desnudos.

Nick suponia que no se cansaria nunca de mirarla. De desearla. Pero desearla iba mucho mas alla de lo fisico. Ansiaba su voz, su risa. Sus pensamientos. Y queria que ella sintiera lo mismo.

– ?Oh, Dios mio, ahi esta! -grito Danielle senalando con el dedo.

Sadie surgio de repente de entre la nada, se detuvo al verlos e inclino la cabeza, como si quisiera averiguar a que se debia tanto jaleo.

Pero veinte minutos despues, dentro de la casa, seguia jadeando, cubierta todavia de sudor y cansada.

Sin mencionar la soga que le colgaba del cuello, y con la que alguien habia tratado claramente de sujetarla.

– Los cruces de mastines y bulldogs son increiblemente fuertes -dijo Danielle-. Puede romper una soga si alguien intenta retenerla.

– Y es evidente que alguien lo ha intentado -Nick se arrodillo al lado del animal e intento examinarle el cuello. Sadie lo lamio desde la barbilla hasta la frente.

Danielle la tocaba con cautela, y cuando llego al pecho, el animal aullo y se volvio. Cuando la joven insistio, Sadie empezo a grunir.

Nick probo y obtuvo la misma reaccion.

– ?Oh, vaya! -exclamo la joven.

– ?Que?

– No es una herida lo que oculta.

– ?Que es?

– Parece que tiene los pezones doloridos.

– Hmmm… de acuerdo.

Danielle se mordio el labio inferior y miro a Sadie. Le tapo las orejas a la perra y se inclino hacia Nick.

– Creo que es senal de que esta en la primera fase del embarazo.

– ?Que? ?Como puedes saberlo?

– Tu tambien lo notaras pronto. El periodo de gestacion de un perro es de solo dos meses. Pero eso enloquecera a Ted. Los cachorros, hijos de ese Terranova del hotel, no valdran nada.

– ?Eh! -Esa vez fue el el que le tapo las orejas-. No dejes que oiga eso.

– Esto no es ninguna broma -la joven froto su mejilla contra la de Sadie-. Yo no tengo dinero para mantenerme, y menos a unos cachorros. Pero no puedo permitir que nadie lo sepa. No puedo dejar que vuelva con Ted por una cuestion de dinero. Mira lo que le ha hecho en el cuello.

– Si, tendremos que informar de eso -Nick miro a Maureen y Clint, que asintieron.

– Ya he llamado a la policia -dijo la primera-. Les he dicho lo de las huellas.

Clint acaricio a Sadie.

– Parece que es hora de hacer algo, ?eh, muchacha?

Danielle miro a Nick.

– Si -dijo-. Es hora de hacer algo.

– Y luego esta la boda -anadio Clint-. Tendremos que aclararlo todo antes.

Danielle abrio mucho los ojos. Habia olvidado que se suponia que estaba prometida con Nick.

– La boda -forzo una sonrisa-. Respecto a eso…

Sadie se incorporo, lanzo una serie de ladridos y salto sobre el respaldo de un sillon para pegar su enorme cara a la ventana. Siguio ladrando con fuerza.

– Esta ahi fuera -adivino Nick.

– ?El ex? -pregunto Maureen.

– Si -Danielle se puso en pie y se acerco a la perra-. Pero esto termina aqui y ahora. Saldre ahi y hare algo que no he hecho nunca. Le dire lo que pienso y como va a terminar esto. Ya es hora de que lo haga.

– No lo haras sola -Nick la aparto con firmeza de la ventana.

– Nick…

– Si, si, ya se que odias los plurales -dijo el, sin importarle que Maureen y Clint estuvieran presentes-. A la porra con eso. No estas sola, asi que olvidalo. Cuando termine esto, haz lo que quieras. Quedate sola. Y mejor para ti si puedes hacerlo sin lamentar nada.

– Nick…

– Recuperaras tu dichosa vida y…

– ?Nick! -Danielle trago saliva y le toco el brazo-. Queria decir juntos. Actuaremos juntos.

– ?Ted va armado? -pregunto Maureen.

– No, le preocupa su imagen -Danielle seguia mirando a Nick a los ojos, como si intentara decirle algo-. No lleva armas. Solo quiere a Sadie. Podemos ponerle una trampa, dejar a Sadie fuera con una soga. Vendra, la amenazara y esta vez tendre testigos.

Miro a su alrededor esperanzada, apelando a Nick con aquellos ojos hermosos a los que el nunca podia resistirse.

– Ya lo veras -le dijo-. Saldra bien porque la policia os creera a vosotros.

El hombre movio la cabeza.

– Hablas como si quisieras que nos quedemos atras mientras tu lo afrontas sola.

– Si. Exacto.

– No.

– Estareis muy cerca. Esperando. ?Que puede pasar?

– Danielle…

– Quiero hacer esto -dijo ella con firmeza-. Pienso hacerlo. Me sentare ahi fuera con ella. Esperaremos juntas y luego todo habra acabado.

Nick estaba sentado en el porche en penumbra viendo como el atardecer convertia a Danielle y Sadie, solas y vulnerables en la zona abierta, en sombras.

La joven estaba sentada en un banco a unos siete metros de distancia, en medio del huerto recien plantado que era el orgullo de Maureen.

Sabia que sus primos estaban justo al otro lado de la casa, vigilantes. Esperando. Ayudandolo a proteger a su «prometida». Sabia que Danielle no sufriria ningun dano, que aquello era algo que habia que hacer.

Racionalmente sabia todo eso, pero al verla abrazar a la perra a la que tanto habia llegado a apreciar no podia evitar la sensacion de que aquel era el principio del fin.

Pronto acabaria todo. Estaria segura y sola. Y el tambien estaria solo.

Mejor. Estupendo. Podia volver a casa y ponerse al dia con las citas que habia programado. Podia salir cada noche con una mujer si queria.

Pero en ese momento solo le importaba una y estaba…

Estaba viendo acercarse a un hombre desde el sendero de mas abajo.

Capitulo Dieciseis

– Hola, Ted -dijo Danielle cuando se acerco a ella.

El hombre al que habia mirado en otro tiempo con el corazon en los ojos le mostro un sobre.

– Los papeles de Laura Lyn -dijo.

A Danielle se le encogio el estomago al pensar en una traicion mas.

– Entiendo.

– Lo dudo -se detuvo a unos dos metros de Sadie, que no se habia movido, pero habia empezado a grunir-. Me ha ayudado Gail Winters. Te acuerdas de ella, ?verdad?

Saber que Nick estaba cerca y no dejaria que les ocurriera nada ni a Sadie ni a ella le permitia hablar con tranquilidad.

– Siempre le pareciste encantador.

– A ti en otro tiempo tambien.

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