pasado, como si fuera asunto tuyo?

Sorprendida por aquella acusacion y por la furia de su tono, Melanie se echo a reir, pero Garret no le devolvio ni siquiera una sonrisa, de modo que tambien se desvanecio la sonrisa de Melanie.

– El pasado de mi hermana es asunto mio.

Garret cruzo la habitacion con una gracia y una fuerza inusuales en un hombre tan alto como el.

– No, cuando estas intentando hacer dano de forma deliberada, no lo es.

– Yo no estaba intentando hacer dano -lo observo buscar una taza y servirse un cafe como si estuviera en su propia casa.

Melanie sabia que su hermana consideraba a Garret un buen amigo, pero tambien que ella nunca habria sido capaz de tener ese tipo de relacion con el. ?Seria una mala persona? Y la molestaba que Garret se moviera con tanta confianza en casa de su hermana, ademas de que se comportara como si ellos dos jamas hubieran estado desnudos y en la misma cama.

– Ademas, no tengo por que darte explicaciones -anadio, interrumpiendose precipitadamente cuando Garret le tendio una taza de humeante cafe. Se quedo mirando fijamente el cafe.

– ?No te gusta el cafe?

Estaban peleandose, penso Melanie confundida, y aun asi… le ofrecia un cafe. Oh, claro, ya lo comprendia. Garret la deseaba otra vez… Pero no habia nada en aquellos ojos azules que pareciera una invitacion.

?Que demonios le pasaba?

Los hombres siempre estaban pensando en el sexo, siempre estaban planeando su proxima conquista. ?O no?

– No es venenoso -bromeo Garret al ver que continuaba mirando la taza con recelo.

– Lo tomo con leche y azucar.

En silencio, Garret le sirvio la leche y el azucar y se sirvio el mismo una taza de cafe. Solo.

– Me preocupa mi hermana -dijo Melanie a la defensiva-, y no quiero que vuelvan a hacerle dano otra vez.

– Creo que es evidente que esta radiante gracias a Ben -dijo Garret-, asi que perdoname si te parezco demasiado franco, pero desear destruir esa felicidad no me parece propio de una persona que dice preocuparse por Rachel.

Melanie se lo quedo mirando fijamente. Un dentista. Un don nadie.

– ?Estas diciendome que soy una mala hermana?

– ?De verdad te importa lo que yo pueda pensar?

Melanie no se enfrentaba a personas tan honestas con mucha frecuencia. No tenia muchos amigos intimos… Bueno, de hecho no tenia ningun amigo intimo. En cuanto a los amantes, rara vez era completamente honesta con ellos, o ellos con ella.

– Mira…

– Garret -le recordo el, con una sonrisa rondando sus labios.

?Melanie sabia perfectamente su nombre!

– ?Sabes una cosa? Tienes razon. No me importa lo que pienses de mi.

– Entonces no te importara que piense que estas intentando interponerte entre ellos por motivos puramente egoistas.

Melanie se quedo mirandolo fijamente. Jamas le habia hablado un hombre tan abiertamente. Y, desde luego, nunca la habian dejado por los suelos de aquella manera. Y tenia que reconocer que era sorprendente, excitante.

Oh, Dios. Volvia a desear a aquel hombre. Lo deseaba de verdad. Y Melanie no era una persona acostumbrada a renunciar a sus deseos. Se echo la melena hacia atras y sonrio.

– Crees que lo sabes todo, ?verdad? Pues bien, hoy es tu dia de suerte.

Garret arqueo una ceja.

– ?De verdad? ?Y por que?

– Porque sucede que a mi me gusta un tipo que lo sabe todo.

A los labios de Garret asomo una sonrisa.

– ?De verdad?

Gracias a Dios, los hombres eran pateticamente faciles, penso Melanie.

Pero Garret asintio con una sonrisa y… ?se volvio? Se dirigio al fregadero, lavo su taza y, despues de dejarla de nuevo en el armario, se dirigio hacia la puerta.

– ?Garret?

– Esta vez no, Melanie.

Melanie penso que no habia oido bien.

– Eh, ?que?

– Para mi una aventura de una noche no es suficiente, por lo menos contigo. Si quieres algo mas, ya sabes donde vivo.

El lunes, Ben fue a buscar a Emily al colegio. Le gustaba hacerlo cuando no tenia que llevar a Rachel al medico o no estaba ocupado con las fotografias o escribiendo. Le gustaba ir a buscarla, aunque solo fuera para poder pasar veinte minutos mas al dia con ella. En el coche, Parches se paseaba inquieta por el asiento de pasajeros, deseando que llegara el momento de reunirse con la que para ella era el centro del universo.

El colegio de Emily estaba en una calle relativamente tranquila de South Village, y al igual que muchos otros, era un edificio antiguo. Habia sido uno de los primeros colegios construidos hacia finales de mil ochocientos, aunque habia tenido que ser reconstruido en tres ocasiones debido a tres incendios. En aquel momento, aquel edificio de ladrillo con molduras blancas parecia casi anacronico. Ben podria haber estado alli mismo en mil ochocientos, esperando a su hija en un carruaje.

Pero entonces sono el timbre y los alumnos comenzaron a salir con sus enormes pantalones caidos hasta las caderas, los piercings, el pelo tenido de toda clase de colores, los moviles y los portatiles. Ben no pudo evitar reirse de si mismo mientras veia a su hija en medio de todos ellos, pareciendo definitivamente una habitante del siglo veintiuno.

Emily salia sola, pero, a medio camino, alguien la llamo.

Ben se tenso al ver a un chico de su edad. Iba vestido con unos vaqueros y una camiseta. No llevaba tatuajes ni pendientes. Era un nino normal. Le dijo algo a Emily y esta se encogio de hombros en respuesta. Al cabo de varios intentos mas, el chico renuncio.

Y Emily siguio caminando.

El chico continuo mirando a Emily con una expresion que Ben conocia demasiado bien.

Emily, ajena al corazon destrozado que habia dejado tras ella, alzo la mirada y vio a Parches esperandola. Con un grito de alegria, dejo la mochila en el asiento trasero del coche y abrazo a su mascota.

– Hola carino -Ben sabia que no debia pedir tambien un beso. Las demostraciones publicas de afecto eran una tortura para una nina de doce anos-. No mires, pero sigue mirando.

– ?Quien?

– El chico con el que estabas hablando.

– ?Me estabas vigilando? -pregunto Emily horrorizada.

– No, estaba esperandote.

A juzgar por su expresion, Emily no veia la diferencia.

– Papa, vamonos, ?rapido!

Pero su padre no queria que se marcharan. El trafico estaba practicamente paralizado por culpa de un accidente.

– No vamos a ir a ninguna parte -apago el motor, se metio las llaves en el bolsillo y salio del coche.

– ?Papa!

Ben rodeo el coche y le abrio a Emily la puerta de pasajeros.

– ?Quieres ensenarme tu clase?

– ?No! No puedo.

– ?No puedes que?

– No puedo pasear contigo alrededor del colegio.

– ?Por que no? Eh, dejame hacer unas fotografias. Querias que te ensenara a utilizar la camara, ?no?

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