la carne picada que tenia en la sarten y dijo:

—No, todo esto era del dueno anterior. Aun no he tenido tiempo de cambiarlo.

—Ah —repuso ella, y tomo otro sorbo de vino—. Bueno, pues es bonito. Un poco soso.

Eso lo molesto; en su opinion, el interior de The Smithy era superior en todos los sentidos al del numero 10 de Hope Street. De espaldas a Kay, observo como borboteaba la pasta.

—?Sabes que? —dijo ella—. Esta tarde me he encontrado a Samantha Mollison.

Gavin se volvio en redondo: ?como sabia Kay siquiera que aspecto tenia Samantha Mollison?

—En la puerta de la tienda de delicatessen, en la plaza; yo iba a comprar esto —anadio, dandole un golpecito con la una a la botella de vino—, y ella me ha preguntado si era «la novia de Gavin».

Lo comento con tono malicioso, pero en realidad la habia animado que Samantha utilizara esa palabra, y la tranquilizo saber que era asi como Gavin la llamaba ante sus amigos.

—?Y tu que le has dicho?

—Pues le he dicho… que si.

Su rostro reflejaba decepcion. Gavin no habia tenido intencion de preguntarselo con tanta agresividad. Habria pagado con tal de impedir que Kay y Samantha llegaran a conocerse.

—En todo caso —prosiguio ella con cierta crispacion en la voz—, nos ha invitado a cenar el viernes proximo, dentro de una semana.

—Joder, que putada —solto Gavin, cabreado.

La alegria de Kay se vino abajo.

—?Que problema hay?

—Ninguno. Es que… no, nada —repuso el removiendo los burbujeantes espaguetis—. Es solo que ya veo bastante a Miles en el trabajo.

Era lo que Gavin habia temido siempre: que ella se fuera abriendo camino y se convirtieran en Gavin-y-Kay, con un circulo social en comun, y asi fuera cada vez mas dificil extirparla de su vida. ?Como habia dejado que pasara eso? ?Por que le habia permitido mudarse a Pagford? La rabia contra si mismo no tardo en transformarse en rabia contra ella. ?Por que Kay no entendia de una vez lo poco que la queria y se apartaba sin obligarlo a hacer el trabajo sucio? Colo los espaguetis en el fregadero, maldiciendo por lo bajo cuando lo salpico el agua hirviendo.

—Entonces sera mejor que llames a Miles y Samantha y les digas que no —sugirio ella.

Su tono se habia vuelto amargo. Gavin tenia la costumbre, profundamente arraigada, de evitar cualquier conflicto inminente y confiar en que el futuro se resolviera solo.

—No, no —dijo, secandose las gotas de la camisa con un trapo—. Iremos. No pasa nada. Iremos.

Pero su intencion, con aquella evidente falta de entusiasmo, era poner un rasero al que poder recurrir en retrospectiva. «Sabias perfectamente que yo no queria ir. No, no lo he pasado bien. No quiero que vuelva a ocurrir.»

Comieron en silencio durante unos minutos. Gavin temia que estallara otra pelea y que Kay lo obligara a discutir una vez mas los problemas de fondo. Trato de pensar en algo que decir, y empezo a hablarle de Mary Fairbrother y la compania de seguros.

—Se estan portando como unos cabrones —explico—. Barry tenia un buen seguro, pero los abogados de la compania andan buscando una excusa para no pagar. Estan dando a entender que su declaracion inicial estaba incompleta.

—?En que sentido?

—Bueno, un tio suyo murio tambien de un aneurisma. Mary jura que Barry se lo dijo al agente de seguros cuando firmo la poliza, pero no aparece por ninguna parte en las notas. Me imagino que al tipo no se le ocurrio que podia ser algo congenito. No se si el propio Barry lo sabia, puestos a…

Se le quebro la voz. Horrorizado y avergonzado, inclino la cara sonrojada sobre el plato. Se le formo un nudo de dolor en la garganta y no consiguio eliminarlo. Las patas de la silla de Kay chirriaron contra el suelo; Gavin confio en que se fuera al bano, pero entonces sintio que le rodeaba los hombros con los brazos, atrayendolo hacia ella. Sin pensar, el tambien la rodeo con un brazo.

Que bien sentaba que lo abrazaran a uno. Ojala su relacion pudiera limitarse a gestos de consuelo simples y mudos. Ojala los humanos no hubieran aprendido siquiera a hablar.

Le habia ensuciado la blusa con sus mocos.

—Perdona —dijo con voz nasal, limpiandola con la servilleta.

Se aparto de ella y se sono la nariz. Kay arrastro la silla para sentarse a su lado y le apoyo una mano en el brazo. Le gustaba mas cuando estaba callada y lo miraba con expresion dulce y preocupada, como en ese momento.

—Todavia no consigo… Barry era un buen tio, ?sabes? —dijo Gavin—. Vaya si lo era.

—Si, todo el mundo lo dice.

No habia tenido ocasion de conocer al famoso Barry Fairbrother, pero se sentia intrigada por aquel despliegue de emocion en Gavin y por la persona que lo habia provocado.

—?Era divertido? —quiso saber; se imaginaba a Gavin deslumbrado por un tio gracioso, por un cabecilla alborotador de los que empinan el codo en la barra.

—Si, supongo que si. Bueno, no especialmente. Lo normal. Le gustaba reirse, pero era tan… tan simpatico… Le caia bien a la gente, ?sabes?

Kay espero, pero por lo visto Gavin no era capaz de ilustrarla mas con respecto a la simpatia de Barry.

—Y los ninos… Y Mary, la pobre Mary… Madre mia, no tienes ni idea.

Kay continuo dandole palmaditas en el brazo, pero su compasion se habia enfriado un poco. ?Ni idea de que, de lo que significaba estar sola?, se pregunto. ?Ni idea de lo duro que era quedarse sola a cargo de una familia? ?Donde estaba la compasion de Gavin por ella, por Kay?

—Eran muy, muy felices —anadio Gavin con voz cascada—. La pobre esta hecha polvo.

Sin decir palabra, Kay le acaricio el brazo, pensando que ella nunca habia podido permitirse estar hecha polvo.

—Estoy bien —concluyo Gavin; se sono con la servilleta y cogio el tenedor.

Con un levisimo movimiento, le hizo saber a Kay que ya podia apartar la mano.

IV

Samantha habia invitado a cenar a Kay llevada por una mezcla de deseo de venganza y aburrimiento. Lo veia como una represalia contra Miles, que siempre andaba haciendo planes en los que ella no tenia voz ni voto, pero en los que se esperaba que colaborara; queria ver que le parecia a su marido que ella organizara cosas sin consultarle. Supondria ademas marcarles un tanto a Maureen y Shirley, esas dos arpias entrometidas que tan fascinadas estaban por los asuntos privados de Gavin, pero no sabian practicamente nada sobre su relacion con su novia de Londres. Y, finalmente, le brindaria a ella otra oportunidad para afilarse las garras con Gavin por ser un pusilanime y un indeciso en su vida amorosa: podria hablar de bodas delante de Kay o decirle que era estupendo ver a Gavin comprometerse por fin con alguien.

Sin embargo, sus planes le proporcionaron menor satisfaccion de la esperada. Cuando el sabado por la manana le conto a Miles lo que habia hecho, el reacciono con sospechoso entusiasmo.

—Pues claro, genial; hace siglos que no invitamos a Gavin. Y para ti sera estupendo conocer un poco mas a Kay.

—?Por que?

—Bueno, siempre te llevaste bien con Lisa, ?no?

—Miles, yo odiaba a Lisa.

—Bueno, vale… ?Igual Kay te cae mucho mejor!

Samantha lo miro furibunda, preguntandose de donde salia todo ese buen humor. Lexie y Libby, que pasaban el fin de semana en casa, encerradas por culpa de la lluvia, veian un DVD de musica en la sala de estar; a sus padres, que estaban hablando en la cocina, les llegaba una balada a todo volumen y con muchos acordes de guitarra.

Вы читаете Una vacante imprevista
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату