Sera mejor que te tapes un poco -anadio besandole la punta de la nariz y empezando a abrocharle el corpino-. No quiero organizar un escandalo en la posada.
– Manana pedire a Tillie que nos acompane -sonrio Nyssa.
– Si lo haces te dare una paliza que no olvidaras mientras vivas -amenazo Varian-. Conozco otros juegos para combatir el tedio de los viajes pero temo escandalizar a Tillie.
– Ocupaos de vuestras ropas, senor -replico Nyssa apartandole las manos y arreglandose el cabello.
– Olvidate de Tillie -repitio el mientras Nyssa le dirigia una sonrisa seductora.
De repente, todo habia cambiado y cada vez que una mujer se acercaba a el los celos la invadian. ?Era eso amor? No le encontraba defectos y solo tenia ojos para el. Habia advertido que Varian la amaba mas que nunca desde que ella le habia confesado su amor y habia dejado de sentirse culpable por aceptar un amor que hasta ahora no habia podido devolver.
El viaje a Lincoln se convirtio en una segunda luna de miel y ambos lamentaban que tuviera que llegar a su fin. Atravesaron el condado de Worcestershire, famoso por la riqueza de sus cultivos. El maiz estaba listo para ser cosechado- y el ganado pastaba en las verdes praderas. Los frondosos bosques estaban habitados por ciervos y venados y, aunque los rebanos no eran muy numerosos, tambien habia ovejas. La fruta, especialmente manzanas y peras, se hallaba madura y a punto para ser cogida. Los habitantes del condado fabricaban un vino de pera que llamaban Perry y que a los condes de March les parecio delicioso. Nyssa descubrio que era demasiado fuerte cuando empezo a decir tonterias despues de haber bebido un par de copas.
La region tambien era conocida por la belleza de su arquitectura. La mayoria de los edificios estaban hechos de madera pintada de blanco y negro y solo las casas solariegas y las iglesias estaban construidas con la arenisca de color rojizo originaria de la comarca. Los abundantes jardines cuajados de flores llamaron la atencion de Nyssa y Varian le explico que habia escogido a proposito la ruta que dejaba la ciudad de Droit-wich al sur. En esa ciudad habia tres manatiales de salmuera y cuatrocientos hornos en los que la sal se secaba, por lo que el aire resultaba irrespirable.
El condado de Warwickshire quedaba al norte del rio Avon. Alli los bosques eran propiedad de los pequenos propietarios y los labradores, pero los grandes propietarios pretendian cercar los campos y arrebatarles sus derechos. Un gran agitacion sacudia la comarca y los salteadores de caminos se aprovechaban de la situacion.
Decidieron pernoctar en Coventry, una ciudad fortificada que durante la Reforma habia perdido su catedral y la tradicion de representar los Misterios. Como consecuencia, el comercio habia resultado afectado, ya que muchos pequenos artesanos vivian de vender sus productos a los peregrinos que se acercaban a presenciar las representaciones. A pesar de hallarse en plena decadencia, la ciudad conservaba su belleza.
– ?Por que hay tan pocas granjas? -quiso saber Nyssa.
– Esta tierra no es cultivable -contesto Varian-. Hay grandes depositos de hierro y carbon bajo la superficie.
El paisaje de Leicestershire entusiasmo a Nyssa. Apenas se veian arboles, setos o animales. El trigo, la cebada y las legumbres crecian por doquier y las plantaciones se extendian hasta mas alla de donde alcanzaba la vista. Los pastos eran frondosos y abundaba el ganado y los rebanos de ovejas.
Sin embargo, aquellas tierras pertenecian a la nobleza y sus trabajadores vivian sumidos en la mas absoluta pobreza. Sus cabanas de una habitacion construidas con una mezcla de barro, paja y excrementos de animales mostraban signos evidentes de abandono. Aunque se producia lana en abundancia, no existia la industria necesaria para tratar aquella materia prima y mejorar las condiciones de vida de los habitantes de la comarca.
Pasaron una noche en Leicester, el centro del comercio de la piel y de las subastas de ganado y caballos. Era era una ciudad prospera, pero Nyssa advirtio que carecia del ambiente festivo de otros centros comerciales de su nativa Herefordshire.
El viaje empezo a llegar a su fin cuando la caravana atraveso la frontera entre Leicestershire y Lincolnshire. La economia de este condado dependia del ganado y la calidad de la lana era tan buena que esta se vendia a precios elevadisimos que solo los forasteros podian pagar. Los juncos utilizados para construir los techos de las cabanas y el lino se extraian de los pantanos. Como ocurria en Leicestershire, los grandes propietarios controlaban la explotacion de las tierras y abusaban de sus arrendatarios. Durante el viaje, Nyssa habia tenido la oportunidad de observar que la estructura feudal se hacia cada vez mas rigida conforme avanzaban hacia el norte del pais, un area que habia perdido toda su riqueza durante su rebelion contra Guillermo I.
Nottingham habia arrebatado su importancia a la ciudad de Lincoln, pero esta ultima seguia presumiendo de castillo y catedral majestuosa. Los condes de March llegaron alli antes que los reyes pero los carros que transportaban las tiendas se habian adelantado. Los criados se encontraban armando las tiendas a las afueras de la ciudad y Varian corrio a preguntar cual era el lugar que el y su esposa debian ocupar. Uno de ellos senalo hacia una esquina del campamento.
– Yo no llamaria a esto un lugar de honor precisamente -comento Nyssa, divertida-. Despues de todo, solo soy amiga de la reina y tu, su primo.
– Por lo menos estamos apartados del bullicio de las otras tiendas -se consolo Varian-. Nadie nos molestara. Ademas, la vista es excelente.
El conde de March ayudo a los criados a montar las plataformas de madera sobre las que debian levantar las tiendas, una grande para el y su esposa y otra mas pequena para los sirvientes, esta ultima dividida por una cortina de manera que hombres y mujeres pudieran preservar su intimidad. La tienda de los condes de March era de lona a rayas rojas y azules y el estandarte de la familia De Winter pendia de un asta colocada sobre la entrada. En su interior, gruesas alfombras cubrian el suelo de madera y una cortina separaba el salon y el dormitorio. Nyssa habia decidido incluir algu nos braseros en el equipaje porque, aunque estaban en el mes de agosto, en el norte hacia frio durante todo el ano.
En el salon destacaban una gran mesa y varias sillas, mientras que en el dormitorio una hamaca de piel cuyos cuatro extremos habian sido atados a cuatro estacas firmemente clavadas en el suelo hacia las veces de cama. Junto a ella se encontraban los baules que guardaban sus efectos personales y varios candelabros de bronce y lamparas de cristal que colgaban del techo iluminaban la estancia. Los criados hicieron una hoguera en el exterior de la tienda y se acercaron al rio a buscar agua que calentaron sobre el fuego para que los condes pudieran tomar un bano antes de la llegada de los reyes.
Nyssa y Varian compartieron la pequena banera que habian traido de Winterhaven y se secaron el uno al otro sin que al parecer el frio les importara. Tillie y Toby se habian mostrado sorprendidos y escandalizados cuando sus senores habian rechazado su ayuda.
– Me pregunto a donde vamos a llegar -resoplo Tillie, disgustada-. Nunca pense que llegaria el dia en que viera a mi senora banar a su marido.
– A mi tampoco me gusta, pero me temo que nuestra opinion les trae al fresco -repuso Toby.
– ?Tillie, te necesito! -llamo Nyssa en ese momento-. Estoy en el dormitorio. Lord De Winter quiere que Toby acuda al salon con sus ropas. ?Daos prisa!
– ?Lo ves? -sonrio Toby, satisfecho-. No pueden vivir sin nosotros.
Los condes se vistieron con sus mejores ropas y, cuando la caravana real llego al campamento, se encontraban listos para presentarse ante Enrique Tudor y su esposa. El vestido de Nyssa era de terciopelo azul oscuro con perlas y cuentas plateadas bordadas en el corpino y sobrefalda de brocado plateado y azul. El escote era bajo y de forma cuadrada y las mangas, vueltas en los punos, tenia forma de campana. Lucia una doble sarta de perlas alrededor del cuello y llevaba el cabello peinado en un mono recogido en una redecilla plateada. Un cinta de la que colgaba un zafiro atada alrededor de la cabeza completaba el conjunto.
El conde vestia un traje de terciopelo color vino y
camisa de seda adornada con chorreras en el cuello
y las mangas. Los pantalones eran a rayas de color gra
nate y dorado y la chaqueta estaba bordada con perlas
y cuentas doradas. Lucia un sombrero adornado con
plumas de avestruz y una gruesa cadena de oro alrede
dor del cuello.
Los nobles se instalaron en sus tiendas y los condes de March esperaron a ser llamados por el rey, como exigia el protocolo. El duque de Norfolk se acerco a saludarles. A pesar de tener setenta anos, el anciano no habia