– En otro tiempo.

Los ojos de el se oscurecieron, no por pasion, como hacian los de Nick cuando la miraban, sino con una expresion peligrosa que le hizo sentirse agradecida de no estar sola.

Curiosamente, lo de estar sola ya no resultaba tan atractivo. Tal vez nunca volviera a parecerselo.

Se sentia segura, incluso con Ted delante. Y comprendio que no se habia sentido asi muchas veces en su vida. Pero cuando estaba con Nick si. Con el estaba segura y lo habia estado desde el principio.

– Tienes buen aspecto -dijo Ted.

Danielle no podia decir lo mismo de el. Siempre le habia parecido cautivador y sofisticado. Ahora, con la camisa arrugada, los pantalones sucios y los zapatos llenos de barro, parecia un hombre que se enfadaba cuando no conseguia lo que queria.

– No te tengo miedo -dijo, y capto un movimiento en el porche por el rabillo del ojo.

Nick.

Sabia que la apoyaria y cuidaria.

Porque la queria.

Esperaba que aquel pensamiento le causara angustia y miedo… pero no fue asi. En lugar de ello sintio un anhelo que estaba empezando a reconocer y comprender.

– Deberias tenerlo -repuso Ted-. Tendras problemas legales si no haces lo que quiero. Y lo que quiero es que vuelvas a casa. Conmigo.

– Para presumir de novia.

– De esposa. Y tambien quiero a Sadie.

– No saldra bien, Ted. Somos demasiado distintos. Yo no soy lo que quieres. Tu no eres lo que quiero yo. Por favor, dejanos marchar.

– Eso no es una opcion -sus ojos mostraban una expresion salvaje y… ?desesperada?-. Sadie y tu me perteneceis.

– No me casare contigo -tuvo que hacer acopio de valor para no huir de la furia que expresaban sus ojos-. No pienso volver -puso una mano en la cabeza grande de la perra-. Y Sadie tampoco volvera. Se que fuiste tu el que me dejo amenazas en el ordenador. Que sacaste todo el dinero de mi cuenta. Que nos ha estado espiando. A la policia le interesa todo eso.

– Tu me has robado.

– Creo que entenderan por que lo hice cuando se lo explique. No debi huir nunca, Ted. Tenia que haber afrontado esto enfrentandome a ti desde el principio.

El hombre entrecerro los ojos y apreto los labios. Senales que evidenciaban su furia. Se acerco y ella se puso en pie, y se habria colocado delante de Sadie, pero la perra se le adelanto y se situo ante ella ensenando los dientes a Ted.

El hombre la miro de hito en hito.

– ?Ha olvidado quien te da de comer, perra?

– Yo -repuso Danielle con calma-. Dejala marchar. No nos peleemos por ella, no esta bien.

– Lo que no esta bien es que no me escuches. Vamonos a casa -repuso el con un cambio brusco de tactica-. Hablaremos. Arreglaremos esto.

– Te saldria mas barato comprar otro perro, Ted.

El hombre movio la cabeza y dio otro paso hacia ella.

– No es por la perra. Es por ti.

– No te creo.

– Es cierto -Ted cerro la distancia que los separaba y le puso una mano en el brazo.

Y Sadie acerco la boca al tobillo y le dio un mordisco.

Ted lanzo un aullido y una patada.

Danielle reacciono sin pensar. Solo sabia que Ted apuntaba al vientre de Sadie, el vientre donde posiblemente habia cachorros. Con un grito de furia, agarro una maceta con geranios, se subio al banco y lo dejo caer en la cabeza de Ted.

La maceta se rompio, llovio tierra y, cuando Ted volvio a gritar, Clint, Maureen y Nick, las fuerzas de apoyo, habian llegado ya.

– Ella me ha atacado con una maceta -grito Ted-. Esta loca, ira a la carcel, es…

– Es la prometida de este hombre -dijo Maureen con calma, mirando como Nick lo reducia facilmente.

– Es una ladrona y una embustera -trato de soltarse-. Sin mi no es nada aparte de una prostituta y…

Un punado de tierra negra cayo sobre la boca de Ted.

– ?Vaya! -musito Nick-. Odio que ocurra eso.

Ted escupio la tierra gritando obscenidades. Todos lo ignoraron.

Llego la policia.

Llegaron los vecinos.

Maureen servia te y conversaba alegremente, ensalzando las excelencias de su posada.

Clint le dio una palmadita a Nick en la espalda.

– Procura conservarla -dijo, senalando a Danielle-. Bienvenida a la familia -le dijo a ella con un beso en la mejilla.

– Pero… -empezo a decir Danielle.

Clint se alejaba ya para reunirse con su hermana.

– Se lo explicare todo por la manana -dijo Nick con suavidad, mirando la taza de te que le habia dado Maureen-. No te preocupes por eso.

– Si me preocupo -repuso ella, con voz vacilante-. Porque… -miro sus manos temblorosas-. Vaya. Estoy mas nerviosa ahora que cuando tenia delante a Ted.

Nick se acerco, le acaricio la barbilla y le tomo la mano.

– Seguramente es un efecto retardado del shock -dijo con gentileza-. Ven. Te llevare dentro.

– No, no me referia a eso -trato de sonreir ella-. Estoy nerviosa porque quiero decirte… -cerro los ojos, sintio las manos de el en la cintura y volvio a abrirlos. Nada de debilidad ahora; queria ser fuerte-. Nick, no quiero que les digas que no somos pareja. Que no tenemos una relacion.

– ?Crees que no lo comprenderan? Danielle, nunca debi decirles esa mentira.

– No, eres tu el que no lo entiende. Al fin me he dado cuenta.

– ?Cuenta de que?

– No quiero que sea todo mentira. Quiero estar vinculada a ti. Quiero oirte decir que me quieres, quiero llevar tu anillo, ser tu esposa.

Nick se quedo inmovil un instante; luego se dejo caer en una silla como si las piernas no pudieran sostenerlo.

– Ahora soy yo el que esta temblando -respiro con fuerza-. ?Acabas de declararte?

– Si -dijo ella, con un nudo en la garganta-. Si, es una declaracion. Te quiero, Nick Cooper. Quiero ser tu esposa en lo bueno y en lo malo, con tus viajes y mi universidad, con cachorros y bebes.

El hombre abrio la boca, pero de ella no salio ningun sonido y volvio a cerrarla.

– Para siempre -anadio ella, pensando que quiza el no comprendia del todo.

– Para siempre -asintio el.

– ?Nick?

– Pensaba… pensaba que querrias irte, que quiza nos veriamos de vez en cuando si conseguia convencerte. Pensaba… No imaginaba que…

– ?Oh, Nick! -Danielle lo abrazo con fuerza-. Siento haber sido tan lenta.

– No, no importa -repuso Nick. Sus ojos se veian humedos a la luz de la luna cuando enterro el rostro en el cabello de ella.

Danielle abrazo con fuerza a aquel hombre maravilloso que era todo suyo.

– Te quiero, Nick. Es la verdad.

– Eso espero. Yo tambien te quiero.

Danielle se aparto y le sonrio.

– ?Y el resto? ?Que opinas del resto?

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