vida. Cuando se hubieran ido, correria a informar a Cailin de la matanza. Ahogo un gemido mordiendose el labio. La cabeza le dolia terriblemente. Sabia que habia perdido mucha sangre, pero si los dioses le concedian tan solo el seguir viva lo suficiente para vengar a Kyna y al resto de su familia, jamas volveria a pedirles nada

Brenna percibio el olor a humo procedente de cama y las colgaduras de gasa de la ventana que ardian. Oyo ruido de pasos que se alejaban de ella. Vio los dos pares de botas cuando los asesinos salieron por la puerta, dejandola entreabierta con las prisas. No se movio Era preciso estar segura de que los dos hombres se habian ido.

Pronto el dormitorio empezo a llenarse de humo denso. Jadeando, con los pulmones abrasados a causa del acre olor, Brenna comprendio que no podia seguir alli. Despacio y dolorosamente, la cabeza dando vueltas, se arrastro hacia la puerta abierta y salio a atrio. Alli no habia muebles que pudieran arder como en la otra estancia. Aunque el atrio se estaba llenando rapidamente de humo espeso y negro, supo encontrar el camino hacia la puerta. Casi vencida por las nauseas se apoyo contra una columna y le entraron arcadas secos espasmos, pero con gran esfuerzo se puso en pie Con voluntad de hierro, Brenna cruzo tambaleandose el atrio hasta la entrada principal de la casa. Abrio puerta y salio con paso inseguro a la fria y humeda noche y cayo al suelo a unos metros de la villa.

No habia nadie a la vista. Los asesinos se habian marchado. Brenna aspiro el aire puro para limpiarse los pulmones. Sobre ella una luna llena iluminaba placida mente la escena de la matanza. ?Tenia que encontrar Cailin!

Pero fue Cailin quien la encontro a ella, pues en ese momento se acercaba corriendo por el camino, su largo pelo ondeando al viento. Al ver a su abuela en el suelo se precipito a su lado.

– ?Abuela! ?La casa esta ardiendo! ?Que ha ocurrido? ?Donde estan padre y madre? ?Y mis hermanos? -Cogio a la anciana por los brazos y la incorporo. Brenna gimio. -?Estas herida, abuela? ?Por que no viene nadie a ayudar? ?Por que los esclavos no han regresado de la fiesta?

– ?Vete, mi nina! ?Tenemos que alejarnos de la villa! ?Estamos en peligro mortal! ?Ayudame! ?Deprisa!

– ?Y la familia? -volvio a preguntar Cailin, intuyendo ya la respuesta.

– Muertos. Todos. Ahora vamos, ayudame. Aqui no estamos a salvo, Cailin. Debes creerme, querida mia - insistio Brenna entre sollozos.

– ?Por que no podemos esperar a que regresen los esclavos? Debemos informar a las autoridades -dijo Cailin con desesperacion.

Brenna miro a su nieta a la cara.

– Ahora no tengo tiempo de explicartelo. Debes confiar en mi si deseas vivir muchos anos. Vamos, ayudame. Estoy debil porque he perdido mucha sangre, y tenemos que marcharnos para ponernos a salvo.

Cailin se asusto.

– ?Adonde vamos, abuela?

– Solo podemos acudir a un sitio, mi nina. A los dobunios. A tu abuelo, Berikos. Solo el puede salvarnos. - Cogio a su nieta por el brazo y echo a andar trabajosamente. -Solo esta a unos kilometros, aunque no lo sabias. Toda tu vida has vivido a pocos kilometros de Berikos y no lo sabias.

Entonces Brenna dejo de hablar, comprendiendo que necesitaba dosificar sus fuerzas si queria llegar viva a su destino. Berikos debia saber lo que habia sucedido. Despues, si los dioses lo deseaban, moriria. Pero Berikos tenia que saberlo.

– No conozco el camino -gimio Cailin. -?Puedes ensenarme el camino, abuela?

La anciana asintio.

Abandonaron el sendero y Brenna condujo a su nieta por las colinas. Cruzaron un pequeno y espeso bosque iluminado por la brillante luna. La noche era silenciosa. De vez en cuando un pajaro lanzaba un trine nervioso, anticipando el amanecer. En ocasiones descansaban, pero Brenna no se atrevia a detenerse mucho rato. No temia que las persiguieran sino su propia muerte. Cruzaron una gran pradera donde unos ciervos pacian bajo la luz de la madrugada y luego penetraron en otro bosque. El cielo se estaba iluminando paulatinamente. Llevaban recorridos varios kilometros, y Cailin tenia la sensacion de que ascendian.

– ?Queda aun muy lejos, abuela? -pregunto Cailin tras varias horas de caminar mayormente cuesta arriba. Se sentia agotada pues no estaba acostumbrada a hacer ejercicio fisico. E imaginaba como debia de sentirse la anciana. Hacia mucho tiempo que Brenna no recorria aquella distancia, y sin duda jamas en aquel precario estado de salud.

– No mucho, hija. La aldea de tu abuelo esta al otro lado de este bosque.

El bosque empezo a ralear y el horizonte estaba brillante de color cuando salieron al claro. Ante ellas se alzaba una pequena colina en cuya cima se encontraba la aldea dobunia. De pronto aparecio un joven delante de ellas. Era evidente que habia estado vigilando y le sorprendia ver a alguien tan temprano. Su rostro se ilumino cuando reconocio a la anciana.

– ?Brenna! ?Realmente eres tu?

– Lo soy, Corio -respondio la anciana, y las rodillas se le doblaron.

– ?Ayudadme, senor! -exclamo Cailin tratando en vano de sostener en pie a su abuela.

Corio, tras su asombro inicial al ver a Brenna, se precipito a coger en brazos a la mujer desvanecida.

– Sigueme -indico a Cailin, y sin volver a mirarla inicio un rapido ascenso de la colina.

Cailin se apresuraba detras de el, el rostro crispado de preocupacion. Sin embargo, sentia curiosidad y observo que la colina estaba cercada por tres muros de piedra. Despues del tercero entraron en la aldea. Corio se encamino directamente a la casa mas grande, y Cailin le siguio, entrando en una gran sala. Una mujer, de al menos un metro ochenta de estatura y vestida con una tunica azul oscuro, se acerco a ellos. Echo una breve mirada a Cailin, parecio reconocerla y luego miro la carga que llevaba Corio.

– Es Brenna, abuela, y esta herida -dijo Corio.

– Ponla alli, en el banco junto a la chimenea -ordeno la anciana. -Luego ve a buscar mis medicinas. -Miro a Cailin. -?Eres quisquillosa o puedes ayudar?

– Decidme lo que tengo que hacer -respondio Cailin.

– Soy Ceara, la primera esposa de Berikos -dijo la mujer. -Tu eres la hija de Kyna, ?verdad? Te pareces a ella.

– Si, soy la hija de Kyna. Me llamo Cailin. -Los ojos de la muchacha se llenaron de lagrimas. -?Morira la abuela?

– Todavia no lo se -contesto Ceara. -?Que ha sucedido?

Cailin hizo un gesto de negacion.

– No lo se. Al regresar del festival de Beltane he encontrado la casa en llamas y a la abuela en el suelo, en la calle. Dice que mi familia ha muerto, pero no se nada mas. Ha insistido en que vinieramos aqui. Ni siquiera me ha dejado informar a las autoridades o esperar a que los esclavos regresaran de su dia de fiesta.

– ?Berikos! -llamo Brenna con voz ronca. -?Tengo que hablar con Berikos!

Hizo esfuerzos por levantarse del banco donde yacia.

– Has de quedarte quieta, Brenna -le dijo Ceara. -Enviare a buscar a Berikos, pero si insistes en moverte no viviras para hablar con el. Ahora descansa.

– ?Ceara! ?Que me han dicho? ?Brenna ha regresado?

Otra mujer, no tan alta como Ceara pero mas que Cailin, se reunio con ellas. Tenia el rostro mas bonito dulce que Cailin recordaba haber visto. Habia algo fa miliar en el, y sin embargo Cailin no sabia que era. Ahora ese rostro se fruncio de inquietud cuando se inclino sobre la anciana. Sus ojos azules se llenaron de lagrimas.

– ?Brenna! ?Eres tu! ?Crei que jamas volveria a verti -Maeve… -balbuceo Brenna, pero Cailin percibio afecto en su tono. -Veo que sigues siendo una tonta.

Maeve se inclino y beso la frente de la mujer herida.

– Y tu sigues siendo terca y orgullosa, hermana.

– ?Hermana?

Cailin miro a Ceara.

– Maeve es la hermana menor de tu abuela. ?No lo sabias? No, ya veo que no.

– ?Por que la abuela la llama tonta? -pregunto Cailin, dandose cuenta de que el rostro familiar de Maeve era una version un poco mas joven del de Brenna.

– Tu abuela y Berikos no formaban una buena pareja -dijo Ceara. -Se casaron con prisas por la terrible lujuria que sentian el uno por el otro. Cuando lo comprendieron, tu abuela estaba encinta. Varios anos mas tarde

Вы читаете En Manos del Destino
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату
×