movia eran los coches que pasaban, ofreciendole unos pocos segundos mas de seguridad.
Y entonces aparecio Jaswant, acompanada por varios chicos de sexto.
—?Todo bien, Jolly? —pregunto—. ?Que pasa?
Jaswant no habia oido a Krystal; era pura casualidad que pasara por alli con su sequito. Al otro lado de la calle, Krystal y sus amigas habian formado un corrillo.
—Nada —mintio Sukhvinder, aliviada y sin dar credito a aquel indulto provisional.
Delante de aquellos chicos no podia contarle a Jaz lo que estaba ocurriendo. Dos de ellos median mas de un metro ochenta. Todos miraban fijamente a Gaia.
Jaz y sus amigos fueron hacia la puerta del quiosco y Sukhvinder los siguio tras lanzarle una mirada angustiada a Gaia. Desde dentro, vieron que Krystal y sus amigas se marchaban, volviendo la cabeza de vez en cuando.
—?A que ha venido eso? —pregunto Gaia.
—Se ha muerto su bisabuela. Era paciente de mi madre —explico Sukhvinder.
Tenia tantas ganas de llorar que le dolian los musculos de la garganta.
—Que cabrona.
Pero los contenidos sollozos de Sukhvinder no eran solo una secuela del miedo. Krystal le caia muy bien, y sabia que el sentimiento era mutuo. Todas aquellas tardes en el canal, todos aquellos viajes en el minibus… conocia la anatomia de la espalda y los hombros de Krystal mejor que la suya propia.
Regresaron al instituto con Jaswant y sus amigos. El mas guapo inicio una conversacion con Gaia y cuando llegaron a la verja del centro, ya estaba tomandole el pelo por su acento londinense. Sukhvinder no veia a Krystal por ninguna parte, pero si vio a Fats Wall a lo lejos, caminando a buen paso con Andrew Price. Habria reconocido su silueta y sus andares en cualquier sitio, del mismo modo que un instinto primario te ayuda a distinguir una arana que se desplaza por un suelo oscuro.
A medida que se acercaba al edificio, las nauseas iban intensificandose. A partir de ese momento serian dos: Fats y Krystal. Todos se habian enterado de que salian juntos. Y en la mente de Sukhvinder aparecio una imagen muy vivida: ella sangrando en el suelo, Krystal y su pandilla propinandole patadas y Fats Wall mirando y riendo.
—Tengo que ir al lavabo —le dijo a Gaia—. Nos vemos arriba.
Se metio en el primero que encontro, se encerro en un cubiculo y se sento en la tapa del vater.
Le habria gustado morirse, desaparecer para siempre. Pero la solida superficie de los objetos que la rodeaban se resistia a disolverse, y su cuerpo, su odioso cuerpo de hermafrodita, continuaba viviendo con estupida terquedad.
Oyo el timbre que senalaba el inicio de las clases de la tarde, se levanto de un brinco y se precipito fuera del cuarto de bano. Los alumnos formaban colas en el pasillo. Les dio la espalda y salio del edificio.
Habia muchos alumnos que se saltaban clases. Krystal, por ejemplo, y Fats Wall. Si conseguia largarse, quiza se le ocurriera alguna forma de protegerse antes de volver. O podia plantarse delante de un coche. Imagino que la atropellaban, que sus huesos se hacian pedazos. ?Cuanto tardaria en morir, tendida en la calzada? Seguia prefiriendo la idea de ahogarse, del agua fresca y limpia sumiendola en el sueno eterno, un sueno sin pesadillas…
—?Sukhvinder? ?Sukhvinder!
Se le encogio mas aun el estomago. Tessa Wall caminaba hacia ella por el aparcamiento. La chica estuvo tentada de echar a correr, pero sabia que era inutil y se desanimo. Se quedo esperando a que Tessa la alcanzara, y la odio por aquella cara estupida y vulgar y por aquel hijo cruel que tenia.
—?Que haces, Sukhvinder? ?Adonde vas?
Ni siquiera se le ocurrio mentir. Abatida, se encogio de hombros y se rindio. Tessa no tenia ninguna cita hasta las tres. Deberia haberla llevado a la secretaria para informar de su intento de fuga, pero en cambio se la llevo al despacho de orientacion, con su tapiz nepali y sus posters de Atencion al Menor. Era la primera vez que Sukhvinder entraba alli.
Tessa se puso a hablar, haciendo pausas para dar pie a que Sukhvinder interviniera, y luego siguio hablando, y Sukhvinder permanecio quieta con las palmas sudadas y la mirada fija en sus zapatos. Tessa conocia a su madre, le diria que su hija habia intentado saltarse clases; pero ?y si Sukhvinder le explicaba por que? ?Intercederia Tessa por ella? ?Podria interceder? Ante su hijo no; ella no podia controlar a Fats, eso lo sabia todo el mundo. Pero ?y ante Krystal? Esta iba a orientacion…
?Como seria la paliza si se chivaba? De todas formas, le darian una paliza, aunque no dijera nada. Krystal ya habia estado a punto de soltarle a toda su banda…
—?Ha pasado algo, Sukhvinder?
Ella asintio con la cabeza. Tessa insistio:
—?Puedes contarmelo?
Y Sukhvinder se lo conto.
Estuvo segura de percibir, en la leve contraccion de la frente de Tessa mientras escuchaba, algo mas que compasion por ella. Tal vez Tessa pensara en como reaccionaria Parminder ante la noticia de que habia gente que aireaba por la calle lo que supuestamente le habia hecho a Catherine Weedon. A Sukhvinder no se le habia olvidado preocuparse por eso cuando estaba sentada en el cubiculo del lavabo deseando que le sobreviniera la muerte. O quiza la expresion de inquietud de Tessa fuera reticencia a enfrentarse a Krystal Weedon; seguramente esta tambien era su favorita, como lo habia sido del senor Fairbrother.
Una feroz y dolorosa sensacion de injusticia traspaso la tristeza de Sukhvinder, su miedo y su autodesprecio, y aparto la marana de preocupaciones y terrores que la atenazaban todos los dias; y penso en Krystal y sus amigas, a punto de echarsele encima; y penso en Fats, que le susurraba palabras ponzonosas por detras en todas las clases de matematicas, y en el mensaje que la noche anterior habia borrado de su pagina de Facebook: «lesbianismo. m. Homosexualidad femenina. Tambien llamado safismo».
—No se como lo sabe —dijo Sukhvinder; notaba el pulso en los oidos.
—?Como sabe que? —pregunto Tessa sin mudar aquella expresion de desvelo.
—Que le han puesto una reclamacion a mi madre por lo de su bisabuela. Krystal y su madre no se hablan con el resto de la familia. A lo mejor… se lo ha contado Fats.
—?Fats? —repitio Tessa sin comprender.
—Bueno, como salen juntos… Krystal y el. Quiza se lo haya dicho Fats.
Le produjo cierta amarga satisfaccion ver como todo vestigio de serenidad profesional abandonaba el rostro de Tessa.
IX
Kay Bawden no queria volver a poner un pie en casa de Miles y Samantha. No podia perdonarles que hubieran presenciado la exhibicion de indiferencia de Gavin, ni perdonarle a Miles aquella risa condescendiente, su postura respecto a Bellchapel o el desden con que el y Samantha habian hablado de Krystal Weedon.
Pese a las disculpas que le habia ofrecido Gavin y la declaracion, no muy entusiasta, de su afecto, Kay no cesaba de imaginarselo sentado con Mary en el sofa, levantandose para ayudarla a recoger los platos, acompanandola a su casa a pie. Unos dias mas tarde, cuando Gavin le dijo que habia cenado en casa de Mary, Kay tuvo que reprimir una respuesta airada, porque el jamas habia comido otra cosa que no fueran unas tostadas en su casa de Hope Street.
Quiza no le estuviera permitido decir nada malo de La Viuda, de la que Gavin hablaba como si fuera la mismisima virgen, pero los Mollison eran otro cantar.
—La verdad es que Miles no me cae muy bien.
—Tampoco es que sea mi mejor amigo.
—Si sale elegido, sera una catastrofe para la clinica para toxicomanos.
—Pues yo no veo por que.
La apatia de Gavin, su indiferencia ante el sufrimiento ajeno, enfurecian a Kay.
—?No hay nadie dispuesto a defender Bellchapel?