Despues de que Adam se marchara, Rachel subio en el ascensor al estudio y se dejo caer en la butaca que tenia frente a la ventana.
La frustraba sentirse tan debil, pero por lo menos aquel dia no tenia que utilizar la silla de ruedas. Pasitos de bebe, le recordaba continuamente su fisioterapeuta.
Su mirada vago hasta el parque de la esquina, donde estaban disputando un partido de baloncesto. Y no fue capaz de apartar la mirada de Ben, ni durante el partido ni mientras regresaba de vuelta a la casa.
En el paso de peatones, Ben se detuvo y miro con recelo hacia la puerta principal. Hundio ligeramente los hombros, como si estuviera soportando sobre ellos todo el peso del mundo. Parecia cansado, exhausto. Humano.
Entonces alzo la mirada y la vio. Rachel cerro los ojos y, cuando volvio a abrirlos, Ben habia desaparecido. Estaba recordandose a si misma que quiza fuera lo mejor, cuando aparecio Ben en el marco de la puerta del estudio.
– ?Estas bien?
Preocupacion. Siempre preocupacion. Pues bien, ella estaba harta de preocupacion. Cansada de sentirse debil y vulnerable cuando lo que realmente queria era que saliera para siempre de su vida.
Entonces Ben bajo la mirada hacia el regazo de Rachel. Y vio a la perrita durmiendo.
– Eh… la has encontrado, ?verdad?
– ?Pensabas que no la encontraria?
– Emily dijo…
– ?Que dijo Emily, Ben? ?Que no me importaria que me mintierais y la escondierais a mis espaldas?
Ben se froto la cara.
– Mira, me estaba mirando con esos enormes ojos verdes, ?de acuerdo? Y me dijo que tu querias tener una perrita y que esta te encantaria.
– Y si de verdad yo queria tener un perro, ?por que iba a ocultarmelo durante dias?
– De acuerdo, soy una porqueria de padre y todas esas cosas, los dos lo sabemos.
Aquello, sumado a la tristeza de su rostro, le hizo tragarse a Rachel la furiosa replica que tenia preparada.
– ?Crees que eres un mal padre?
– Lo se. Por el amor de Dios, vivo en el otro lado del mundo.
– Pero la llamas, y le envias cartas, y la ves.
– Una vez cada dos meses. No se lo que es ser un buen padre, pero eso no es excusa. Tu tampoco sabias lo que era ser una buena madre y mirate. Eres una madre magnifica.
Aquella fue una de las pocas ocasiones en las que pudo sacar a relucir la infancia de Rachel sin que ella se pusiera a la defensiva.
– Cada uno es como es, Ben, y yo diria que lo hemos hecho lo mejor que hemos podido en nuestras circunstancias. En cuanto a Emily, creo que eres maravilloso con ella.
Ben rio con amargura.
– Lo digo en serio -contesto Rachel suavemente, deseando que la creyera. Era extrano tener que ser ella la que lo consolara. Y extrano tambien que le gustara hacerlo-. Esta disfrutando mucho de estos dias que esta pasando contigo.
– ?Pero? -Ben tenia la sensacion de estar oyendo un pero detras de cada frase.
– Pero me preocupa que te eche de menos cuando te vayas. Porque te iras. A la larga te iras. Tendras que hacerlo, lo llevas en la sangre y los dos lo sabemos.
– Si. Y siento lo de Parches.
Rachel acaricio a la perrita.
– ?De verdad?
– Era una perrita abandonada, Rach. Y estoy dispuesto a hacerme cargo de sus gastos.
– No te preocupes, Ben.
Ben la miro con una adorable expresion de confusion.
– ?Por que?
– ?Por que? -Rachel estuvo a punto de echarse a reir y sintio al mismo tiempo unas ganas inexplicables de abrazarlo, lo cual habria sido como abrazar a un tigre hambriento-. Porque haces a Emily feliz, la haces feliz como yo no he podido hacerlo ultimamente.
Rachel decidio ignorar la sorpresa de Ben porque la desgarraba. ?De verdad la creia tan despiadada? Si, por supuesto que la creia despiadada.
– ?Por que has estado hablando con un tal agente Brewer sobre mi, Ben?
La sonrisa de Ben desaparecio.
– Es un agente del FBI, estaba preocupado por ti.
– ?Que tiene que ver un agente del FBI con mi recuperacion?
– Hemos estado hablando de tu accidente.
– No lo comprendo.
– No sabia que habian detenido la investigacion hasta que llegue. Y desde entonces he estado detras de la policia, para que la conviertan en un asunto prioritario.
Incluso alli continuaba preocupandose por la justicia. Rachel lo admiraba por ello y habria dado cualquier cosa por tener una minima parte de su valor.
Ben estaba mirando las flores que descansaban en el alfeizar de la ventana, otro regalo de Adam. Del dulce y siempre amable Adam. Rachel le tenia un gran carino, Adam le hacia sonreir y le resultaba muy facil estar con el. Podia decir incluso que habia estado contemplando la posibilidad de dar un paso adelante en su relacion.
Hasta que habia aparecido Ben. No lo admitiria ni bajo amenaza de muerte, pero en cuanto los habia visto juntos, las cosas habian cambiado.
Y no porque deseara a Ben.
De acuerdo, quiza lo deseaba en secreto. Haria falta tener hielo en las venas para no desearlo. Pero ella no queria desearlo.
– Ya es hora de ir al fisioterapeuta.
– Estoy lista.
Con mucho cuidado, empujo a Parches para que bajara de su regazo. Las piernas se le habian quedado dormidas en aquella postura y levantarse fue un ejercicio frustrante.
– Eh, eh -Ben corrio a su lado y la levanto en brazos-. No puedes hacer eso, no puedes moverte tan rapido, tienes que…
– ?Que? ?No tengo que moverme? ?Ni pensar? ?Ni respirar? Bueno, intenta dejar de hacer todas esas cosas y veras cuanto tardas en volverte loco.
– Mira. Ya estas grunendo otra vez -la llevo hasta el dormitorio y alli se sento con ella en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero, una pierna en el suelo y la otra sobre el colchon. Alzo la cabeza y cerro los ojos, como si se hubiera olvidado de que Rachel estaba sentada en su regazo.
– Creia que teniamos que irnos.
– Si -pero no la soltaba.
La perrita los habia seguido y ladraba alegremente en el suelo.
– Ya puedes soltarme. Estoy perfectamente…
– ?Rachel?
– ?Si?
– Callate, por favor, solo un momento.
Si, pero si se callaba, lo unico que podia hacer era sentir. Y lo que estaba sintiendo era el calor dolorosamente familiar que experimentaba cuando se sentia rodeada por la fuerza de Ben. Y sabia que podria acostumbrarse a aquella sensacion.
Era una pena que Ben no pudiera.
– Mira, tu solo has venido aqui porque Emily te ha llamado. Ella te dijo que yo te necesitaba, pero tanto tu como yo sabemos cual era el problema en realidad y no creo que haya mas que decir.
Ben continuaba con los ojos cerrados.