habitacion cargados con cubos de agua caliente. Tillie lleno de agua una vieja tetera y la coloco sobre las brasas para anadirla al agua del bano cuando esta empezara a enfriarse. Cuando los criados hubieron abandonado la habitacion, vertio medio frasco de esencia de la-vanda y el perfume se extendio por toda la estancia.
Mientras su doncella y los criados se afanaban en preparar el bano, Nyssa se acomodo junto a la ventana y contemplo el rio que, como una cinta plateada, atravesaba las verdes colinas. Aquel paisaje le recordaba a su casa. Con un suspiro resignado, se puso en pie y dejo que Tillie la ayudara a desvestirse. El agua caliente y perfumada le relajo el cuerpo y la mente. Trabajar en palacio no habia estado mal y, aunque las cosas no habian salido como esperaba, habia cumplido su mision: volver a casa con un marido. Gracias a Dios, dentro de pocas semanas regresaria a casa; a Riveredge; a Winterhaven.
Winterhaven… ?Seria una casa bonita? ?Seria tan bonita como Riveredge o su casa de Riverside? ?Pobre vieja casa de Riverside, nunca mas vivira una familia alli!, se lamento. Lady Dorothy, la hermanastra de su padre y madre de su padrastro, habia vivido alli durante mucho tiempo, pero la dama tenia casi setenta anos y preferia quedarse en Riveredge con el resto de la familia.
Sera para mi segundo hijo, decidio. Los segundones a menudo se quedan sin herencia. ?Un segundo hijo, que idea tan absurda! ?Como podia pensar en un segundo hijo cuando el primero ni siquiera habia nacido todavia? No estaba segura de que fuera a ser feliz con un hombre a quien no amaba. ?Y si no podia tener hijos? ?Y si solo tenia hijas? ?Era justo que nacieran ninos en un matrimonio construido sobre el resentimiento y la desconfianza? Varian aseguraba que la amaba. ?Que tonteria! ?Si ni siquiera se conocian…! Bueno, se conocian como hombre y mujer, pero solo habia ocurrido una vez y Varian habia pronunciado aquellas palabras antes de tomarla. Seguramente lo habia dicho para ser amable.
Mientras lavaba a su senora, Tillie advirtio que esta estaba muy callada. ?Pensaba en el atractivo hombre que el rey le habia obligado a tomar por esposo? Aquella manana las otras doncellas la habian seguido a todas partes en un vano intento de averiguar los detalles de la repentina boda de su senora con el misterioso lord De Winter. Hombres y mujeres que nunca le habian hecho el menor caso revoloteaban a su alrededor tratando de llamar su atencion y le preguntaban cuanto tiempo llevaban lady Nyssa y el conde viendose en secreto y si su senora era virgen cuando llego a la corte. Pero Tillie les habia mandado a paseo y habia asegurado que no sabia mas que ellos. ?Desde cuando las damas confiaban sus secretos a sus doncellas? Sus interlocutores, personas orgullosas que la despreciaban por su origen humilde, la habian creido.
Algo decepcionadas, las criadas tambien la habian dejado en paz pero May, la doncella de lady Fitzhugh, la habia llamado aparte.
– Bien hecho, muchacha -habia dicho-. Tu tia Heartha estara orgullosa de ti.
Al igual que Tillie, May era considerada parte de la familia y tambien conocia la verdad. De repente, la puerta de la habitacion se abrio y el conde de March hizo su aparicion.
– Buenas noches, senoras -saludo-. Toby me ha dicho que vamos a vivir aqui hasta que nos traslademos a Winterhaven. Es una habitacion muy bonita -anadio paseando la mirada por la amplia estancia-. ?Hay sitio para Toby?
– Mi tio os dira donde puede alojarse -contesto Nyssa sin saber como continuar la conversacion-. La habitacion de al lado es lo bastante grande para vuestro criado y vos -anadio-. Supongo que necesitareis espacio para vuestras cosas pero me temo que mi vestidor esta lleno a rebosar. Mi tio Owen os indicara donde debeis instalaros.
– Tillie, ?quieres ir a hablar con el conde de Mar-wood, por favor? -dijo Varian sin poder contener una sonrisa-. Luego puedes ayudar a Toby a deshacer mi equipaje y a ordenar mis cosas. Ya te llamaremos si te necesitamos.
Tillie se volvio hacia su asombrada senora.
– Necesito que Tillie me ayude a vestirme -repuso Nyssa.
– Yo lo hare -replico el conde-. Dicen que se me da muy bien. Marchate Tillie -anadio dirigiendose a la doncella.
– ?Quedate, Tillie! -ordeno Nyssa con voz firme.
– Vete, pequena -insistio el conde tomando a la muchacha por un brazo y arrastrandola hacia la puerta.
– ?Tillie, ven aqui ahora mismo!
El conde abrio la puerta de la habitacion, empujo a Tillie fuera y volvio a cerrarla con llave. Hecho esto, se volvio a mirar a su furiosa esposa.
– ?Como os habeis atrevido a hacer algo asi? ?Tillie es mi doncella y debe obedecer mis ordenes!
– Tillie es la doncella de la condesa de March y debe obdecer a su amo, que soy yo -replico el sin perder la calma-. ?Quieres que te ayude a salir de la banera?
– ?Fuera de mi habitacion! -siseo Nyssa-. Si no os vais, gritare.
– ?Y que conseguiras con eso? -pregunto Varian acercandose a la chimenea y tomando la toalla que Tillie habia puesto a calentar junto al fuego-. Soy tu marido y puedo hacer contigo lo que me venga en gana. A los ojos de Dios y de los hombres eres mia.
– ?Sois despreciable!
– Si no sales entrare a buscarte -dijo el haciendo caso omiso de sus insultos y empezando a quitarse las botas.
– No os atrevais…
Varian de Winter le dirigio una mirada diverti da mientras se desabrochaba la camisa y la arrojaba al suelo.
– ?Por que no? -replico empezando a quitarse los pantalones.
– ?Porque la banera no es lo bastante grande para los dos! -grito Nyssa poniendose en pie-. La casa no es nuestra y debemos devolver todo el mobiliario en perfectas… ?Por que me mirais asi? -se interrumpio. De repente advirtio que estaba desnuda-. ?Que verguenza! -murmuro mientras buscaba a tientas una toalla para cubrirse.
Varian de Winter apenas podia respirar mientras recorria con ojos avidos el cuerpo desnudo de Nyssa. Una gota de agua resbalo entre sus pechos y se perdio entre sus piernas. Incapaz de contenerse, alargo un brazo y la enlazo por la cintura. Nunca habia deseado tanto a una mujer.
Nyssa sintio que la cabeza le daba vueltas al sentir los labios de Varian sobre los suyos y el calor que su cuerpo emanaba. Estaba besando a un hombre a quien apenas conocia y sin embargo, no era miedo precisamente lo que sus caricias despertaban en ella. Le acaricio su pecho liso de piel ardiente y se dijo que, fuera lo que fuera lo que el sentia por ella, ella tambien lo sentia.
Los expertos dedos de Varian encontraron las horquillas que mantenian recogida la larga melena de Nyssa y le solto el cabello sin dejar de besarla. Casi se le detuvo el corazon cuando sintio los dedos torpes de Nyssa tratando de desabrocharle los pantalones. Sin soltar a su esposa, se desprendio de todas sus ropas y les propino un puntapie.
Nyssa se separo unos centimetros y trato de recuperar la respiracion.
– ?Que es lo que siento, Varian? -pregunto mirandole a los ojos-. ?Por que no consigo oponerme a tus besos y tus caricias? Yo no te amo y sin embargo…
– Lo que sientes no es amor sino deseo -contesto Varian mientras recorria la espalda de la joven y le acariciaba las nalgas.
– La Iglesia dice que la lujuria es pecado -susurro Nyssa apretandose contra el-. «La copula entre esposos tiene como fin engendrar hijos» -recito-. Nunca habia oido decir que fuera un acto agradable pero anoche me gusto, a pesar de que me dolio un poco. ?Es pecado que me guste?
– No, querida -aseguro Varian recorriendole la columna con un dedo-. Aunque la Iglesia se niega a admitirlo publicamente, la pasion entre un hombre y su esposa esta permitida.
Mientras Varian hablaba, Nyssa apoyo la punta de la lengua en los labios de su marido. De repente habia sentido un irrefrenable deseo de hacerlo. Como toda respuesta, Varian busco su boca con insistencia y le introdujo la lengua. Ante su sorpresa, Nyssa no se aparto asustada, sino que se apreto todavia mas contra el para recibir mejor aquel beso. Lentamente, Varian la obligo a darse la vuelta hasta que tuvo la espalda apoyada en su pecho y pudo ver sus figuras reflejadas en el estrecho espejo que utilizaba para arreglarse. Cubrio los pechos de la joven con sus manos y la oyo contener un gemido.
Fascinada, Nyssa contemplo la imagen que el espejo le devolvia. Nunca se habia mirado al espejo estando desnuda y se preguntaba si era la tenue luz del fuego que ardia en la chimenea lo que transformaba su imagen en