vida… Aunque no comparto tu pasion por todas esas cosas, no puedo dejar de admitirlo.
Una solitaria lagrima se deslizo por la mejilla de Rachel.
– Oh, Ben.
Ben fijo la mirada en sus labios. La mirada de Rachel tambien se deslizo hasta los suyos.
– Eso no ha cambiado, ?verdad? -se inclino sobre la mesa para que su respiracion se fundiera con la de ella-. Esa atraccion fisica.
Rachel se humedecio los labios, haciendole gemir de deseo.
– Siempre fue una locura -le confirmo entre susurros-. Siempre ha sido incontrolable este…
– Deseo. Nos deseamos el uno al otro, Rach. Eso no cambiara lo que somos, pero maldita sea, me gustaria oirtelo decir.
– ?El que? ?Que te necesito mas que respirar, que te deseo mucho mas de lo que quiero? -fijo sus enormes ojos en los suyos-. Pues bien, es cierto, Ben, te deseo.
– Estupendo -estaban tan cerca que parecia lo mas natural del mundo cerrar el espacio que habia entre ellos y atrapar sus labios.
Con un dulce gemido, Rachel se acerco todavia mas.
Ben aparto las cosas que habia sobre la mesa para poder acceder mejor hasta sus labios. Era maravilloso. Inclino la cabeza y continuo besandola, hasta que el sonido de un vaso estrellandose contra el suelo los hizo retroceder.
Rachel bajo la mirada hacia sus pies, donde habia caido uno de los vasos de te.
– ?Era nuestro?
Ben solto una carcajada, pero enmudecio cuando Rachel se humedecio los labios, como si quisiera continuar disfrutando de su sabor.
– Quiza deberiamos salir de aqui -sugirio-, y acercarnos a cualquier otra parte… Como un dormitorio quiza.
Rachel dejo escapar una risa tan sensual y femenina que reverbero en las entranas de Ben.
– Oh, no. No vamos a salir de aqui. No quiero que esto nos lleve de nuevo a mis…
– ?A tus orgasmos?
– Eh, si -le quito el vaso de te y bebio un sorbo-. De momento nos quedaremos aqui, lejos de la tentacion y los problemas.
– ?Durante cuanto tiempo?
– Durante todo el que tardemos en enfriarnos.
Genial.
– Traiganos otro te con hielo -le pidio entonces Ben a la camarera.
Capitulo 16
Llamaron marcando la contrasena antes del amanecer.
Manuel se abrio camino cuidadosamente a traves de la oscuridad por la humeda bodega. Todavia no se atrevia a utilizar el generador a esa hora del dia, de modo que solo contaba con la luz de una linterna.
Motas de polvo y suciedad flotaban en el aire, iluminadas por el haz de luz de la linterna, pero no podia concentrarse en eso si no queria perder la cabeza.
Abrio con entusiasmo, con demasiado entusiasmo, pero no pudo evitarlo. Todo giraba alrededor de las noticias que tenian que darle.
– ?Has conseguido el dinero? -pregunto Asada con peligrosa calma.
– Si, si.
Todo en su interior parecio relajarse. Por fin comenzaba a bajar la marea. El dinero que habian robado aquella noche seria el principio. El dinero se traducia en poder y con poder podia hacerse cualquier cosa.
Como destrozar al hombre que lo habia hundido.
Para Rachel, los siguientes dias consistieron en la rutina de la rehabilitacion, el intento de conectar con su hija y en una intensa y peligrosa danza alrededor de Ben. El anhelo, el deseo, era inconfundible, pero sabia que seria mucho peor que se entregaran a el.
De modo que hacia todo lo que estaba en su mano para ignorar el sensual y primitivo hormigueo de su cuerpo… Y la promesa de Ben de aliviar ese hormigueo.
En el pasado, el trabajo siempre habia sido su salvacion, pero Gracie continuaba eludiendola. En cambio, cada vez que se sentaba ante el caballete, terminaba… con varios bocetos de Ben, principalmente. Ben sentado de rodillas, Ben pasandole el brazo por los hombros a Emily, que aparecia sonriendo como en los viejos tiempos y abrazando a una educada, ?ja!, Parches.
Una fantasia. Rachel tiro aquel lienzo de papel y comenzo de nuevo. En aquella ocasion, dibujo la exuberante y alegre vida nocturna de South Village. Su casa aparecia en medio de la escena.
?De verdad veia su vida de esa manera? ?Alegre y exuberante?
Quiza… ultimamente. Habia sido una estupida al no admitir lo que Ben hacia por ella. Su capacidad para hacerla sentirse… viva. Sorprendentemente viva.
Lo deseaba. Podia admitirlo porque sabia que iba a marcharse. Y el tambien la deseaba. Y podrian caer perfectamente en la rutina de acostarse juntos cada noche hasta que Ben se marchara. ?Y realmente seria un error? Pensando en ello, alargo la mano hacia el telefono con la idea de realizar una consulta.
– ?Mel?
– ?Que ha pasado? -pregunto su hermana.
– No demasiado.
– Eh, ?has dejado que Adam te hiciera llegar al orgasmo?
– No.
– No me digas que has dejado que lo haga Ben.
– Mel, hablas de el como si fuera… un juguete.
– Lo has hecho, ?verdad? Lo has hecho con Ben.
– No, no lo hemos hecho.
– Menos mal.
Rachel fijo la mirada en el dibujo de Ben que tenia en el suelo. Incluso en dos dimensiones parecia tan vibrante… Tan carismatico.
– ?Por que dices eso? ?Tan mal te pareceria que me acostara con el?
– Que rapido has olvidado -musito Mel-. ?Recuerdas tu pasado con el? ?Ya no te acuerdas de que te destrozo y de que puede volver a hacerlo con un simple adios?
– No, no lo he olvidado -respondio Rachel suavemente.
– Estupendo. Pues no dejes de repetirtelo para poder mantener tus hormonas bajo control. Y si quieres hacer algo por ellas, llama a Adam.
– No puedo.
– ?Por que no?
– Me llamo ayer por la noche y me dijo que no iba a volver a ponerse en contacto conmigo hasta que yo no hubiera tomado una decision sobre lo que queria de Ben.
– Bueno, pues devuelvele la llamada, dile que ya has tomado una decision y que Ben se va a marchar.
– Mel…
– Oh, tengo que colgar. Jefe psicotico en alerta.
– Mel…
Clic.
Rachel colgo el telefono y suspiro. Aquella conversacion no habia conseguido animarla. Nada de sexo con Ben. Decidida a olvidarlo, se volvio de nuevo hacia el caballete.
Emily permanecia sentada en el estudio, con el portatil sobre las piernas, concentrada en los intensos colores del cielo mientras iba poniendose el sol. Adoraba aquella casa, adoraba el jardin, su dormitorio, el ascensor, la cercania de las tiendas… adoraba todo.