cualquiera que tuviera estatus de marginado.
El hecho de que Sukhvinder se hubiera avenido a trabajar de camarera con Gaia habia propiciado un salto cualitativo en su amistad. En su siguiente clase doble de biologia, Gaia se solto como nunca antes, y Sukhvinder vislumbro por fin parte de las misteriosas razones por las que aquella chica nueva, tan guapa y tan enrollada, la habia elegido a ella como amiga. Cuando ajustaba el ocular del microscopio que compartian, Gaia murmuro:
—Aqui es todo jodidamente blanco, ?no?
—Ya —se oyo decir Sukhvinder antes de haber procesado la pregunta.
Gaia seguia hablando, pero ella no le prestaba mucha atencion. «Jodidamente blanco.» Si, suponia que su amiga tenia razon.
Un dia, en el St. Thomas, donde era la unica alumna de tez oscura de la clase, habia tenido que levantarse para hablar de la religion sij ante sus companeros. Obediente, se coloco al frente del aula y conto la historia del fundador del sijismo, el guru Nanak, que desaparecio en un rio y al que dieron por ahogado, pero que al cabo de tres dias salio a la superficie y anuncio: «No hay hindu, no hay musulman.» Los otros ninos se rieron del disparate de que alguien hubiera sobrevivido tres dias bajo el agua, y Sukhvinder no tuvo valor para recordarles que Cristo habia muerto y luego resucitado. Asi pues, resumio la historia del guru Nanak, impaciente por volver a su silla.
Podia contar con los dedos de una mano las veces que habia visitado una
Cuando iba a visitar a la familia de su madre a Birmingham, donde por la calle casi todo el mundo era de color y las tiendas estaban llenas de saris y especias indias, Sukhvinder se sentia fuera de lugar. Sus primos hablaban punjabi ademas de ingles y llevaban una vida urbana de lo mas moderna; sus primas eran guapas y vestian a la ultima. Se burlaban de su acento del West Country y de su inexistente sentido de la moda, y Sukhvinder no soportaba que se rieran de ella. Antes de que Fats Wall iniciara su regimen de torturas diarias, antes de que dividieran a su curso en diferentes grupos y Sukhvinder coincidiera a diario con Dane Tully, a ella siempre le habia gustado volver a Pagford; entonces el pueblo era su refugio.
Mientras colocaban los portaobjetos, manteniendo la cabeza gacha para no llamar la atencion de la senora Knight, Gaia le conto a Sukhvinder mas de lo que le habia contado hasta entonces sobre su vida en el instituto Gravener de Hackney; hilaba las frases con una precipitacion que denotaba nerviosismo. Describio a los amigos que habia dejado atras; uno de ellos, Harpreet, se llamaba igual que el primo mayor de Sukhvinder. Le hablo de Sherelle, que era negra y la chica mas lista de su grupo; y de Jen, cuyo hermano habia sido el primer novio de Gaia.
Pese a que todo aquello le interesaba mucho, el pensamiento de Sukhvinder divago y se imagino una reunion de alumnos y profesores en la que la mirada tuviera que esforzarse mucho para identificar los diversos componentes de un caleidoscopio formado por pieles de todos los tonos, desde el blanco mas blanco hasta el caoba. En Winterdown, el pelo negro azulado de los chicos de origen asiatico destacaba nitidamente en un mar de cabezas de un rubio pardusco y desvaido. En un sitio como Gravener, chicos como Fats Wall y Dane Tully habrian estado en minoria.
—?Por que te marchaste de Londres? —pregunto con timidez.
—Porque mi madre queria estar cerca del gilipollas de su novio —mascullo Gaia—. Gavin Hughes. ?Lo conoces?
Ella nego con la cabeza.
—Seguro que los has oido follar —anadio Gaia—. Los oye toda la calle. Deja la ventana abierta una noche y ya veras.
Sukhvinder intento disimular su conmocion, pero la sola idea de oir a sus padres, casados y formales, manteniendo relaciones sexuales ya le parecia suficientemente horrorosa. Gaia tambien se habia puesto colorada, pero Sukhvinder penso que de rabia, no de verguenza.
—La dejara tirada. Mi madre es una ilusa. Despues de follar, el tio se larga pitando.
Sukhvinder jamas habria hablado asi de su madre; ni ella ni las gemelas Fairbrother (que en teoria aun eran sus mejores amigas). Niamh y Siobhan trabajaban juntas con otro microscopio un poco mas alla. Desde la muerte de su padre, parecian mas ensimismadas, siempre iban juntas y ya no estaban tan pendientes de Sukhvinder.
Andrew Price no dejaba de observar a Gaia por un hueco entre aquel mar de caras blancas. Sukhvinder lo habia notado y creia que Gaia no, pero se equivocaba. Sencillamente no se tomaba la molestia de devolverle las miradas a Andrew o pavonearse, porque estaba acostumbrada a que los chicos la miraran; era algo que le pasaba desde que tenia doce anos. Habia dos chicos de sexto que siempre aparecian en los pasillos, con mucha mas frecuencia de lo que parecia dictar la ley de las probabilidades, cuando ella iba de un aula a otra, y ambos eran mas guapos que Andrew. Sin embargo, ninguno podia compararse con el chico con quien habia perdido la virginidad poco antes de mudarse a Pagford.
Gaia casi no podia soportar que Marco de Luca siguiera existiendo fisicamente en el universo, y separado de ella por doscientos doce kilometros dolorosos e inutiles.
—Tiene dieciocho anos —le conto a Sukhvinder—. Es medio italiano. Juega muy bien a futbol. Le van a hacer una prueba para el equipo juvenil del Arsenal.
Gaia habia mantenido relaciones sexuales con Marco cuatro veces antes de marcharse de Hackney, y las cuatro veces le habia birlado los condones a Kay, que los guardaba en su mesilla de noche. En el fondo, queria que su madre supiera hasta donde habia tenido que llegar para grabarse en la memoria de Marco, porque iban a obligarla a abandonarlo.
Sukhvinder la escuchaba fascinada, pero sin confesarle que ya habia visto a Marco en la pagina de Facebook de su nueva amiga. En todo Winterdown no habia nadie que pudiera compararse con el: se parecia a Johnny Depp.
Gaia se inclino sobre la mesa y se puso a juguetear, distraida, con el ocular del microscopio; al otro lado del aula, Andrew Price la miraba fijamente cada vez que creia que Fats no se daria cuenta.
—A lo mejor me es fiel. Sherelle va a dar una fiesta el sabado por la noche y lo ha invitado. Me ha jurado que no le dejara hacer nada. Pero mierda, ojala…
Se quedo mirando fijamente el tablero de la mesa con aquellos ojos tan moteados, y Sukhvinder la observo con humildad, deslumbrada por su belleza y fascinada por su vida. La idea de tener otro mundo en el que estabas perfectamente integrada, donde tenias un novio futbolista y una pandilla de amigos guays y muy unidos, se le antojaba, aunque la hubieran separado a la fuerza de alli, una situacion digna de asombro y envidia.
A la hora de comer fueron juntas al centro, lo que Sukhvinder casi nunca hacia; las gemelas Fairbrother y ella solian comer en la cafeteria del instituto.
Estaban en la acera, delante del quiosco donde habian comprado unos bocadillos, cuando oyeron un grito desgarrador:
—?La zorra de tu madre ha matado a mi abuela!
Los alumnos de Winterdown que andaban por alli miraron alrededor, desconcertados, buscando la procedencia de los gritos, y Sukhvinder los imito, tan confusa como ellos. Entonces vio a Krystal Weedon en la otra acera, apuntandola con la mano como si fuera una pistola. Habia cuatro chicas mas con ella, colocadas en hilera en el bordillo, esperando a que el trafico les permitiera cruzar.
—?La zorra de tu madre ha matado a mi abuela! ?Me las va a pagar, y tu tambien!
A Sukhvinder se le encogio el estomago. Todos la miraban fijamente. Dos chicas de tercero se escabulleron. Sukhvinder noto que los transeuntes se transformaban en una manada vigilante e impaciente. Krystal y sus amigas estaban de puntillas, listas para saltar del bordillo en cuanto se abriera un espacio entre los coches.
—Pero ?que dice? —le pregunto Gaia.
Sukhvinder tenia la boca tan seca que no pudo contestar. Correr no tenia sentido: llevaba todas las de perder, porque Leanne Carter era la chica mas rapida de su curso. Tenia la impresion de que lo unico que se