– ?Eso es, a la Torre con ellos! -grito Enrique Tudor.
– Tranquilizaos, majestad -intervino el obispo Gardiner, que habia permanecido detras del duque y habia observado la escena sin despegar los labios-. No os conviene organizar un escandalo, sobre todo ahora que se rumorea que lady Nyssa es una de vuestras preferidas.
– ?Naturalmente que es una de mis preferidas! -replico el rey-. ?Es la hija de mi amiga Blaze Wyndham! Prometi a sus padres que cuidaria de ella como si fuera mi propia hija. ?Por el amor de Dios, Gardiner!
?De verdad creiais que deseaba…? ?Si es asi, es que sois tonto de remate!
– No, majestad, yo os aseguro que no… -se apresuro a contestar el obispo. Una vez mas, la reaccion del rey habia sorprendido a todo el mundo.
– ?No se como he llegado hasta aqui! -sollozo Nyssa, pero nadie excepto el arzobispo de Canterbury presto atencion a sus palabras.
Thomas Cranmer creia que la joven decia la verdad. Parecia realmente desconcertada y el conde tenia una expresion tan preocupada que inmediatamente sospecho que se trataba de una conspiracion. Sin embargo, no imaginaba de que se trataba y por prudencia decidio no expresar en voz alta sus pensamientos. Lo mas importante era proteger la reputacion de lady Nyssa. Saltaba a la vista que la muchacha era inocente pero no iba a resultar facil convencer a Enrique Tudor, un hombre que solo creia lo que veia.
– Majestad, solo se me ocurre una solucion -dijo con voz suave. El rey le dirigio una mirada inquisitiva-. Lady Wyndham y lord De Winter deben casarse esta misma noche, antes de que se sepa lo ocurrido. Estoy seguro de que el duque y el obispo Gardiner estaran de acuerdo conmigo, ?verdad, senores?
– Asi es -asintio el obispo.
– Aunque no suelo coincidir con el arzobispo, creo que esta vez tiene razon -anadio Thomas Howard-. Es una buena forma de acallar los rumores. Diremos que el conde se enamoro de la muchacha, que su majestad dio permiso para que se casaran y que, debido a las dificultades que atraviesa el matrimonio de su majestad, los jovenes decidieron casarse en secreto para no tener que abandonar a sus majestades en estos tiempos tan dificiles.
– Si pudierais convertiros en un animal, apuesto a que escogeriais ser un zorro, Tom -gruno Enrique Tudor. Se volvio hacia la joven pareja y pregunto al conde-: ?Cuanto tiempo hace que dura esto?
– Es la primera vez que me encuentro con lady Nyssa a medianoche, senor -contesto Varian de Winter.
– ?Y habeis llegado hasta el final o aun estamos a tiempo de salvar la reputacion de la muchacha? -anadio, rabioso. No sabia con quien estaba mas enfadado. Era cierto que Nyssa Wyndham era una de sus favoritas pero le habia decepcionado comprobar que las nuevas generaciones no sabian estar a la altura de sus padres.
– ?Soy virgen! -grito Nyssa mirandoles desafiante-. ?No se que hago aqui ni como he llegado hasta la habitacion del conde! ?Teneis que creerme, majestad!
– Senora, vuestra madre jamas me mintio. Me apena comprobar que no os pareceis a ella en nada.
– ?No estoy mintiendo! -sollozo Nyssa.
– ?Me tomais por tonto? -rugio Enrique Tudor-. Os encuentro desnuda en compania de un hombre igualmente desnudo, ?y todavia os atreveis a negar la evidencia? ?Pretendeis hacerme creer que llegasteis aqui por arte de magia? Si no habeis venido por voluntad propia, decidme: ?que haceis en la cama del conde de March?
– ?No lo se!
– Majestad -intervino el arzobispo-, propongo ir a buscar a la tia de lady Nyssa. Salta a la vista que la muchacha se siente culpable y quiza algo de compania femenina le haga reflexionar. Mientras tanto el obispo Gardiner y yo prepararemos la capilla de palacio para que la boda pueda celebrarse cuanto antes. Estoy seguro de que nuestros tortolitos sienten mucho haber disgustado a su majestad.
– Esta bien, podeis marcharos -accedio el rey mirando a la joven pareja con gesto hosco-. Les quiero casados antes de una hora. El duque y yo mismo seremos los testigos. Lord De Winter, manana a primera hora quiero una prueba de que el matrimonio ha sido consumado, ?me habeis entendido? No voy a permitir que esta union se anule.
– Si, majestad -contesto Varian de Winter-. Os aseguro que me siento muy feliz por casarme con kdy Nyssa y prometo ser el mejor de los maridos. ?Dais vuestro permiso para que le pongamos vuestro nombre a nuestro primer hijo?
– ?Pero yo no quiero casarme con este hombre!
– protesto Nyssa-. ?No le conozco y no le amo! ?Yo solo me casare por amor!
– ?Como podeis decir que no le conoceis? -exclamo Enrique Tudor volviendo a montar en colera-. ?Os he encontrado desnuda en su cama! Me temo que sois mas tonta de lo que pareceis. ?Quien creeis que aceptara casarse con vos cuando se sepa lo ocurrido esta noche? En este palacio las paredes oyen y os aseguro que a los ojos de la corte sois una perdida. Prometi a vuestra madre que cuidaria de vos como si fuerais mi hija, pero debeis aceptar las consecuencias de vuestros actos. No teneis eleccion, lady Nyssa: os casareis con lord De Winter porque yo, vuestro rey, asi lo ordeno. Atreveos a desobedecer mis ordenes y sereis acusada de traicion. Vuestra madre siempre ha sido mi subdita mas fiel y no espero menos de vos. Por lo menos vuestro marido es un hombre de sangre noble -se consolo-. Espero que os guste este hombre porque no teneis eleccion. Os casareis con el dentro de una hora
– concluyo antes de dar media vuelta y abandonar la habitacion seguido por el duque de Norfolk.
Los dos jovenes se miraron durante unos segundos sin saber que decir.
– ?Os importaria explicarme como he llegado hasta aqui, senor? -pregunto Nyssa finalmente.
– No es el mejor momento para…
– ?Tengo derecho a saberlo! -insistio ella apartando la mirada de los ojos de Varian de Winter-. Me acoste en la habitacion de las damas y me he despertado en vuestra cama.
– Prometo que os lo explicare con todo detalle mas tarde -dijo el conde-. Se que no tengo derecho a pediros nada, pero confiad en mi, por favor. No os hare ningun dano.
– ?Que confie en vos, senor? -exclamo Nyssa volviendose para mirarle-. ?Dadme una buena razon para hacerlo! Teneis una malisima reputacion y, sea lo que sea lo que ha ocurrido esta noche, apuesto a que no se trata de algo noble y respetable. Mis padres me prometieron que podria escoger a mi marido y ahora un hatajo de indeseables a quienes no conozco han tomado esa decision por mi. ?Os odio por ello y exijo una explicacion!
– La tendreis, pero ahora no es el momento. Debeis tener paciencia.
– ?La paciencia no es una de mis virtudes! -espeto-. Todavia teneis que aprender muchas cosas de vuestra nueva esposa.
– ?Cuantos anos teneis? -pregunto Varian de Winter.
– Cumpli diecisiete anos el ultimo dia del mes de diciembre -contesto Nyssa-. ?Y vos?
– Cumplire treinta el ultima dia de este mes -contesto el esbozando una sonrisa. Nyssa tenia razon: apenas se conocian.
Tiene una sonrisa bonita, penso Nyssa. Casi me gusta. Casi.
– ?Donde vivis cuando no estais en la corte?
– Mis tierras estan junto al rio Wye, al otro lado de vuestro hogar de Riverside -contesto-. Mi casa esta en lo alto de una colina situada a unos mil quinientos metros de la orilla del rio. Mi propiedad se llama Win-terhaven y limita con las tierras de vuestro tio, lord Kingsley.
– ?Y por que no os habia visto hasta que llegue a la corte? -pregunto Nyssa, extranada.
– Porque he vivido en la casa del duque de Norfolk desde que tenia seis anos. Mi padre, Enrique de Winter, murio cuando vos erais muy pequena. Solo paso en Winterhaven unas semanas cada verano y no salgo mucho cuando estoy alli. Si me hubiera relacionado con mis vecinos nos habriamos conocido mucho antes. Espero no decepcionaros, pero deseo abandonar la corte y trasladarme al campo. Imagino que palacio debe ser un lugar fascinante para una joven como vos, pero yo estoy cansado y deseo cambiar de aires.
– Estaba deseando que el rey resolviera sus problemas con lady Ana para regresar a mi casa. No me da ninguna pena abandonar la corte -anadio antes de advertir que estaba temblando. ?Era frio lo que sentia o temblaba de rabia?
Alguien llamo a la puerta y, antes de que Varian de Winter pudiera decir «Entre», Bliss Fitzhugh irrumpio en la habitacion. Cuando descubrio a su sobrina desnuda junto al conde de March abrio unos ojos como platos.
– ?Como has podido hacer algo asi, Nyssa? -se lamento con lagrimas en los ojos-. El rey acaba de propinarme una severa reganina y se ha empenado en que os caseis. Y vos… -mascullo entre dientes volviendose hacia el conde-. Sois un miserable. Habeis seducido a una nina inocente ?pero esta vez no podreis huir si queda