suave.
Kyna se sorprendio.
– ?Cailin! ?Que insinuas? ?No estaras acusando a Quinto Druso de algun acto no natural? Queria a esos chiquillos y era un buen padrastro para ellos.
– No acuso a nadie de nada, madre -se defendio Cailin. -Simplemente he observado lo oportuno que ha sido que los hijos de Antonia hayan fallecido. Debes admitir que ello favorece el que el unico hijo de Quinto lo herede todo.
– ?Por que cuando hablas de Quinto -pregunto Kyna a su hija- tus pensamientos siempre son lugubres, Cailin?
La muchacha hizo un gesto de negacion.
– No lo se -respondio con sinceridad. -Una voz dentro de mi me previene contra un peligro indefinido. Creia que cuando se casara con Antonia esa sensacion se evaporaria, pero no ha sido asi. En todo caso, se hace mas fuerte cada vez que estoy en presencia de Quinto.
– ?Quiza estas celosa de su matrimonio? -sondeo Kyna. -?Es posible que lamentes tu decision de no casarte con el?
– ?Estas loca, madre?
La expresion de disgusto en el bello rostro de Cailin indico a Kyna que se equivocaba por completo.
– Solo preguntaba -dijo Kyna con tono de disculpa. -A veces lamentamos lo que hemos rechazado o despreciado.
Fueron llamadas al atrio, donde estaba preparado el altar familiar. Con orgullo, Quinto Druso otorgo su propio nombre a su hijo. Con suavidad, colgo una hermosa bullae de oro tallado en el cuello del bebe. El medallon, cerrado por un ancho muelle, contenia un poderoso amuleto entre sus dos mitades que protegeria a quien lo llevara hasta que se hiciera hombre. Con la dignidad del patriarca de una gran familia, Quinto Druso entono plegarias a los dioses, y a Marte en particular, pues se hallaban en el mes de marzo. Oro para que Quinto Druso el joven tuviera una vida larga y feliz. Luego sacrifico un cordero, nacido el mismo dia que su hijo, y dos palomas blancas en honor a los dioses para que sus plegarias fueran atendidas favorablemente.
Una vez finalizada la ceremonia religiosa, comenzo la celebracion y la fiesta. Cada miembro de la familia de Gayo Druso habia traido un crepundia al bebe. Estos eran juguetes de oro o plata en forma de animales, peces, espadas, flores o herramientas, que se unian a una cadena y se colgaban del cuello del pequeno para que se divirtiera con su tintineo. Eran los regalos tradicionales del dia de la purificacion y del nombre del nino.
Quinto Druso estaba de buen humor. Compartiendo vino con sus primos Tito y Flavio, bromeo con ellos.
– He oido decir que cierta esclava de la villa de vuestro padre esta madurando como un melon. ?Quien es el responsable, eh?
Los gemelos se sonrojaron y luego rieron con aire de complicidad.
– No estamos seguros -admitio Flavio. -Siguiendo la costumbre de nuestra infancia, lo compartimos todo.
– Madre esta muy enfadada con nosotros. Dice que van a casarnos antes de que termine el verano para que no provoquemos ningun escandalo -dijo Tito a su primo de mas edad. -La chica ha abortado, y por eso nunca sabremos quien era el padre, aunque quiza tampoco lo habriamos sabido nunca.
– Y padre dice que no metamos nuestro cubo en mas pozos, por muy dulce que sea el agua -anadio Flavio.
– ?Y ya os han elegido novia, primos? -pregunto Quinto.
– Todavia no -respondio Tito. -Padre quiere ir un poco mas lejos de Corinio. Dice que es hora de que entre sangre fresca en la familia. Me parece que no le gustan las chicas disponibles de por aqui.
– La seleccion no es particularmente fantastica -observo Quinto. -Yo tuve suerte con mi querida Antonia. Ojala los dioses os brinden la misma fortuna, jovenes primos, y yo pueda celebrar el dia del nombre de todos vuestros hijos.
Alzo su copa y bebio.
Ellos brindaron a su vez.
– ?Y que hay de Cailin? -pregunto Quinto. -?Se casara pronto? Cada dia esta mas guapa. -Miro al otro lado de la habitacion, donde Cailin estaba sentada con Antonia. -Si no me hubiera enamorado de Antonia a primera vista, habria desesperado por perder a vuestra encantadora hermana. Quienquiera que sea el hombre a quien elija sera afortunado.
– Parece que no hay ningun hombre que atraiga a nuestra hermana -dijo Flavio. -Me pregunto si realmente existe algun hombre capaz de ello. A veces nuestra hermana es un poco rara. Tiene mas sangre celta que romana. Seria una lastima que muriese virgen.
– ?Mas vino, amo? -pregunto un esclavo junto a Quinto.
– Si, Cato, gracias. Y llena tambien las copas de mis primos -anadio jovialmente.
La noche de Beltane, las hogueras resplandecian en todas las colinas de la provincia. La celebracion celtica en honor de la nueva estacion era compartida por todos. Las barreras de clase parecian desaparecer y los hombres y mujeres, libres y esclavos, danzaban juntos y compartian copas de hidromiel alrededor de las hogueras.
Gayo Druso Corinio acababa de hacer el amor con su esposa en la intimidad de su casa vacia cuando le parecio oir un ruido. Se levanto y salio al atrio a investigar. No vio a los dos intrusos que aparecieron por detras de el y le estrangularon con rapidez.
Kyna no se entero de que el ruido que habia oido era el cuerpo de su esposo al caer al suelo. Se levanto y, cuando se hallaba en medio del dormitorio, este fue invadido por dos hombres.
– Te dije que era una belleza -dijo el mas alto.
Era facil adivinar sus intenciones. Aterrada, Kyna retrocedio.
– Soy la joya de Berikos, jefe de los dobunios -logro decir, aunque el miedo le atenazaba la garganta.
El hombre mas alto agarro a Kyna y la beso soezmente. Kyna forcejeo con su atacante como una leona, aranandole y escupiendole. Riendo, el hombre la empujo sobre la cama y se echo encima de ella, levantandole la tunica de dormir. El otro hombre se puso junto a su cabeza y silencio sus gritos con la mano. Kyna rogo a los dioses tener una muerte rapida.
Brenna regreso pronto a la villa. Habia estado haciendo de carabina de Cailin en la celebracion, pero su nieta en realidad no la necesitaba. No habia nadie que gustara a Cailin y, ademas, la muchacha no huiria en la oscuridad con ningun hombre. Simplemente se divertia bailando y cantando.
Brenna tropezo con algo en el oscuro atrio. Se agacho y reconocio con horror el rostro de su yerno. Este tenia el rostro azulado y estaba muerto. Empezo a temblar. Con gran esfuerzo, se puso en pie y luego, con el corazon desbocado, corrio al dormitorio de su hija. Kyna yacia desnuda, con las piernas separadas entre un revoltijo de sabanas ensangrentadas. Brenna se desplomo en el suelo sin siquiera darse cuenta de que le habian dado un golpe.
– La vieja sin duda ha sido facil -senalo Cato con indiferencia.
– Pero con la joven ha sido mas divertido -dijo su companero. -Que manera de pelear. Pero la mejor sera la chica. Juguemonos a los dados quien se lleva su virginidad y quien se queda con las sobras antes de matarla.
Tito y Flavio Druso Corinio, que regresaron a casa ebrios de hidromiel, no vieron a sus asesinos. Les resulto facil tenderles una emboscada; rapidamente les cortaron el cuello y luego arrastraron sus cuerpos, junto con el del padre, al dormitorio de este, donde Cailin no pudiera tropezar con ellos.
Los dos galos esperaron. Los minutos se convirtieron en una hora y en otra.
– ?Donde demonios esta esa chica? -gruno el esclavo mas bajo.
– No podemos esperar mas -dijo Cato. Senalo hacia la ventana. -El cielo ya se esta iluminando con la aurora. Hemos de prender fuego a la casa para que parezca otra hoguera de Beltane y marcharnos de aqui antes de que vuelvan los criados. La chica no merece que nos atrapen. ?Crees que Quinto Druso nos dejara en libertad si lo hacemos? Un hombre capaz de asesinar a sus hijastros para que no puedan heredar de el, y capaz de asesinar a la familia de su primo para conseguir tierras, no es un hombre que te ayude en un momento de necesidad. En realidad sospecho que nos mataria tambien si pudiera. El oro que nos prometio esta en un escondrijo dentro de la estatua de Juno en la alcoba. Cogela y marchemonos. No confio en que esa escoria romana nos de muchos dias de ventaja. Manana nos hara perseguir. Pero le enganaremos. No nos dirigiremos a Galia sino a Irlanda.
Brenna yacia inmovil, escuchando sus palabras. Rogaba que no se dieran cuenta de que aun se hallaba con