?Esta mas loco por mi que todos los demas juntos! ?Y a su edad!

– :?Que significa eso de «todos los demas»? -quiso saber Nyssa-. ?Has tenido otros pretendientes?

Nyssa estaba realmente sorprendida. Tenia a Cat por una muchacha virtuosa e inocente pero a menudo la joven hacia algunos comentarios que probaban que no era asi. Despues de todo, ?que tenia de extrano que hubiera tenido otros pretendientes? Era una joven muy hermosa. Thomas Culpeper se habia interesado por ella pero Cat le trataba con desprecio. Aunque no tenia dote, sabria mantenerse cerca de los poderosos e influyentes.

– ?Sabras guardarme el secreto? -rio bajando la voz-. ?Si mi tio se entera, me mata! Mi primer pretendiente se llamaba Enrique Manox. Era mi profesor de musica y fue el primer hombre que me beso. Cuando vivia en Lambeth me enamore de Francis Dereham, un caballero que trabajaba al servicio de mi tio. Mi abuela adoptiva, la duquesa Agnes, nunca adivino lo que habia entre nosotros, aunque nos costaba un mundo mantener la compostura en publico.

– Basta, Cat -interrumpio Nyssa-. No deseo saber nada mas. Sera mejor que cuentes esas aventurillas al rey antes de que otro lo haga por ti.

– ?Estas loca? Si Enrique se entera de mis travesuras de juventud mi tio se pondra furioso. Es mejor que no lo sepa. Nadie le dira nada porque ellos son tan culpables como yo -aseguro la joven retorciendose las manos-. Entonces, ?te quedaras? Oh, por favor.

– Me voy a casa, Cat -contesto Nyssa-. Ademas, pronto te casaras y te iras de luna de miel. Cuando seas una mujer casada no desearas mas compania que la de tu marido. ?El rey parece tan enamorado de ti!

– ?Verdad que si? -sonrio Cat, orgullosa-. Todo el mundo dice que nunca se le habia visto tan entusiasmado.

– Considerate afortunada por tener a un hombre que te quiera tanto y corresponde a su amor. Mi madre siempre dice que cuando una mujer se porta bien con su marido este siempre la trata bien.

– Mi madre murio cuando yo era muy pequena -se lamento Cat-. Creci en Horsham con mis hermanas y otra media docena de chiquillos y cuando cumpli quince anos me llevaron a Lambeth con mi abuela, la duquesa Agnes. ?Crees que algun dia tendre hijos? Me da un poco de miedo -confeso.

– El rey quiere hijos, Cat. Esa es una de las razones que le han llevado a buscar una esposa joven. Inglaterra necesita un duque de York y un duque de Rich-mond que hagan compania al principe Eduardo.

– El rey ya tiene dos hijas -protesto Catherine.

– Sabes perfectamente que una mujer no puede ocupar el trono de Inglaterra -replico Nyssa-. Tu deber es darle esos hijos.

– ?Y tu? ?Piensas dar muchos hijos a mi primo Va-rian? Llevais tres meses casados. ?Estas embarazada? A Varian le encantan los ninos. Solia venir a Horsham a jugar con nosotros cuando eramos pequenos.

– ?Ah, si? -pregunto Nyssa, subitamente interesada-. No lo sabia.

Cat trato de retener a su amiga unos minutos mas, pero Nyssa no tardo en empezar a dar muestras de inquietud.

– Tengo que marcharme, Cat. Llevamos casi una hora hablando. Nos espera un viaje muy largo y Varian debe estar furioso conmigo.

– Prometeme que vendras a verme cuando sea reina -pidio Cat poniendose en pie y abrazando a su amiga-. ?Prometemelo!

– Ya veremos -contesto Nyssa evasivamente.

– Te espero en Hampton Court las proximas Navidades -insistio la futura reina.

– Me temo que eso no sera posible, Cat. Las Navidades son unas fechas muy celebradas en Riveredge. El ano pasado no pude pasar el dia de mi cumpleanos con mi familia por encontrarme al servicio de la reina, pero este ano pienso estar alli.

– Ven el dia de Reyes, entonces.

– Ya veremos. Hablare con Varian. Y yo hablare con Enrique se dijo Cat. Ya veremos quien gana.

Nyssa tambien fue a despedirse de Enrique Tudor.

– Hacia mucho tiempo que no tenia noticias tuyas, mi rosa salvaje -dijo el rey con una amplia sonrisa. Era evidente que el amor que sentia por Catherine le habia suavizado el caracter-. Estas preciosa, pequena. Imagino que es signo de que eres feliz con el conde de March. ?Que dice tu madre?

– Todavia no lo sabe, senor -contesto Nyssa-. Preferimos darle la noticia en persona.

– Una decision muy sensata -aprobo el rey-. Todavia no te he dado tu regalo de boda -anadio quitandose una gruesa cadena de oro y brillantes y tendiendosela-. Vuelve a palacio cuando quieras. Has servido a mi esposa con tanta dedicacion y fidelidad como tu madre y te estoy muy agradecido.

– ?Majestad, yo…! -exclamo Nyssa, abrumada por tanta generosidad-. Gracias, senor. Conservare este regalo hasta el final de mis dias.

– Vete, pequena -respondio el rey sonriendo complacido-. Te espera un viaje muy largo. Quiza os haga una visita el proximo verano, pero este ano debo ocuparme de algunos asuntos de gran importancia, ?verdad, Will? - anadio dirigiendose a su bufon, quien asintio-. Transmite mis mas sinceras felicitaciones a tus padres y diles que estoy muy satisfecho con tu trabajo en la corte.

Nyssa beso la mano que Enrique le tendia y le hizo una ultima reverencia.

– Que Dios bendiga a su majestad -dijo antes de abandonar la habitacion. Aunque el monarca se consideraba un hombre comprensivo y bondadoso, Nyssa sabia por experiencia que se convertia en un monstruo cruel y despiadado cuando no conseguia salirse con la suya. Ahora que conocia las relaciones entre marido y mujer, la sola idea de tenerle como amante le hacia estremecer. ?Como podia pensar Cat que estaba celosa?

– Una vez te regane por haber dejado marchar a su madre pero estabas tan entusiasmado con la joven Ho- ward que te negaste a escucharme -dijo Will Somers cuando Nyssa hubo desaparecido-. La historia se repite.

– Esta vez sera diferente -aseguro el rey-. Mi Catherine es una rosa sin espinas. Sere muy feliz a su lado: me dara hijos y alegrara los ultimos anos de mi vida. ?Que mas puedo pedir?

Will Somers nego con la cabeza. Aunque estaba a punto de cumplir cincuenta anos y habia sido traicionado en numerosas ocasiones, el bueno de Hal seguia siendo un sonador y un romantico. Will queria mucho a su senor y le dolia verle sufrir. ?Cuanto tiempo iba a durar el idilio esta vez? Los finales felices no eran la norma en la corte. Will se acerco a la ventana y apoyo la frente en el cristal mientras veia a los viajeros partir.

El hijo de Owen y Bliss Fitzhugh habia sido enviado de vuelta a casa junto con su primo Kingsley a principios de la primavera, cuando Bliss habia dicho que no habia ningun motivo para que permanecieran alli una vez habian conocido la vida en palacio. Por esta razon Nyssa y Varian solo viajaban acompanados de los condes de Marwood y el joven vizconde de Langford.

Owen Fitzhugh decidio alquilar un coche en el que las damas podrian descansar si se fatigaban pero tanto Nyssa como su tia prefirieron iniciar el viaje a caballo. Les acompanaban carros cargados con el equipaje y hombres armados con la mision de protegerles de los salteadores de caminos. Otro coche destinado a los sirvientes y ocupado por May y Tillie en el momento de partir cerraba la caravana.

El verano habia convertido el paisaje en un estallido de luz y color y a mediados del mes de junio todavia no habia caido una gota de lluvia, por lo que los caminos que rodeaban Greenwich estaban secos y polvorientos. Afortunadamente, los viajeros llevaban caballos de refresco y habian previsto alojarse en las mejores posadas en un intento de suavizar la dureza del viaje.

El castillo de los condes de Marwood se encontraba muy cerca de Riveredge y apenas ocho kilometros separaban ambas propiedades. Sin embargo, Bliss y Owen Fitzhugh decidieron acompanar a su sobrina en lugar de dirigirse a su casa. Deseaban estar presentes cuando esta comunicara a sus padres la noticia de su matrimonio con Varian de Winter y ayudarla a apaciguar los animos. Por primera vez en su vida, Varian de Winter se sentia incapaz de dominar sus nervios. El viaje transcurrio sin incidencias hasta que un dia Nyssa empezo a reconocer el paisaje y a lanzar alegres exclamaciones.

– ?Ya llegamos! ?Mirad, alli esta el Wye! ?Y las flores ya han brotado!

Su rostro estaba radiante de alegria. ?Nunca hubiera creido que se pudiera echar tanto de menos un pedazo de tierra! La caravana dejo el camino de Londres y tomo el camino del rio, que corria paralelo al curso del Wye y llevaba a Riveredge.

– ?Mira, Varian! -grito espoleando a su caballo-. ?Alli esta el embarcadero de San Miguel! ?Rumford, Rumford,

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