—Supongo que Colin Wall —respondio Gavin.

Asi que el lunes por la tarde, a las ocho, Kay recorrio el sendero de la casa de los Wall y llamo al timbre. Desde la puerta alcanzaba a ver el Ford Fiesta rojo de Samantha Mollison, aparcado en el camino de entrada tres casas mas alla. Esa vision avivo sus ganas de pelea.

Una mujer de escasa estatura, poco agraciada, regordeta y con una falda de estampado psicodelico abrio la puerta de la casa de los Wall.

—Hola. Me llamo Kay Bawden, y me gustaria hablar con Colin Wall.

Tessa se quedo un instante mirando fijamente a aquella atractiva joven aparecida en la puerta de su casa y a la que nunca habia visto. Por su cabeza paso una idea descabellada: que Colin tenia una aventura y que su amante habia ido a contarselo.

—Ah, si. Pasa, pasa. Yo soy Tessa.

Kay se limpio los zapatos a conciencia en el felpudo y la siguio hasta una sala mas pequena y mas fea, pero mas acogedora que la de los Mollison. Vio a un hombre alto y medio calvo, de frente amplia, sentado en una butaca con una libreta en el regazo y un boligrafo en la mano.

—Ha venido Kay Bawden, Colin —anuncio Tessa—. Quiere hablar contigo.

Advirtio la expresion de sorpresa y recelo de su marido y supo al instante que no conocia a aquella mujer. «Francamente —se dijo, un tanto avergonzada—, ?como se te ocurre pensar una cosa asi?»

—Perdonad que me presente asi, sin avisar —dijo Kay cuando Colin se levanto para estrecharle la mano—. Os habria telefoneado, pero no estais…

—No, no figuramos en la guia —confirmo Colin. Era muy alto al lado de Kay, y sus ojos parecian minusculos detras de unas gruesas gafas—. Sientate, por favor.

—Gracias. Es por lo de las elecciones. Las elecciones al concejo parroquial. Tu te presentas, ?verdad? Contra Miles Mollison, ?no?

—Asi es —confirmo Colin, nervioso al comprender quien era ella: la periodista que habia entrevistado a Krystal.

Por fin habian dado con el. Tessa no deberia haberla dejado entrar.

—Queria saber si podria ayudar de alguna forma. Soy asistente social y trabajo sobre todo en los Prados. Podria darte algunos datos y cifras sobre la Clinica Bellchapel para Drogodependientes, que por lo visto Mollison pretende cerrar. Tengo entendido que tu estas a favor de la clinica, que te gustaria mantenerla abierta.

Colin sintio una oleada de alivio y placer que casi le produjo mareo.

—Ah, si —dijo—. Si, por ahi van los tiros. Si, eso era lo que mi predecesor… Es decir, el anterior ocupante del cargo, Barry Fairbrother, se oponia firmemente al cierre de la clinica. Y yo tambien.

—Pues el otro dia hable con Miles Mollison y me dejo muy claro que, a su modo de ver, no vale la pena que la clinica siga abierta. Sinceramente, creo que tiene unas ideas muy ingenuas sobre las causas y los tratamientos de la adiccion, y sobre el importante papel que desempena Bellchapel. Si el concejo se niega a renovar el contrato de arrendamiento del edificio, y si el Ayuntamiento de Yarvil deja de financiarla, corremos el peligro de que un sector de la poblacion muy vulnerable se quede sin ningun tipo de apoyo.

—Si, si, claro —coincidio Colin—. Claro, estoy de acuerdo. —Perplejo, lo halagaba que aquella atractiva joven hubiera ido a verlo a su casa para ofrecerse como aliada.

—?Te apetece una taza de te, Kay? ?O un cafe? —pregunto Tessa.

—Gracias, Tessa. Te, por favor. Sin azucar.

Fats estaba en la cocina, hurgando en la nevera. Comia mucho y continuamente, y aun asi seguia igual de flaco; nunca engordaba ni un gramo. Pese a que habia expresado abiertamente cuanto lo molestaban, no parecio afectarle ver el paquete de jeringuillas ya preparadas de Tessa en una caja blanca de aspecto aseptico, junto al queso.

Su madre fue a llenar el hervidor, y volvio a pensar en el asunto que llevaba consumiendola desde que, horas antes, Sukhvinder se lo habia insinuado: Fats y Krystal salian juntos. Todavia no se lo habia preguntado a Fats, ni contado a Colin. Cuantas mas vueltas le daba, mas se convencia de que no podia ser cierto. Estaba segura de que su hijo tenia un concepto tan elevado de si mismo que ninguna chica podia parecerle lo bastante buena, y mucho menos una como Krystal. Seguro que el no… «?No se rebajaria? ?Te refieres a eso? ?Es eso lo que estas pensando?»

—?Quien es? —le pregunto Fats con la boca llena de pollo frio, mientras ella encendia el hervidor.

—Una mujer que quiere ayudar a papa a conseguir la plaza en el concejo —contesto Tessa, y se puso a buscar galletas en el armario.

—?Por que? ?Quiere ligarselo?

—No seas infantil, Stu —repuso ella con irritacion.

Fats separo varias rodajas finas de jamon de un paquete ya abierto y se las metio una a una en la boca. Parecia un mago metiendose panuelos de seda en el puno. A veces Fats se pasaba diez minutos seguidos ante la nevera, abriendo paquetes y envoltorios de celofan y engullendo comida directamente. Era una costumbre que Colin reprobaba, como ocurria con casi todos los aspectos del comportamiento de Fats.

—No, en serio. ?Por que quiere ayudarlo? —insistio el cuando se hubo tragado lo que tenia en la boca.

—Quiere que la Clinica Bellchapel para Drogodependientes siga abierta.

—?Por que? ?Es yonqui?

—No, no es yonqui —dijo Tessa, y la molesto ver que Fats se habia zampado las tres ultimas galletas de chocolate y habia dejado el envoltorio vacio en el estante—. Es asistente social y cree que la clinica cumple una funcion importante. Papa quiere que siga abierta, pero Miles Mollison opina que no es eficiente.

—Muy buena no debe de ser, porque los Prados esta lleno de gente que se chuta caballo y esnifa cola.

Tessa sabia muy bien que, si hubiera dicho que Colin queria cerrar la clinica, Fats habria presentado al instante algun argumento para mantenerla abierta.

—Tendrias que ser abogado, Stu —dijo cuando la tapa del hervidor empezo a temblar.

De vuelta en la sala con la bandeja, encontro a Kay hablando con Colin y repasando un fajo de documentos impresos que ella habia sacado de su bolsa.

—… dos asistentes de toxicomanos financiados a medias por el concejo y Accion contra la Adiccion, que es una organizacion benefica muy buena. Ademas hay una asistente social adscrita a la clinica, Nina. Ella es la que me ha dado todo esto… Ah, muchas gracias —le dijo con una amplia sonrisa a Tessa, que acababa de dejar una taza de te en la mesa que tenia a su lado.

En pocos minutos, Kay sintio mas simpatia por los Wall de la que habia sentido por nadie de Pagford. Cuando le habia abierto, Tessa no la habia mirado de arriba abajo, evaluando sus defectos fisicos y su forma de vestir. Su marido, aunque nervioso, parecia decente y decidido a impedir que los Prados quedara abandonado.

—?De donde es ese acento, Kay? ?De Londres? —pregunto Tessa, mojando una galleta en su cafe.

Ella asintio con la cabeza.

—?Y que te ha traido a Pagford?

—Una relacion. —No le produjo ningun placer decirlo, a pesar de que oficialmente ya se habia reconciliado con Gavin. Miro a Colin y anadio—: No acabo de entender la situacion respecto al concejo parroquial y la clinica.

—Pues el concejo es propietario del edificio —explico Colin—. Es una antigua iglesia. El contrato de arrendamiento vence y hay que renovarlo.

—Y esa seria una forma facil de echarlos, ?no?

—Exactamente. ?Cuando dices que hablaste con Miles Mollison? —pregunto con la esperanza, y al mismo tiempo con temor, de oir que Miles lo habia mencionado a el.

—Cenamos en su casa hace dos semanas. Gavin y yo…

—?Ah, eres la novia de Gavin! —la interrumpio Tessa.

—Si. Bueno, pues salio a colacion el tema de los Prados y…

—Era inevitable —tercio Tessa.

—… Miles menciono Bellchapel y yo me quede… consternada por como enfocaba ciertos temas. Le dije que actualmente asisto a una familia —recordo la indiscrecion que habia cometido al mencionar el apellido Weedon y fue con cuidado—, y que, si la madre deja de recibir metadona, es casi seguro que acabara recayendo.

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