cuanto antes de su vida.
– Hola carino.
Incapaz de evitarlo, le tendio los brazos y, cuando Emily corrio hacia ella, la beso y la abrazo durante largo rato.
Ben le habia asegurado que Emily estaba todo lo segura que podia estar, pero Rachel dudaba de que pudiera relajarse nunca mas.
Emily se retorcio nerviosa en sus brazos y cuando Rachel la solto, se aparto y le dirigio una de esas francas y enormes sonrisas que Rachel llevaba tiempo sin ver.
– ?Sabes una cosa, mama?
– ?Que? ?Has vuelto a prepararnos otra de esas citas falsas?
Emily tuvo al menos la deferencia de sonrojarse al oirla.
– Eh, no. Ese tipo de ideas no se repetiran.
– Gracias a Dios.
– Y voy a dejar de pedirte que me quites del colegio y me dejes estudiar en casa.
Era la primera vez que lo decia y aquel momento deberia haber sido un motivo de jubilo. Pero, precisamente, Rachel habia estado considerando la posibilidad de que Emily estudiara en casa hasta que atraparan a Asada.
– ?Y a que se debe ese cambio de opinion?
– Bueno, hay un chico…
Un chico. Habia estado tan encerrada en su propia pesadilla que habia olvidado que la vida de Emily no habia cambiado.
– ?Es guapo?
– ?Mama!
– ?Que?
– Solo somos amigos.
– ?Oh, Dios mio! ?Estamos hablando de chicos? -Melanie entro en aquel momento en el estudio-. Pero te advierto una cosa, carino, los chicos pueden ser unos pesimos amigos -vio que Rachel la estaba mirando por encima de la cabeza de Emily-. ?Que pasa? Es cierto, no confies nunca en un hombre -le dijo Mel a Emily-. Nunca.
En ese momento sono el telefono. Con un suspiro, Rachel presiono el boton.
– ?Diga?
– Eh, ?como va Gracie? -la voz grave de Gwen resono en medio de la habitacion-. Estaba pensando en acercarme por alli para ir a buscar tu ultima tira.
– Gwen, no tengo nada para ti -Rachel suspiro cuando Mel y Emily la miraron sorprendidas. Y no podia culparlas, se pasaba el dia encerrada en aquel estudio.
– Rachel, no continuaras pensando en esa tonteria de renunciar a Gracie, ?verdad?
Rachel elevo los ojos al cielo.
– Ya te llamare mas adelante, Gwen.
– Pero…
Rachel desconecto el telefono y les dirigio a Emily y a Mel una temblorosa sonrisa.
– ?Vas a renunciar al mejor sueldo que has tenido en toda tu vida? -pregunto Mel-. ?Pero por que?
– Yo no he dicho que vaya a renunciar.
– Mama, yo creia que querias a Gracie.
– Oh, por el amor de Dios. Estas hablando como si Gracie fuera real.
– Mama.
Rachel suspiro. ?Como explicar que ya no se sentia creativamente estimulada por algo que tiempo atras era practicamente su vida? ?Que queria cambiar de rumbo, que sentia aquel profundo deseo en su interior, un deseo que no habia sentido desde que Ben habia salido de su vida?
Ese era el efecto que Ben tenia en ella. Alimentaba su pasion.
– A veces -dijo con calma-, una persona tiene que cambiar para poder seguir avanzando.
– Pero… -Emily parecia confundida-, si dejas de trabajar, ?eso significara que tendremos que mudarnos?
– No seas estupida, Rach. No vas a renunciar a Gracie, eso seria una locura -dijo Mel.
Rachel la ignoro y tomo la mano de Emily.
– La verdad es que las cosas para mi ya no son como antes. No se lo que voy a hacer, pero para ti, nada cambiara, ?de acuerdo? De modo que, nada de mudarnos.
– Em… -Emily estaba observando a Rachel como si fuera un canon a punto de explotar-, dejanos un momento a solas.
– Quieres que me vaya para poder hablar de algo bueno.
– Emily.
– Estupendo, ?como vosotras querais! Dejadme al margen de la conversacion, no me importa -y cerro la puerta tras ella.
– Esto te va a costar -le advirtio Rachel a su hermana.
– Ya me las arreglare con ella. Lo que no soporto es que me andes escatimando detalles.
– Mel…
– El miercoles por la noche, durante la pelicula, Emily me conto su plan. Me hablo de la cita que os habia preparado. Es una suerte que sea tan inteligente -miro a Rachel con mucha atencion-. Bueno, ?como te fue?
– ?El que?
– Deja de hacerte la inocente, hermanita. La cena con Ben. Estamos a domingo, he dejado todo un dia por medio, lo menos que puedes hacer es contarme como llegaste a averiguar que todo habia sido un montaje de una nina de doce anos.
– Pues la verdad es que tarde mas de lo que podrias pensar.
– ?De verdad pensabas que Ben podia querer tener una cita contigo?
– Y el pensaba lo mismo de mi -contesto Rachel, poniendose a la defensiva.
– ?Y entonces que paso? ?Disteis un paseo por el mundo de los recuerdos?
Rachel penso en todo aquello que habitaba el mundo de sus recuerdos: los besos, los abrazos… el anhelo de algo mas.
– Eh…
– ?Dios mio, te estas sonrojando! ?Que demonios hicisteis los dos en el jardin? Espero que hayais sido suficientemente inteligentes como para no romper el preservativo en esta ocasion.
– ?Mel!
– Lo siento -y realmente parecia sentirlo, lo cual era toda una novedad-. Supongo que lo que pasa es que me sorprende que os lleveis tan bien cuando durante anos he tenido que ser yo la que llevara a Em…
– Lo se -Rachel se cubrio los ojos con la mano-, lo se -repitio mas suavemente-, y te estamos muy agradecidos…
– Ahora incluso hablas por el, ?eh?
Rachel no tenia la menor idea de a que se debia el extrano humor de su hermana, pero tampoco tenia tiempo para pensar en ello.
– ?Quieres saber lo que paso entre nosotros o no?
– Claro que si. Si has sido suficientemente estupida como para hacer algo con un hombre que rezuma resentimiento y parece estar muriendose por marcharse a donde quiera que antes estuviera.
– Hay circunstancias atenuantes…
– Dime una.
Intentando no entrar en demasiados detalles personales, Rachel le hablo de Manuel Asada, de su fuga, del accidente, de las cartas y de todo lo que Ben le habia contado.
– Asi que ahora ya sabes por que esta aqui.
– Muy bien, pues yo tampoco pienso irme de esta casa -anuncio Melanie.
– Claro que te vas a ir. Perderas tu trabajo si no vuelves manana a trabajar. Yo aqui estoy bien. Nos veremos pronto.
– Si -Mel se acerco a la puerta, pero antes de salir, regreso al lado de su hermana para darle un enorme