gran dia se acercaba y habia que confeccionar trajes de caza y de amazona y vestidos de noche. La joven se devanaba los sesos pensando como se las iba a arreglar para mantener las ropas de su senora limpias y presentables; una caravana no era lo mismo que Greenwich o Hampton Court. Llevarian una carroza para los condes, un carro cargado con la ropa y enseres de los-cria-dos y otro con una pequena tienda, la ropa de cama y los utensilios de cocina. Necesitarian caballos de refresco para la carroza y tres mas para cuando los condes salieran a cabalgar o a cazar con los reyes. Tillie se alegraba de poder contar con la ayuda de una muchacha llamada Patience y Toby daba gracias porque Wi-lliam, uno de los ayudantes de la cocinera, y Bob, un mozo de caballos, tambien les acompanaran.
Blaze Wyndham llego sola a Winterhaven pocos dias antes de la partida de los condes de March.
– A tu padre no le gusta dejar Riveredge en esta epoca del ano -explico a su hija cuando esta le pregunto por que no la habia acompanado Anthony Wyndham-. Hay que hacer jabon, preparar las conservas, confitar las frutas y fabricar la cerveza y la sidra. No puedo supervisar todas esas cosas desde aqui -se lamento-. Ademas, Anthony tiene demasiado trabajo para ocuparse de las ninas. He decidido llevarme a Edmund y Sabrina a Riveredge conmigo. Sus nodrizas tambien pueden venir con nosotros y son tan pequenos que no extranaran su nueva casa. El tiempo es excelente y el viaje es tan corto que no correran ningun peligro. Me parece que es lo mas sensato que podemos hacer.
– ?Tu que dices, Varian? -pregunto Nyssa volviendose hacia su marido-. Creo que mama tiene razon. Los ninos estaran bien atendidos tanto en un sitio como en otro y papa la necesita en Riveredge. Ya que nosotros pasaremos algunos meses fuera, estoy segura de que no les importara compartir parte de la cosecha con nosotros.
– La nuera de la senora Browning parece una joven muy capaz -opino Blaze-. Me quedare a pasar la noche y le ensenare todo cuanto debe saber para mantener la casa en condiciones y prepararla para el invierno. Asi, Susan y Alice tendran tiempo de hacer su equipaje y el de los mellizos. Enrique, Jane y Annie estan encantados con la visita de sus sobrinos.
– Os felicito, senora -sonrio Varian-. Vuestro plan es excelente.
– Entonces, todo arreglado -contesto la condesa de Langford devolviendole la sonrisa.
Al dia siguiente, Nyssa tuvo que esforzarse para no hacer una escena cuando Blaze partio llevandose a los bebes, que aquel dia cumplian cinco meses y, segun su madre, se habian convertido en las criaturas mas bonitas del mundo. Los dos habian heredado el cabello negro y brillante de su padre pero, mientras los ojos de Edmund eran azul violeta como los de su madre, los de Sabrina habian adoptado el color verde oscuro de los de su padre. A pesar de su corta edad, se adivinaba que tenian mucho caracter y que eran muy tozudos.
Nyssa les beso y trato de contener las lagrimas. Blaze advirtio lo duro que le resultaba separarse de sus pequenos y trato de consolarla. -?Comprendes ahora como me senti cuando tuve que abandonarte para acompanar a la tia Bliss a palacio?
– Si -hipo la joven-. ?Mama, por favor, cuidalos bien! Volveremos a casa en cuanto podamos. ?Si Catherine tuviera un hijo no se atreveria a pedirme esto!
Varian no se molesto en explicar a su mujer que las reinas no crian a sus hijos como el resto de las madres, que su mision se limita a dar herederos y que esos bebes son educados por sirvientes y nobles leales al rey. Cuando la carroza de la condesa de Langford se perdio en el horizonte, rodeo los hombros de Nyssa con un brazo y dejo que apoyara la cabeza en su pecho. Sabia que no podia hacer ni decir nada para consolarla y que tendrian que pasar meses antes de que se le olvidara el disgusto y volviera a ser la misma de siempre.
Dejaron Winterhaven para unirse a la caravana real dos dias mas tarde.
– ?Estas seguro de que el rey nos permitira regresar pronto? -pregunto Nyssa, inquieta, antes de subir a la carroza.
– Naturalmente -contesto Varian-. No somos ni importantes ni influyentes y, si hemos sido llamados, es porque Cat es una nina caprichosa y consentida. Entre los dos la convenceremos para que nos permita regresar pero para eso tenemos que aburrirla con nuestras historias… y para aburrirla necesitamos pasar algun tiempo con ella -anadio con un guino malicioso-. Si se niega a entrar en razon hablare con mi abuelo y el se ocupara de todo.
Advirtio que Nyssa torcia el gesto al oir el nombre de Thomas Howard y sonrio para sus adentros. Su testaruda mujercita seguia maldiciendo a su abuelo y la sola idea de pedirle un favor la ponia enferma.
– Ya encontrare yo la manera de convencer a Cat-refunfuno la joven-. ?No pienso rebajarme a pedir nada a ese hombre!
– Entonces, ?no eres feliz conmigo? -inquirio Varian-. ?Te arrepientes de no haber anulado nuestro matrimonio cuando tu padre te lo propuso? Creo que debemos parte de nuestra felicidad a mi abuelo; si no hubiera sido por el, no estariamos casados.
– Tu siempre has dicho que a tu abuelo le importaba un comino lo que me ocurriera. Si no te hubieras ofrecido a llevar a cabo su plan, habria encargado a cualquier desalmado que lo hiciera por ti. ?Y que habria sido de mi? -siseo furiosa-. ?Le odio!
– Pero todo salio bien -replico Varian-. Nos casamos y ahora tenemos dos hijos preciosos. ?No crees que es hora de que le perdones? Es un anciano y no tiene quien le quiera. En el fondo me da pena. ?Quien en su sano juicio envidiaria a un Howard inmerso en las intrigas de palacio? Doy gracias a Dios por ser un De Winter, vivir en el campo y tener una esposa maravillosa.
Nyssa no replico. Todavia guardaba rencor al poderoso duque de Norfolk y le daba rabia pensar que nunca podria llevar a cabo su venganza. Varian le habia preguntado si era feliz a su lado y la verdad era que si lo era. Queria a su marido y estaba orgullosa de el y adoraba Winterhaven y a sus hijos, pero no podia perdonar al hombre que habia cambiado su destino al tomar una decision que le correspondia tomar a ella.
Volvio sobre sus pensamientos y abrio unos ojos como platos. ?Se habia confesado que amaba a Varian! ?Desde cuando venia ocurriendo? Su relacion no habia sufrido ningun cambio significativo en todo aquel tiempo. Simplemente, no podia imaginar su vida sin el y sus hijos. Le miro de reojo. Era muy guapo y Ed-mund y Sabrina habian heredado su rostro alargado y su nariz recta. Su madre habia asegurado que se puede aprender a amar a una persona, pero ella no se habia molestado en prestar atencion a sus palabras. ?Mama tenia razon!, se dijo alborozada. Se puede aprender a amar a un hombre, sobre todo cuando se trata de un hombre tan bueno y carinoso como Varian de Winter. Timidamente, tiro de la manga de su chaqueta y el le pregunto que queria.
– Te quiero -murmuro Nyssa ruborizandose. El efecto que sus palabras produjeron en Varian hizo que sus ojos se llenaran de lagrimas: su marido la miraba con autentica adoracion pero ella se sentia avergonzada y en absoluto digna de un amor tan desprendido y generoso.
– ?Y desde cuando viene ocurriendo eso, senora? -inquirio el tomandole una mano y besandola.
– Acabo de darme cuenta -contesto la joven-. Estaba pensando en cuanto odio a tu abuelo y de repente me he sorprendido a mi misma diciendome que no podria vivir sin ti. ?Te quiero tanto!
Varian beso a Nyssa y ella le devolvio sus besos con mas pasion que nunca.
– Se que te ha costado un gran disgusto, pero me alegro de que hayas dejado de criar a los ninos -le susurro al oido mientras deslizaba una mano dentro de su escote y le acariciaba un pecho-. Ahora estas preciosidades vuelven a ser mias y de nadie mas.
– Yo tambien me alegro -confeso Nyssa ruborizandose. Le abrio la camisa y le recorrio el pecho con la mano para sentir los latidos de su corazon. Se inclino sobre el y le recorrio el pecho y el estomago con la punta de la lengua. Fuera, la lluvia golpeaba el techo de la carroza con fuerza.
– Sientate en mi regazo -pidio Varian mientras se desabrochaba los pantalones.
– ?El cochero! -replico Nyssa, escandalizada-. ?Y si nos ve?
– Tiene orden de no detenerse hasta llegar a la posada. No vera ni oira nada.
Nyssa se sento sobre las rodillas de su esposo, se abrio el corpino y, apoyando las manos en los hombros de Varian, empezo a moverse sobre el. Nunca habria dicho que las mujeres hicieran el amor con sus maridos en una carroza, penso divertida. Varian le levanto la falda y le clavo las unas en las nalgas mientras Nyssa se decia que daria cualquier cosa por detener el tiempo en aquel instante. Sin embargo, ambos estaban tan excitados que terminaron enseguida. Se tendieron en el asiento y trataron de recuperar la respiracion.
– ?Has hecho esto alguna vez con otra mujer? -pregunto Nyssa momentos despues.
– Me niego a contestar a esa pregunta -rio Varian.
– ?Lo has hecho!
– Yo no he dicho nada -se defendio el-. Ademas, si lo hice fue mucho antes de conocerte y casarme contigo.