con la otra empezaba a desabrocharle el abrigo y el corpino. Le arranco la ropa interior y le clavo las unas en el pecho.
Nyssa se revolvio pero Tom Culpeper consiguio mantenerla inmovil. Quiso gritar pero el panuelo le impedia articular palabra. Su atacante sonrio y, sin soltarle un pecho, inclino la cabeza y empezo a succionarle el otro pecho mientras le mordia el pezon. Lagrimas de dolor y humillacion resbalaban por las mejillas de Nyssa y apenas podia respirar. Sir Vaughn le clavo los dientes en el otro pecho y la joven arqueo la espalda.
– Dejame seguir, Tom -pidio Sin a su amigo-. Ya se que te he prometido esperar, pero no puedo. ?Dios, es deliciosa!
– Ni hablar -replico Tom Culpeper-. Si la fuerzas ahora, Cat me matara.
– Entonces dejame tocarla un poco mas antes de soltarla -dijo levantandole la falda, sujetandosela en la cinturilla y arrancandole la ropa interior. Se arrodillo e introdujo la cabeza entre sus piernas.
Nyssa se dijo que no podia permitir que aquel atropello continuara. Se hizo hacia adelante y, cuando Tom Culpeper trato de enderezarla, descargo un fuerte rodillazo en la mandibula de Sin Vaughn, que se quebro con un crujido. Sir Vaughn cayo al suelo hecho un ovillo y Tom Culpeper solto a Nyssa para socorrer a su amigo. La joven se arranco el panuelo que le tapaba la boca y trato de recuperar la respiracion mientras se bajaba la falda y cubria su desnudez. Cynric Vaughn habia perdido el sentido.
– ?Que le has hecho, zorra? -espeto Tom Culpeper.
– Si vos o ese animal volveis a ponerme la mano encima explicare a mi marido el desgraciado incidente de esta noche -amenazo-. De momento guadare silencio porque estoy segura de que no esperaria a manana para mataros. ?Como podria explicar su comportamiento sin delatar a Cat? Tampoco dire nada a la reina porque la muy ilusa cree haberse enamorado de vos y no me creeria, pero os lo advierto: ?alejaos de mi!
– Os recuerdo que teneis dos hijos. Pensad en ellos •cada vez que os sintais tentada a hacer una tonteria.
– Atreveos a acercaros a mis hijos y os matare con mis propias manos -prometio Nyssa con los ojos brillantes de ira. Si quereis libraros de mi convenced a Cat de que recuerde al rey su promesa de dejarnos volver a casa.
Despues de pronunciar aquellas amenazadoras palabras regreso al campamento. Cuando se encontraba cerca, advirtio que habia olvidado recoger su abrigo del suelo pero no se atrevia a volver sobre sus pasos. Tillie le preguntaria a la manana siguiente donde lo habia dejado y tambien se daria cuenta de que su ropa interior estaba rota. Decidio contarle lo que habia ocurrido y prevenirla contra Tom Culpeper y Cynric Vaughn. La pobre Cat, que solo veia en Culpeper a un apuesto joven de ojos azules, no imaginaba que clase de hombre se escondia detras de aquella apariencia inofensiva.
La caravana continuo su marcha hacia el sur y, tras pasar de largo por Collyweston y Amphill, llego a Wind- sor el 26 de octubre. La construccion del castillo de Windsor habia sido iniciada por Guillermo el Conquistador. Sus muros de piedra sustentados por vigas de madera se levantaban en lo alto de una colina desde la que se divisaba el valle del Tamesis. Los reyes que sucedieron a Guillermo I siguieron alojandose alli durante largas temporadas y disfrutando de la excelente caza de la zona. Enrique II sustituyo las murallas de madera por otras de piedra, mas solidas, y Enrique III termino de levantar los muros y anadio nuevas torres. Fue Eduardo III quien convirtio el castillo en una magnifica residencia tras fundar la Orden de la Jarretera, que dio origen a la leyenda del rey Arturo y los caballeros de la Mesa Redonda.
Cuando Eduardo IV accedio al trono la capilla de palacio estaba practicamente en ruinas y el monarca ordeno iniciar su reconstruccion, aunque nunca la vio terminada. Enrique VIII, el actual monarca, construyo el coro. Jane Seymour, su tercera esposa, estaba enterrada alli, y en numerosas ocasiones el mismo rey habia expresado su voluntad de ser enterrado junto a ella. Enrique Tudor consideraba aquel castillo su verdadero hogar desde los anos en que era un principe joven y apuesto que pasaba largas temporadas alli participando en todo tipo de competiciones y torneos. Aunque habia llovido mucho desde entonces, el rey se sentia rejuvenecer cada vez que atravesaba aquellos solidos muros. La corte asistio atonita al espectaculo del traslado de la cama de su majestad, un mueble que media ?mas de tres metros cuadrados! El rey era incapaz de subir las escaleras que conducian a las habitaciones del piso superior y, cuando lo hacia, debia ayudarse de una soga y un sofisticado sistema de poleas.
Finalmente, el conde de March consiguio atraer la atencion del rey durante el banquete que se celebro dos dias despues de la llegada de la caravana a Windsor.
– Se que prometi a Nyssa que os permitiria regresar a casa antes de las Navidades -dijo Enrique Tudor, que habia bebido demasiado y se habia puesto un poco sentimental-. Senor, os suplico que os quedeis hasta el dia de Reyes. Se que vuestra esposa desea celebrar unas fechas tan senaladas en Riveredge pero tambien se que si os dejo marchar ahora, no volvere a veros nunca mas. Nyssa es un ratoncito de campo como su madre y como vos, Varian. Os rie estado observando durante el viaje y he advertido que mirabais con mas interes los rebanos de ovejas y el ganado que pastaba en los campos que los ciervos que perseguiamos. Si os quedais con nosotros hasta el dia de Reyes, no volvere a pediros que vengais a palacio -prometio-. ?Que opinas tu, querida? -pregunto volviendose hacia Cat y besandola en la boca.
– Me parece una idea excelente -asintio la reina-. Por favor, primo, quedate y pide a Nyssa que no se enfade conmigo por haberla obligado a cambiar de planes -anadio esbozando la sonrisa mas encantadora de su repertorio. Varian empezaba a entender la adoracion que Enrique Tudor sentia por su prima: Catherine parecia la viva imagen de la inocencia y la dedicacion a su marido.
– Pido a Dios que no la descubran hasta que nos encontremos muy lejos de palacio -dijo Nyssa cuando Varian le informo que Catherine habia conseguido que el rey rompiera su promesa. Saltaba a la vista que desconocia que su amante y el mejor amigo de este habian tratado de abusar de ella en Kettleby. Si supiera algo me habria dejado partir, se dijo. Por lo menos, sus asaltantes no habian vuelto a molestarla. A la manana siguiente Cynric Vaughn habia aparecido con un impresionante hematoma de color negro azulado del tamano de un limon y habia dicho a todo el mundo que habia tenido una pesadilla y se habia caido de la cama. El tiempo mejoro un poco y el rey aprovecho para salir a cazar. Enrique Tudor, a quien nada le gustaba mas que montar a caballo y perseguir cervatillos indefensos, se encontraba como pez en el agua. Cada noche se celebraba un banquete y el disfrutaba mas que nadie con la comida, la bebida y el baile. Lady Ana decidio visitar a la corte. La verdad era que le habria encantado unirse a la caravana pero habia decidido quedarse en Richmond para no poner a Catherine en una situacion comprometida. Cuando vio a Nyssa, la estrecho efusivamente entre sus brazos.
– ?Habeis tenido un bien fiaje? -pregunto-. ?Que enfidia me das!
– Habria cambiado gustosa vuestro lugar por el mio, senora -respondio la joven-. De buena gana me habria quedado en Winterhaven con mis hijos. Cuando nos marchamos en el mes de agosto, les habian salido dos dientes abajo y los de arriba empezaban a apuntar. Su majestad nos ha pedido que nos quedemos hasta el dia de Reyes -suspiro-. Por tercer ano consecutivo, no pasare las Navidades en Riveredge.
– Si tu madre da su permiso y no le supone una gran molestia, me gustaria celebrar unas nafidades con fosotros -dijo lady Ana-. Siento curiosidad por conocer esa lugar tan marafillosa llamada Riveredge. Sin embargo, me temo que este ano tendremos que con formarnos con Hampton Court. El ano pasado nadie sabia muy bien como diriguirse a mi pero este ano estaremos juntas. ?Ya veras cuanto nos difertiremos!
Cuando los viajeros supieron que el trayecto de Windsor a Hampton Court iba a realizarse en barca, suspiraron aliviados. Llevaban cuatro meses cabalgando y empezaban a cansarse. Nyssa se llevo una desagradable sorpresa cuando descubrio que el duque de Norfolk les acompanaria en la travesia.
– Se que detestas mi compania, jovencita -dijo Thomas Howard a modo de saludo tras hacerle una reverencia-. Sin embargo, hace mucho que no veo a mi nieto y deseo hablar con el. Ademas, hay tantos invitados en palacio que no os queda mas remedio que aceptar mi hospitalidad.
– Despues de pasar mas de tres meses recorriendo los caminos de Inglaterra, aceptaria la hospitalidad del mismisimo demonio -replico Nyssa, que en su fuero interno reconocia que la oferta del duque era muy generosa. Si no hubiera sido por el, se habrian visto obligados a compartir habitacion con otra pareja o a ser alojados en los hacinados dormitorios destinados a los hombres y las mujeres solteros.
– ?Y como estas tan segura de que yo no soy el demonio?
– ?Quien ha dicho que estoy segura?
Thomas Howard se echo a reir y olvido sus preocupaciones por un momento. Si supiera lo que yo se, no reiria asi, se dijo Nyssa mientras el duque se volvia hacia su marido. La joven se acomodo en su.banco de respaldo alto tapizado de terciopelo y se dispuso a disfrutar del paisaje. Era 1 de noviembre, estaba muy nublado y hacia frio.