Pero ya no era una nina. Y sabia que su casa era especial. Y cara.
Y, porque lo sabia, tambien comprendia algo mas. Era una persona afortunada, muy afortunada. Se inclino hacia la perrita que dormia a sus pies y la estrecho contra ella. Parches bostezo. Emily sonrio y enterro el rostro en su cuello.
Sobre ella, oia la voz queda de su madre… ?y su padre quiza? Debian estar en el estudio de su madre, contemplando la puesta de sol.
Juntos.
El corazon le dio un vuelco, pero inmediatamente se recordo que llevaban ya mucho tiempo juntos y, a pesar de todos sus esfuerzos, no estaban haciendo planes de boda. De hecho, su padre habia intentado decirle que iba a marcharse pronto. Ella fingia no entenderlo, pero sabia que no podria postergarlo eternamente. Su padre queria despedirse de ella.
Y ella no queria que lo hiciera.
?Como podia querer marcharse cuando ella ultimamente sentia que las cosas se habian suavizado mucho entre su madre y el? Y no eran imaginaciones suyas. Su madre le sonreia mas a menudo. Y el muchas veces se limitaba a contestarle mirandola en silencio con una expresion que le indicaba a Emily que la queria.
– No esta mal esta puesta de sol -oyo decir a su padre-, para lo que puede ofrecer una ciudad.
Su madre se echo a reir. ?A reir nada menos!
Emily aguzo el oido, pero lo unico que llego hasta ella fue la risa ronca de su padre.
Continuaron riendo juntos. Y hablando. Estaban… Un momento. Si estaban sentados en aquel balcon, eso significaba que tenian que estar en el dormitorio de su madre.
A lo mejor… a lo mejor lo habian hecho… ?Genial! Pero, si queria ser realista, tenia que reconocer que por lo menos ya lo habian hecho en otra ocasion. Ella era la prueba viviente. Debatiendose entre el disgusto y la esperanza, agarro el portatil y la perra y se metio en el estudio, para darles cierta intimidad.
Con renovadas esperanzas, se sento a preparar el proximo plan de ataque para conseguir que se enamoraran.
Ignorando por completo que su hija estaba en el piso de abajo esperando un milagro, Rachel estaba disfrutando de la puesta de sol sentada en una tumbona y deseando tener energia suficiente para agarrar la libreta y los lapices y capturar el hermoso espectaculo que tenia frente a ella.
Y, de pronto, oyo una voz saliendo de entre las sombras.
– No esta mal esta puesta de sol, por lo menos para lo que puede ofrecer una ciudad.
Rachel se echo a reir, a pesar de que sintio que el corazon se le encogia. Alzo la mirada y descubrio a Ben apoyado en el marco de la puerta del balcon, observandola.
– Eso es porque el humo y la polucion les dan un brillo especial a nuestras puestas de sol.
Ben sonrio radiante. Y Rachel sintio que el corazon le revoloteaba en el pecho.
– ?Que estas haciendo?
Se aparto de la puerta y camino hacia ella con aquella seguridad que a Rachel siempre le hacia pensar en lo comodo que se sentia en su propia piel. Y preguntarse que podria hacer ella para conseguir aunque solo fuera la mitad de esa confianza en si misma.
– ?Que que estoy haciendo? -repitio Ben, sentandose a su lado, aunque en realidad no habia practicamente sitio para los dos-. Supongo que simplemente estoy aqui, contigo.
En el pasado, cuando eran jovenes y tenian las hormonas a flor de piel, no eran capaces de hacer algo tan sencillo como estar juntos, sentados. Ben siempre tenia las manos encima de ella y aunque habia sido una experiencia nueva y hasta cierto punto aterradora el compartir tanto afecto, Rachel habia llegado a ser muy dependiente de el.
Durante los anos que desde entonces habian pasado, no habia vuelto a permitirse depender afectivamente de nadie. Y cuando Ben habia vuelto a aparecer en la puerta de su casa, habia sentido el impacto de su presencia hasta en el ultimo rincon de su cuerpo y se habia preguntado admirada como iba a poder ignorar tanto a Ben como a su patente sensualidad.
Tenian mas anos, eran mas maduros, de manera que se podria pensar que seria mas facil. Al fin y al cabo, ambos habian decidido que no podia haber nada entre ellos y que podian controlarse.
Pero alli, en la oscuridad, con el tentador calor de aquella noche de primavera y las estrellas y las luces de la ciudad brillando a su alrededor… Dios, cuanto lo deseaba. Cuanto lo necesitaba.
– Sentarte aqui no es una buena idea. Y lo sabes.
– Si -la silla chirrio cuando se inclino hacia delante para acariciar su rostro.
Deslizo el pulgar por su labio inferior.
– Pero estar aqui contigo me hace desear como hacia mucho tiempo que no deseaba. Desde la ultima vez que estuve contigo en realidad.
Rachel se echo a reir.
– No me digas que no ha habido otras mujeres.
Ben cubrio su boca con el pulgar, interrumpiendola. Su risa suave e ironica acaricio la mejilla de Rachel.
– ?De verdad quieres que hablemos ahora de otras mujeres?
Sus ojos se encontraron a traves de la oscuridad. Ben se acerco todavia mas a ella y coloco una mano al otro lado de su cuerpo.
Pensar que podia haber hecho eso mismo con otras mujeres era un problema. No deberia importarle, lo sabia. Habia pasado mucho, mucho tiempo desde la ultima vez que habian estado juntos y alguien con una naturaleza tan sensual como la de Ben no era capaz de pasar un ano sin relaciones, Y mucho menos trece.
– No -susurro Rachel-, no quiero hablar de otras mujeres.
Ben sonrio en la oscuridad.
– Perfecto, porque en mi cabeza solo hay sitio para ti -se acerco todavia mas a ella-, quiero estar aqui, contigo -le mordisqueo la garganta-. ?En que estas pensando?
– ?Que que estoy pensando? -Ben deslizo las manos a lo largo de su cuerpo y acerco la boca a sus labios-. No puedo pensar.
– ?Porque te estoy tocando?
– Si.
No tenia idea de por que lo hacia, pero alzo el rostro y cubrio los labios de Ben con los suyos, inhalando su sorpresa y suspirando de placer cuando Ben la estrecho contra el.
Entonces Ben se levanto y todo el mundo de Rachel parecio girar. Jadeando, se aferro a su cuello buscando equilibrio.
– ?Que estas haciendo?
– Terminar lo que acabas de empezar -cerro las puertas del balcon con el pie y la dejo en el suelo, al lado de la cama-. Quiero que estes segura de lo que vas a hacer.
Mientras esperaba a que Rachel tomara una decision, temblaba por el esfuerzo que estaba haciendo para controlarse.
– Ben…
Ben poso un dedo en sus labios.
– Si o no.
Rachel alzo la mirada hacia el sintiendose como si estuviera al borde de un precipicio. Saltar, incluso con paracaidas, podia ser peligroso. Pero no saltar, no tomar lo que le ofrecia la vida, no era una opcion en absoluto.
– Si -susurro, y alargo los brazos hacia el.
La unica luz de la habitacion procedia del sol que se hundia en el horizonte. Las sombras se inclinaban sobre el suelo y sobre la cama. Ben tomo el rostro de Rachel entre las manos y la beso, robandole el poco aire que le quedaba en los pulmones. Su boca era tan firme como el resto de su cuerpo, y tan sexy, y tan generosa y… tan masculina. Todo en el la hacia temblar, y se aferraba a su cuerpo buscando apoyo. Podia sentir su calor, su fuerza, y le resultaba todo tan familiar y al mismo tiempo tan nuevo, que el corazon dejo de latirle durante un instante. Para cuando Ben alzo la cabeza y la miro a los ojos, Rachel ya estaba perdida. Estar en los brazos de Ben era al mismo tiempo el cielo y el infierno. Si, habia cientos de razones por las que aquello no era una buena idea, miles, pero mientras Ben hundia los dedos en su pelo y bajaba el rostro hacia ella, Rachel era incapaz de pensar una sola, no podia pensar en nada que no fuera en recibir todavia mucho mas.