de ruido y actividad podia enmascarar el abismo que se habia tragado a Barry.

Sola con sus pensamientos por primera vez desde la muerte de su amigo, Tessa recorrio Church Row de

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