soy Nyssa Wyndham! ?He vuelto a casa!
Un anciano sentado en un banco de madera bajo un roble se volvio al oir su nombre. Cuando reconocio al jinete que se acercaba a toda velocidad esbozo una amplia sonrisa, alcanzo su baston y se puso en pie.
– ?Lady Nyssa! -exclamo-. ?Estais mas bonita que nunca!
– ?Como va todo por el embarcadero? -se intereso la joven descendiendo del caballo y corriendo a abrazar al anciano.
– Cada vez tengo menos trabajo. Solo la familia y algun buhonero despistado piden que les ayude a cruzar el rio. Dos de mis tres hijos han empezado a trabajar en las tierras de vuestro padre y aqui solo queda el menor. Sus hermanos dicen que no estan dispuestos a regresar y que este puede quedarse con toda la herencia. ?Como cambian los tiempos!
– Mientras los Rumford sigan ocupandose del embarcadero todo seguira como siempre -repuso Nyssa.
– Teneis razon, senora -rio el viejo Rumford-. Parece que fue ayer cuando vuestra madre llego siendo casi una nina para casarse con lord Edmund, que Dios le tenga en Su gloria. Los Rumford nos hemos ocupado del embarcadero desde que se construyo y asi sera hasta el final de los tiempos -declaro, orgulloso.
– Pronto necesitare tus servicios, Rumford -dijo Nyssa antes de montar de nuevo y correr a reunirse con los demas.
– ?Quien es ese anciano? -pregunto Varian, que nunca habia tenido que cruzar el rio para llegar a Win- terhaven.
– Es Rumford, el barquero -contesto Nyssa-. Su familia siempre se ha ocupado del embarcadero de San Miguel, o por lo menos asi lo afirman los lugarenos. El fue quien trajo a mi madre a Riveredge cuando llego para casarse con mi padre. Mis abuelos y mis tios Kingsley viven al otro lado del rio y nosotros les visi tamos con frecuencia. Nuestra nueva casa esta muy cerca de la suya, ?verdad? ?Mira, Varian, alli esta Rive-redge!
Varian de Winter miro hacia donde el delgado dedo de Nyssa apuntaba y contuvo la respiracion. Rivered-ge era una majestuosa construccion de ladrillo rojo con forma de hache y cuyas paredes estaban cubiertas de espesa hiedra. Un cuidado jardin salpicado de vegetacion en flor rodeaba la casa.
– Me temo que Winterhaven no es tan bonita como Riveredge -se lamento clavando la mirada en el tejado de pizarra gris. El gran numero de chimeneas que lo adornaban revelaban que en la casa habia numerosas habitaciones.
– Haremos de Winterhaven una propiedad tan grande y prospera como Riveredge -prometio Nyssa. Varian sonrio complacido: a pesar de que habia pasado alli los anos mas felices de su vida, Nyssa no olvidaba que ahora era una De Winter.
Detuvieron los caballos frente a la puerta principal y esta se abrio de golpe dando paso a una joven pareja. Ella tenia los ojos de Nyssa, pero su cabello era del color de la miel; el era alto, moreno y de ojos azules y corrio a ayudar a Nyssa a desmontar.
– Bienvenida a casa, hija mia -dijo Anthony Wyndham besandola en la mejilla.
– Gracias, papa -contesto la joven antes de volverse hacia su madre. Blaze Wyndham advirtio que algo habia ocurrido en cuanto miro a su hija a los ojos.
– ?Es que ya no te necesita la reina? -quiso saber-. Me alegro de verte pero me sorprendio recibir vuestro mensaje. ?Va todo bien? -insistio mientras sorprendia a su hija intercambiando una mirada furtiva con su hermana. ?Quien es este caballero tan atractivo?, se pregunto.
– ?Por que no entramos a refrescarnos un poco?
– propuso Nyssa tomando a Blaze del brazo-. Mientras tomamos una copa de vino os contare mis aventuras en palacio.
– Bienvenido a casa, muchacho -saludo Anthony Wyndham a su hijo mayor-. ?Te ha gustado la vida de palacio?
– Ha sido una experiencia muy interesante pero, como vos, prefiero el campo -respondio Philip-. Quiero hablaros de una mujer que he conocido alli
– tartamudeo-. Ambos somos muy jovenes para pensar en el matrimonio, pero nos gustaria que nuestras familias llegaran a un acuerdo y nos permitieran comprometernos antes de que termine el ano. Se llama Helga von Grafsteen y es una de las damas de honor de lady Ana.
– ?Una extranjera? -repuso su padre torciendo el gesto-. Necesitara una buena dote para compensar por la falta de tierras en Inglaterra. Esta bien, ya hablaremos -accedio.
– Gracias, senor -contesto el joven vizconde acompanando a su padre al interior de la casa.
Varian de Winter, cuyos asombrados ojos no se cansaban de contemplar la majestuosa decoracion del salon principal de los Wyndham, fue el ultimo en entrar. Le llamaron especialmente la atencion el elevado techo con vigas de madera dorada tallada en forma de volutas y los grandes ventanales a traves de los que la luz y el sol entraban a raudales. Habia cuatro chimeneas, pero el dia era tan caluroso que ninguna estaba encendida. La gran mesa de brillante madera de roble presidida por dos majestuosos sillones destacaba en un rincon de la habitacion.
Los eficientes sirvientes de los Wyndham entraron trayendo vino y galletas para los recien llegados. Todos vestian de manera impecable, hablaban en voz baja y hacian gala de unos modales exquisitos. El conde de March se pregunto que pensaria Nyssa cuando viera a los ancianos criados que les aguardaban en Winterha-ven. Blaze Wyndham se volvio hacia el y le observo con abierta curiosidad.
– ^?No vas a presentarnos a este caballero, Nyssa? -pregunto.
– Naturalmente -contesto la joven tomando aire-. Os presento a Varian de Winter, conde de March. Nos casamos hace tres meses. -?Ya esta!, se dijo, aliviada.
– ?Que? -grito el conde de Langford-. ?Tu no puedes casarte con nadie sin mi permiso, jovencita! ?Y si lo has hecho, anulare ese matrimonio inmediatamente! ?Me he explicado con claridad?
– Tony, deja de vociferar -intervino Blaze-. ?Que significa esto, Bliss? -pregunto a su hermana-. ?Por que no me has escrito para decirmelo? Nyssa, ?por que no lo hiciste tu?
– Nyssa deseaba contaroslo cara a cara y nosotros decidimos respetar su decision -contesto Owen Fitz-hugh-. Cuando hayais escuchado su historia Bliss y yo estaremos encantados de contestar a vuestras preguntas. Hemos cuidado de ella lo mejor que hemos podido.
– Ya lo veo -gruno Anthony Wyndham-. ?La dejo a vuestro cuidado y vuelve casada con un cazador de dotes sin oficio ni beneficio!
– Yo no soy ningun cazador de dotes -se defendio Varian de Winter-. Poseo tierras situadas al otro lado del rio y una casa. Quiza hayais conocido a mi padre; se llamaba Enrique de Winter. Yo me crie con mi abuelo.
– ?Y quien demonios es ese caballero? -rugio el conde de Langford, cada vez mas furioso con aquel desconocido que se habia atrevido a casarse con Nyssa desafiando su autoridad.
– Thomas Howard -contesto Varian sin perder la calma.
– ?El duque de Norfolk?
– Si no os importa, deseo escuchar las explicaciones de mi hija -intervino Blaze. Anthony Wyndham se enfurruno mas cuando oyo a su mujer referirse a Nys-sa como «mi hija».
– Lo hare con mucho gusto cuando termineis de gritaros y pediros cuentas unos a otros -respondio la joven.
– ?Philip! -exclamo Anthony Wyndham-. ?Donde demonios estabas cuando ocurrio? ?Te pedi que cuidaras de ella! ?Es asi como me obedeces?
– No lo supe hasta que fue un hecho consumado, senor -se disculpo el atemorizado muchacho.
– Nos casamos el 21 de abril en la capilla real -empezo Nyssa-. El arzobispo de Canterbury y el obispo Gardiner oficiaron la ceremonia. El rey tambien estaba alli. En realidad fue el quien ordeno que debiamos casarnos.
– ?Por que?
– Es una historia muy larga -contesto Nyssa-. Empezare por el principio: en cuanto su majestad vio a lady Ana de Cleves decidio que no era suficientemente bonita para ser su esposa. La princesa es una mujer inteligente y bondadosa y la actitud del rey resulta incomprensible para la mayoria de sus subditos. El caso es que ha revuelto cielo y tierra hasta conseguir que su matrimonio sea declarado nulo. Ha alegado que la union nunca fue consumada.
– ?Que no se consumo el matrimonio? -interrumpio el conde de Langford en tono desdenoso-. No me lo creo. A ese satiro le gustan todas.