cuando me vio. Hay algo en el, abuela… No se con exactitud de que se trata, pero percibo que Quinto Druso es un peligro para mi, para todos nosotros. Espero que se case con Antonia Porcio por su riqueza y sus relaciones. No estare tranquila hasta que se marche de nuestra casa. -Miro el rostro bondadoso de Brenna. -?No me consideras una tonta por albergar sentimientos tan intensos?
– No -respondio Brenna. -Siempre he dicho que eres mas celta que tus hermanos. La voz interior te previene de Quinto Druso. Escuchala, hija mia. Esa voz nunca te enganara. Cuando no la escuchamos es cuando cometemos errores de juicio. Confia siempre en tus instintos, Cailin -le aconsejo su abuela.
CAPITULO 02
– Con tantas muchachas encantadoras como hay en la provincia, ?por que Quinto se ha casado con Antonia Porcio? -pregunto Kyna a su esposo.
La boda de su primo se habia celebrado por todo lo alto la manana anterior en Corinio. Ahora regresaban a su villa, que se hallaba a unos treinta kilometros de la ciudad; con seguridad un dia de viaje. Gayo y sus hijos iban a caballo y las tres mujeres en un carro descubierto. Viajaban con un nutrido grupo de familias de villas cercanas. Los vecinos se habian unido para contratar un destacamento de soldados que les protegiera en el camino.
– Antonia es muy atractiva -respondio Gayo.
– No me refiero a eso -replico Kyna con aspereza, -?y lo sabes bien, Gayo! Quinto podia haber elegido a una muchacha virgen de buena familia. En cambio, se decidio por una mujer divorciada con dos hijos y un padre que no quiere soltar a su hija. Antonio Porcio no sera un suegro facil, como descubrio el pobre Sexto Escipion.
– Vamos, querida -dijo Gayo Druso, -sabes tan bien como yo que Quinto puso sus miras en Antonia por varias razones. Es rica y sus tierras estan junto a las que yo le di a el. Hay poco misterio en esto. A Quinto se le prometieron tierras y esposa si venia a Britania. Por supuesto, yo tenia intencion de que esa esposa fuera Cailin; pero como ella no le quiso (y si he de ser sincero, creo que ella y Quinto habrian hecho mala pareja), Quinto, con mucha sabiduria, eligio a Antonia. Es un hombre fuerte y podra controlarla. Sera un buen matrimonio.
– Forman una buena pareja -se atrevio a decir Cailin.
Su madre se echo a reir.
– Creerias que Quinto y Hecate hacen buena pareja si eso te hubiera salvado de casarte con el, hija. Bueno, ?que haras tu para encontrar pareja?
– Cuando conozca al hombre adecuado, madre, sabre -respondio Cailin con seguridad.
– ?Por que Antonia y Quinto te eligieron para ser su testigo, hermanita? -pregunto Flavio.
Cailin sonrio con falsa dulzura.
– Flavio, yo presente a mi primo Quinto a mi querida amiga Antonia. Supongo que creen que, como hice de Cupido, soy responsable en parte de la felicidad que han hallado el uno en el otro.
– ?Cailin! -exclamo su madre. -?Tu los presentaste? No me lo habias dicho. Me preguntaba como se habian conocido aquel dia.
– ?No lo habia mencionado, madre? Supongo que se me olvido porque no me parecio importante. Si, lo presente yo. Fue en las Liberalias.
– ?Intrigas como un druida! -dijo su madre.
– La abuela me dijo lo mismo -repuso Cailin con aire malicioso.
– Si que lo dije -observo Brenna. -De tus tres hijos, ella es la que se parece mas a los celtas. A Beriko le gustaria.
– Madre -dijo Cailin, -?por que Berikos desaprobaba que te casaras con padre?
Nunca pensaba en el padre de su madre como el «abuelo». Raras veces se le mencionaba en la casa, y ella nunca le habia visto. Era un misterio para Cailin igual que ella lo habria sido para el.
– Mi padre es un hombre orgulloso -dijo Kyna. -Quiza demasiado. En tiempos pasados, los dobunios formaron parte de los poderosos celtas catuvellaunios. Un hijo de su gran jefe comio, Tincomio de nombre, trajo un grupo de seguidores a esta region hace muchos anos. Se convirtieron en los dobunios. Tu abuelo desciende de Tincomio. Se siente orgulloso de su linaje y mas orgulloso aun del hecho de que nadie de su familia hasta mi se habia casado con un romano. Siempre ha odiado a los romanos, aunque por ninguna razon especial.
»Cuando vi a tu padre y me enamore de el, Berikos se enfado conmigo. El ya habia elegido un esposo para mi, un hombre llamado Carvilio. Pero yo no queria a Carvilio. Solo queria a tu padre, y por eso Berikos me repudio. Yo le habia avergonzado. Habia avergonzado a los dobunios.
– Es un necio y siempre lo ha sido -mascullo Brenna. -Cuando le llevaron el mensaje de que habian nacido los gemelos, una sonrisa lo traiciono por un instante pero luego fruncio el entrecejo y dijo: «No tengo ninguna hija.» Sus otras esposas, Ceara, Bryna y esa pequena tonta de Maeve, se pavoneaban y alardeaban de sus nietos, pero yo, con mi unica hija exiliada, no podia decir una sola palabra. En realidad, ?que podia decir? Ni siquiera habia visto a los ninos.
– Pero si Berikos tenia otras tres esposas y otros hijos -pregunto Cailin a Brenna, -?por que se enfado tanto al seguir madre el impulso de su corazon? ?No queria que fuera feliz?
– Berikos ha sido padre de diez hijos de sus otras esposas, pero mi hija era la unica hembra. Kyna era la preferida de su padre, por eso la dejo marchar y por eso nunca pudo perdonarle que renunciara a su herencia.
»Sin embargo, cuando tu naciste, la dije a Berikos que si no podia perdonar a tu madre por casarse con un britano-romano, yo abandonaria la tribu para estar con mi hija. El tenia otros nietos, pero yo solo tenia a los hijos de tu madre. No era justo que el me impidiera tener un lugar junto al hogar de mi hija o el derecho de mecer a mis nietos en mis brazos. De eso hace catorce anos. Jamas he lamentado mi decision. Soy mas feliz con mi hija y su familia de lo que jamas fui con Berikos y su insufrible orgullo.
Kyna cogio la mano de su madre y le dio un apreton mientras ambas se miraban sonrientes. Luego Brenna dio unas palmaditas carinosas en la mejilla de Cailin.
La boda de Quinto se habia celebrado en las Calenda de junio. Para sorpresa de todos, incluido el mismo, resulto un administrador de sus fincas muy apto, incluso de la amplia parte de su esposa. La villa junto al rio le parecio que estaba en mal estado y la hizo demoler. Los campos que formaban parte de la propiedad ahora prosperaban con grano sembrado. El huerto medraba, Quinto, confortable en la lujosa villa de su esposa, engordo. Su devocion hacia Antonia era asombrosa. Aunque tenia derecho a llevarse a la cama a cualquier esclava que le gustara, no lo hacia. Sus hijastros le temian y respetaban, como los hijos de cualquier hombre respetable. Sus esclavos no hallaban motivos de murmuracion en su amo. Y en cuanto a Antonia, a principios de otono estaba encinta.
– Es asombroso -dijo Gayo a su esposa. -La pobre Honoria Porcio, con todos sus anos de matrimonio, solo pudo tener un hijo; sin embargo su hija madura como un melon cada vez que un marido cruza la puerta de su casa. Bueno, debo admitir que Cailin fue una buena casamentera. Mi primo Manio deberia estarme muy agradecido por la suerte de su hijo.
Sin embargo, Quinto Druso no era el hombre que aparentaba ser. Su buena fortuna no le habia proporcionado mas que ansias de poseer mas. El gobierno se estaba desmoronando con las propias ciudades. El vio que pronto no habria un gobierno central. Cuando eso sucediera, los ricos y poderosos serian quienes controlaran Britania. Quinto Druso habia decidido que, llegado el momento, el seria el hombre mas rico y poderoso de Corinio y alrededores. Contemplaba con ambicion las fincas de su primo, Gayo Druso Corinio.
Recientemente, Antonia habia estado hablandole de posibles parejas para sus primos Tito y Flavio, quienes ya retozaban con las esclavas en casa de su padre. Corria el rumor de que uno de ellos -nadie estaba seguro de cual, pues tenian las facciones identicas- habia dejado embarazada a una de ellas. Sus bodas significarian que pronto habria ninos; otra generacion de herederos para la propiedad de Gayo Druso Corinio.
Y estaba Cailin. Sus padres pronto le buscarian marido. Ella tambien celebraria su cumpleanos en primavera. Con quince anos ya tenia edad suficiente para casarse. Un marido poderoso aliado con el primo Gayo… esa idea no agradaba a Quinto Druso. El queria las tierras que pertenecian a su benefactor, y cuanto antes las consiguiera menos complicaciones habria. La unica cuestion que le quedaba por decidir era como alcanzar su objetivo sin que nadie se diera cuenta.