Mel tambien se detuvo un instante en medio de la calle, olvidandose de Ben y recuperando el recuerdo de la ultima Noche Vieja. Habia ido a pasarla con Rachel, que se habia quedado dormida antes de las diez de la noche. Peligrosamente sola y aburrida, Mel habia decidido acercarse a un bar que no quedaba lejos de la casa. Y habia terminado encontrandose con Garret.
En un momento de locura, habia bailado con el.
Y en un segundo momento de locura incluso mayor, habia aceptado ir a su casa, donde habia pasado una larga y gloriosa noche. No habian vuelto a hablar desde entonces.
Entre otras cosas, porque ella le habia dado largas cada vez que el lo habia intentado.
– Mel -la saludo Ben con aquella voz grave y seria cuando llego al jardin.
Mel le dirigio a Garret una ultima mirada que hizo que el corazon le diera un vuelco en el pecho.
– Ben -se obligo a tranquilizarse mientras Ben se incorporaba con la gracia de un felino y a sacar de su mente a Garret, aquel hombre que para ella no tenia ninguna importancia-. ?Que estas haciendo aqui, guapisimo? ?Vas a llevarte a Emily a uno de esos viajes exoticos?
– He venido por Rachel.
?Ah, si?
– ?Te ha llamado ella?
Ben se echo a reir al oirla, con aquella risa sensual con la que, imagino Mel, podria hacer ronronear a una monja. Por el rabillo del ojo, advirtio que Garret estaba regando las flores. Y lo hacia con la misma concentracion con la que lo hacia todo. Al recordar que ella misma habia sido el objeto de su concentracion en una ocasion, el corazon volvio a darle un vuelco en el pecho. ?Que demonios le pasaba?
– No, no me llamo ella -Ben sonrio-. ?Alguna vez te ha llamado tu hermana para pedirte ayuda?
– Eh, no -admitio Mel con una sonrisa-. ?Entonces como…?
– He venido a cuidarla, aunque eso tambien es un asunto algo delicado porque, segun tu hermana, no necesita a nadie. En ese sentido, las cosas no han cambiado mucho.
– De modo que has venido a cuidarla -repitio Mel lentamente-. Pero Emily me dijo que habia contratado a una enfermera…
– ?Y te lo tragaste?
Mel clavo la mirada en sus risuenos ojos y sacudio la cabeza.
– Oh, no. No ha podido mentirme.
– Me temo que si.
– Y tu viniste corriendo. Que gesto tan dulce… -intento pensar si alguna vez habia estado con un hombre que hubiera sido capaz de dejarlo todo, su trabajo, su vida, para correr a su lado, desde el otro extremo del mundo, nada mas y nada menos.
Y no, nunca habia estado con un hombre asi.
Mantenia la mirada lejos del hombre que estaba en el jardin de al lado, un hombre que jamas le habia dicho a nadie que la habia deseado, aunque solo hubiera sido en una ocasion.
– Rachel esta mejorando mucho -dijo Ben.
Y si Mel hubiera sido una mujer de facil sonrojo, se habria ruborizado al darse cuenta de que no habia preguntado por la salud de su hermana.
– Supongo que podre comprobarlo por mi misma -dijo, y le dirigio a Ben una de aquellas sonrisas ante las que normalmente se rendian los hombres estupidos, solo para ver lo que podia suceder.
Completamente inmune a su sonrisa, Ben le abrio la puerta y, sin que ella le hubiera dado permiso, Mel sintio que se le encogia el corazon. ?Por que los hombres con los que se acostaba no le abrian la puerta?
Bueno, la verdad era que Garret lo habia hecho. Pero no queria volver a pensar en el.
– ?Rach? -Ben se acerco a la barra que habia en el centro del vestibulo y llamo a Rachel. Despues se volvio hacia su hermana-. La he dejado hace una hora en el vestibulo, iba a intentar ponerse a trabajar.
– ?Tanto ha mejorado? -la ultima vez que habia visto a su hermana parecia al borde de la muerte.
– No, pero tu hermana es condenadamente cabezota. Quiza puedas convencerla de que almuerce. Esta comiendo como un pajarito.
Mel lo siguio y sacudio la cabeza. Ben ni siquiera se habia fijado en sus labios pintados, ni habia recorrido con la mirada su cuerpo, ni siquiera el minusculo vestido blanco que llevaba.
Esperaba que por lo menos Garret la hubiera mirado con atencion.
Y no porque estuviera pensando en el…
Subieron la escalera. Y cuando llegaron a la puerta cerrada del estudio, Ben volvio la cabeza y sonrio.
– ?Estas preparada para que te arranquen la cabeza?
Mel aparto a Garret de sus pensamientos.
– ?Por que lo preguntas?
– Bueno, a lo mejor Rachel no intenta morderte cada vez que la miras, pero… -rio suavemente-, parece que Rachel y yo sacamos lo mas extremo de cada uno de nosotros.
El hecho de que no hubiera dicho «lo peor de nosotros», la dejo paralizada. ?Que estaba ocurriendo alli? Puso los brazos en jarras.
– ?Estais haciendo alguna estupidez, como acostaros juntos? Porque espero que en esta ocasion os asegureis de utilizar los preservativos correctamente.
La puerta se abrio de golpe y aparecio Rachel, apoyada en el baston y fulminandolos con la mirada.
– Hola, carino -dijo Ben con extremada dulzura-. Ya he vuelto a casa.
Rachel lo miro con los ojos entrecerrados y se volvio hacia Melanie.
– ?Quieres preguntarme algo directamente a mi?
Oh, Dios. Mel cometio el error de mirar a Ben.
– No lo mires a el -le exigio Rachel-. Mirame a mi, estoy aqui. De pie, y, ya que lo preguntas, si, me duele terriblemente.
– Eh, hermanita. Tienes un aspecto… magnifico.
Rachel solto un bufido y regreso al interior del estudio.
– Rach… -Ben entro en la habitacion y sorprendio a Melanie posando las manos sobre los hombros de su hermana, uno de los cuales se inclinaba ligeramente, por el esfuerzo de soportar la escayola-. Vamos, pequena. Vamos al piso de abajo para que comas algo. Em ha traido esas repugnantes galletas tan saludables, ?recuerdas? Tendras que comertelas antes de que vuelva a casa si no quieres que se preocupe por ti.
– Cometelas tu.
– Bueno, querida, lo haria si no supieran a aserrin.
Rachel se echo a reir. A reir. Ben tambien rio, le dirigio a Rachel una sonrisa y le acaricio la mejilla.
Rachel se sonrojo.
Y, mientras Mel los observaba atentamente, Ben deslizo las manos por los brazos de su hermana al tiempo que la miraba a los ojos con tanto carino, con tanta intensidad, que dejo a Mel completamente sin aliento.
– Dios mio -dijo con una risa que a ella misma le resulto demasiado estridente-. Como cambian las cosas. La ultima vez, no podias estar en la misma habitacion. Y ahora mira.
Rachel volvio la cabeza y se alejo de Ben, de manera que a este no le quedo mas remedio que dejar caer las manos a ambos lados.
– Estamos conviviendo en la misma casa para tranquilizar a Emily, Mel, asi que no llegues a conclusiones equivocadas.
– ?Conviviendo solamente?
– Ya basta, Mel -le advirtio Ben con mas vehemencia de la que ella estaba acostumbrada a soportar.
?Que valor!, se dijo Mel indignada. Durante anos, habia estado practicamente a su servicio, llevando a Emily hasta los confines de la tierra para que pudiera verla. Evidentemente, saltaba de alegria cada vez que la llamaba porque no tenia ningun inconveniente en verlo un par de veces al ano, pero, ?donde habia quedado su gratitud?
– De acuerdo, entonces -dijo con aparente ligereza. Pero de pronto, sintio que la garganta le ardia-. Aunque no logro imaginarme por que he arriesgado mi trabajo viniendo a toda velocidad hasta aqui. Ah, espera, si, ahora me acuerdo, ha sido porque Rachel me llamo llorando.
Ben giro el rostro inmediatamente hacia Rachel.
– ?Estabas llorando?