– ?Que llevas debajo de la bata? -pregunto Ben con voz ronca, mordisqueando su cuello.

– Eh… -mientras Ben se abria camino hacia su hombro, deshaciendose de la bata en el camino, Rachel se esforzaba por pensar con coherencia-, no demasiado.

– Mejor -susurro Ben casi con reverencia y deslizo las manos por el interior de la bata, hasta dejarla abierta.

Rachel deseo cubrirse inmediatamente. Sabia el aspecto que tenia, todavia estaba demasiado delgada, llena de cicatrices y, a diferencia de el, muy lejos de la perfeccion.

– Ben…

– Oh, Rach, he echado tanto de menos tu cuerpo. Te he echado tanto de menos -y, con aquellas sorprendentes palabras, inclino la cabeza y deslizo las manos por la espalda desnuda de Rachel, urgiendola a acercarse, y abrio la boca sobre su seno.

Impactada por la inmediata reaccion de su cuerpo, por el fuego que ardia en su interior, Rachel solo era capaz de aferrarse a Ben. No habia vuelto a sentir aquel relampago de fuego, deseo y desesperacion durante trece largos anos, una eternidad. En el fondo de su mente, oia sus propios gemidos mientras Ben mordisqueaba su cuerpo entero, pero no podia evitarlo. Estaba ardiendo, temblando, y era incapaz de hacer otra cosa que permitir que Ben se abriera camino hacia su cuerpo. Y el acariciaba sus pezones con los dientes, la atormentaba deslizando la mano entre sus muslos, la torturaba de tal manera que Rachel habria terminado deslizandose hasta el suelo si el no la hubiera sujetado entre sus brazos.

Ben la sento en el borde de la cama y le sostuvo la mirada mientras dejaba caer la bata al suelo.

Durante un breve instante, la conciencia del momento comenzo a despejar la niebla de sensualidad con la que Ben la habia rodeado, pero entonces comenzo a desnudarse el y… Oh, era magnifico. Unos brazos fuertes y vigorosos, un pecho ancho, poderosos musculos… y entre ellos, la innegable prueba de su excitacion. Y era ella la responsable de aquel sentimiento.

Ben dejo los calzoncillos a un lado y la descubrio mirandolo. Y debio interpretar mal la admiracion que reflejaba su mirada porque dejo escapar una risa.

– Eh, no es nada que no hayas visto antes.

– Pero ha pasado mucho tiempo.

– Si -Ben apoyo la rodilla en la cama y se inclino sobre ella-, pero sigo siendo yo.

Si, era el, el unico hombre capaz de hacerla sentirse como si fuera a morir si no la besaba, si no la tocaba.

– Ben…

– Nada de arrepentimientos -susurro Ben y se inclino para deslizar los labios sobre los suyos-, nada de recriminaciones, nada de pensar -deslizo las manos por sus brazos para posarlas a continuacion a cada lado de su cabeza y se coloco entre sus muslos, que se abrieron inmediatamente para el.

Rachel sintio su ereccion sobre su ya preparado sexo, le rodeo el cuello con los brazos y susurro su nombre.

– Si, eso es, veo que estas acordandote -Ben arqueo las caderas.

De los labios de Rachel escapo un gemido de placer cuando Ben hundio la cabeza y abrio la boca sobre sus labios, devorando sus silenciosas demandas al tiempo que hundia los dedos en su interior.

– Entra en mi-le suplico Rachel.

Ben profundizaba sus caricias. Ella contuvo la respiracion, se sentia como si estuviera suspendida en el aire… Ben se separo repentinamente de ella para ponerse el preservativo y se hundio de nuevo en su interior.

Sus gemidos flotaban en el aire. Rachel no habria sido capaz de formular una frase coherente aunque de ello hubiera dependido su vida, pero queria, necesitaba…

– Ben, por favor.

– Lo se, pequena -flexiono las caderas, solo una vez-, lo se.

– Oh, Dios mio…

– ?Mas?

– Si.

– Lo sientes, ?verdad, Rachel?

Otra nueva flexion hizo completamente imposible una respuesta.

– ?Lo sientes?

Rachel arqueo las caderas contra el.

– ?Si!

Ben se deslizo de nuevo en su interior, anadiendo a aquel gesto una lenta e intencionada caricia del pulgar en el punto justo en el que se fusionaban sus cuerpos.

Rachel se sobresalto.

– ?Estas bien, Rach?

Rachel abrio la boca para contestar, pero Ben volvio a acariciar aquel punto que de pronto parecia haberse convertido en el centro del universo y Rachel exploto. Volo hasta lo mas alto mientras recordaba lo que era sentirse llena, ardiente. Si no hubiera sido porque la explosion de fuegos artificiales que acababa de estallar en su cabeza parecia haberla dejado ciega, muda y sorda, habria contestado. Hasta que no cesaron los ecos del placer, Rachel no se dio cuenta de que Ben respiraba tan agitadamente como ella y que los brazos le temblaban por el esfuerzo que estaba haciendo para no derrumbarse sobre ella.

Sin abandonar todavia su interior, Ben alzo la cabeza y sonrio lentamente.

– Eh… -dijo suavemente.

– Eh.

Ben acaricio los labios de Rachel.

– ?Entonces?

A pesar de su inseguridad, Rachel no pudo menos que sonreir.

– ?Entonces? -repitio.

– ?Has sentido la necesidad de fingir? -quiso saber Ben.

Rachel pestaneo sin comprender.

– El orgasmo, ?ha sido real o fingido?

Rachel se echo entonces a reir.

– Asi que te parece gracioso -Ben deslizo la mano por la cadera de Rachel y se tumbo de espaldas, colocandola sobre el-, supongo que voy a tener que interpretarlo como una buena senal.

– Supongo que lo es.

– ?Verdaderamente buena?

– Si, verdaderamente buena -contesto Rachel suavemente, sintiendose de pronto avergonzada.

Ben enmarco su rostro con las manos.

– Eres tan guapa, Rachel. Claro que si -insistio, al ver su expresion dubitativa-. ?Por que demonios no has compartido esto con nadie durante todo este tiempo?

– Creia que no ibamos a hablar de otras personas.

– No ibamos a hablar de otras mujeres, pero ahora estamos hablando de ti.

– Ben…

Ben volvio a dar media vuelta y Rachel se descubrio atrapada entre su cuerpo y la cama.

– Veo que las heridas estan mejorando -musito Ben-. Veo que tu cuerpo esta mejorando, pero todavia hay mucho dolor en tu interior. ?De donde viene todo ese dolor, Rachel? ?Por que no quieres compartirlo? Si no quieres hablar de ello con nadie, hazlo por lo menos conmigo.

Rachel intento apartarse de el, pero Ben la retuvo entre sus brazos sin tener que esforzarse siquiera.

– Cuentamelo.

– ?Por que? -Rachel trago saliva, pero ni siquiera asi pudo deshacer el nudo que tenia en la garganta-. Te vas a ir.

Ben se quedo completamente quieto. Rachel consiguio escabullirse mientras el se tumbaba de espaldas y clavaba la mirada en el techo.

– Siempre tenemos que volver a lo mismo, ?eh? -y sin decir una palabra mas, se levanto de la cama y se metio en el bano.

Rachel se tapo hasta la barbilla e intento pensar en cosas buenas. En su cuerpo, por ejemplo, que todavia

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