Tras tartamudear una disculpa, Rachel colgo el telefono y se pregunto que demonios estaba pasando.
Capitulo 9
Ben fue informado durante la reunion con Brewer de que habian conseguido detener a uno de los complices de Asada.
– ?Y que ha dicho sobre el? -pregunto Ben.
– Todavia no ha soltado nada. Pero el hecho de que lo hayan detenido en Sudamerica nos indica que Asada todavia esta alli. Estoy seguro de que pronto lo encontraran.
Pero Ben queria algo mas que una promesa. El queria… que todo aquello terminara. No estaba acostumbrado a pasar tanto miedo, y, como rara vez se encontraba personalmente involucrado en ese tipo de situaciones, no sabia como enfrentarse a ellas.
Pero aquella no era una situacion cualquiera. Era su vida. La vida de Emily. La vida de Rachel.
– Pronto podria ser demasiado tarde.
El agente Brewer, un hombre que llevaba veinte anos de servicio y vivia completamente entregado a su trabajo, asintio.
– Soy consciente de su miedo, pero estamos haciendo todo lo que podemos.
– Si Asada esta en Sudamerica, con todos los contactos que tiene puede pasarse toda la vida escondido.
– Es preferible a que este en los Estados Unidos, detras de usted.
– Podria tener hombres aqui. Hombres dispuestos a obedecerlo a ciegas.
– Hemos estado revisando las cintas de video del aeropuerto de Los Angeles grabadas alrededor de la fecha en la que Rachel tuvo el accidente -presiono un mando a distancia y comenzaron a surgir imagenes en un televisor, mostrando a dos hombres saliendo de la terminal de Los Angeles-. Estamos intentando seguir el rastro de estos dos hombres. Y queriamos que viera su aspecto.
El terror se instalo en el vientre de Ben como una roca. El terror y el sentimiento de culpabilidad. El era el culpable de todo lo que le habia ocurrido a Rachel. Del hospital, el dolor, de sus limitaciones… El peso de la culpa lo devoraba.
Cuando salio de la oficina de Brewer, South Village ya se habia abierto a otro prospero dia. Habiendo vivido durante tanto tiempo lejos de alli, resultaba duro reconciliar toda aquella evidente riqueza con el mundo que Ben conocia, un mundo en el que el sufrimiento y el hambre eran el pan de cada dia.
Inmerso en un atasco, aprovecho para planear parte de su futuro trabajo. Podia escribir algunos articulos que habia estado coleccionando para los dias de lluvia. Si, podia dedicarse a ello durante el dia. De hecho, tendria que hacerlo si queria conservar la cordura.
– ?Que vas a establecerte en una casa? -le pregunto el editor de la revista con fingido horror-. ?Quieres decir que tienes una autentica direccion?
– Resulta dificil de creer, ?eh?
– Bueno, eso tendre que verlo. Nos mantendremos en contacto.
Ben se despidio y giro hacia la calle de Rachel. Felizmente ajena al mundo de su padre, Emily estaba sentada en el ultimo escalon de la casa con Parches en el regazo y el portatil en precario equilibrio sobre sus rodillas. Tenia la cabeza inclinada, mientras sus dedos volaban sobre el teclado.
A Ben se le encogio el corazon. ?Como era posible que aquella preciosa y dulce criatura no tuviera otro amigo que su ordenador? La necesidad de esconderla, de protegerla del terrible lobo que era la vida era tan sobrecogedora que, por un instante, Ben solo fue capaz de mirarla sintiendo un dolor tan intenso que no sabia que hacer consigo mismo.
Cuando Emily advirtio su presencia, cerro el ordenador y le dirigio una sonrisa radiante. Y el dolor desaparecio. Dios, cuanto la queria.
– He intentado hablarle a mama de Parches -dijo Emily-, pero siempre esta dormida. O de mal humor.
– Esta sufriendo mucho. Emily, no me gusta que me esperes fuera.
– South Village es un lugar seguro, papa.
– Por favor, Em.
– Si, de acuerdo.
– Y, sobre lo del perro. Si no se lo dices hoy a tu madre, se lo dire yo.
– Vaya, te has convertido en un padre muy estricto -miro el reloj-. No tenemos tiempo para ir a atascar nuestras arterias.
?Estricto? ?El era estricto?
Diablos, ?ni siquiera sabia lo que era ser padre y su hija pensaba que era estricto?
Esa nina no sabia el significado de esa maldita palabra.
– ?Que te parece si pasamos por un
–
– Entonces le comprare algo repugnantemente saludable cuando vuelva hacia casa.
Emily le dirigio una sonrisa que disipo el frio que lo acompanaba desde aquella terrible llamada matutina.
– De acuerdo.
– Pero en serio, Emily, tienes que decirle a mama lo del perro. Estoy cansado de esconderlo.
En un abrir y cerrar de ojos, la sonrisa de Emily se transformo en un ceno fruncido.
– Lo se -le dio un beso al cachorro en la boca, provocando una mueca de Ben.
– Ahora.
– Oh, papa. Ahora no puedo decirselo, esta durmiendo. Pero te prometo que sera lo primero que le diga esta tarde -para dar cierto efecto a sus palabras, batio las pestanas sobre sus enormes ojos.
?Estricto? En realidad era un infeliz.
– En cuanto cruces la puerta de casa.
– Te lo prometo. ?Papa? -inclino la cabeza y lo estudio con atencion-. Tu quieres a mama, ?verdad? Ya sabes, como la querias cuando me tuvisteis.
– Emily…
– Porque se que estabais enamorados. Se nota en la fotografia que tiene mama.
– ?Tu madre tiene una fotografia?
– Si, en el cajon en el que guarda el joyero. Estais muy jovenes y tu la estas abrazando. Mama se rie y tu la miras como si estuvieras enamorado de ella.
Asi que Rachel guardaba una fotografia… ?Por que una mujer que le habia dicho que se marchara para siempre iba a hacer algo asi?
– Eso fue hace mucho tiempo, Em, lo sabes.
– Pero eso no significa que los sentimientos tengan que cambiar. ?Tu me querias cuando naci?
– Mucho.
– ?Y ahora me quieres?
– Por supuesto que te quiero, Em…
– ?Lo ves? Eso significa que, si quisierais, podriais volver a quereros.
Ben se sento al lado de su hija.
– Emily, yo solo he venido porque…
– Porque yo te llame. Pero viniste muy rapidamente, papa, y eso significa algo.
– Y voy a quedarme, voy a quedarme para ayudaros a las dos. Pero eso es todo.
«Mentiroso», se dijo.
Y Emily le dijo lo mismo con la mirada.
Llevando en una mano a la cachorra, una especie de revuelto de proteinas con pepino y una sopa de aspecto muy poco apetitoso que la atractiva propietaria del
Y no iba a hablarle todavia de esa maldita cachorra.