– La fiesta de esta noche quedara deslucida -observo Brigit.
Ceara vio venir la tormenta pero no pudo impedirla. Cailin se volvio y se puso delante de Brigit, cerrandole el paso.
– ?Como os atreveis a hablar con tanta falta de respeto en el funeral de mi abuela? -pregunto. -?Eso ensenan los catevellaunios a sus hijas? Mi abuela era una mujer virtuosa y buena, estimada por todos los que la conocieron. ?A vos lo unico que os preocupa es vuestra persona y vuestras egoistas necesidades!
– ?Quien es esta… esta muchacha? -pregunto Brigit airada a su esposo.
– Mi nieta Cailin -respondio el. -La nieta de Brenna.
– Ah, la perra mestiza -dijo Brigit con desprecio.
– No soy mestiza -replico Cailin con orgullo. -Soy britana. No creo que vuestra sangre sea tan pura, Brigit de los catevellaunios. Segun me han dicho, las legiones sembraron muchos campos entre las mujeres de vuestra tribu. Vuestra nariz romana os delata. Me sorprende que mi abuelo no se fijara en ello, pero su lujuria por vos es tan grande que no ve nada mas que un par de abundantes senos y unas nalgas firmes.
– ?Vas a permitir que me hable asi, Berikos? -dijo Brigit, las mejillas enrojecidas de indignacion.
– Tiene razon, Brigit. No eres respetuosa con los muertos y mi lujuria por ti me ciega -replico Berikos con cierto humor.
– ?Habria que azotarla! -instigo Brigit.
– ?Sois lo bastante valiente para intentarlo, mujer catuvellaunia? -espeto Cailin. -?No, no lo sois! Os escondeis detras de la autoridad de mi abuelo y recurris a el cuando no conseguis lo que quereis. Todos sabemos que sois: el juguete de un anciano cuya lujuria le ha convertido en el hazmerreir de todos. ?Que hareis cuando Berikos cruce el umbral, Brigit de los catevellaunios? ?Buscareis a otro anciano para seducirle con vuestra juventud y vuestro bonito rostro? ?No sereis joven eternamente!
– ?Callate, Cailin! -ordeno. -Crei que habiamos venido a enterrar a Brenna, pero oigo su voz a traves de tu boca, vituperandome como ella jamas podra hacer. Hablas de respeto, pero ?donde esta tu respeto por Brenna cuando interrumpes su entierro de esta manera? ?Ahora callate, muchacha! No quiero oir otra palabra tuya en todo el dia.
Cailin le miro con aire desafiante pero no dijo nada mas. Brigit, sin embargo, prorrumpio en llanto y se alejo corriendo, seguida de sus dos criadas.
Berikos gruno.
– Solo los dioses saben lo que me costara esto -rezongo a Ceara y Maeve. -Quiza deberia hacer azotar a la chica.
– La ira de Cailin no es mas que el reflejo de su dolor, Berikos -dijo Ceara con sensatez. -Recuerda que solo hace seis meses que toda su familia fue cruelmente asesinada a traicion. Unicamente sobrevivio Brenna, y Cailin vivia para Brenna. La ha cuidado con devocion.
– Mi hermana era lo unico que Cailin creia que le quedaba -intervino Maeve. -Ahora Brenna tambien ha muerto. Cailin esta abrumada por su soledad. Kyna era una buena esposa y madre. Su familia estaba muy unida.
– Piensa, Berikos -dijo Ceara, -como te sentirias si todos a los que amabas ya no estuvieran aqui y solo quedaras tu. Cailin jamas podra reemplazar a los que ha perdido, pero debemos ayudarla a hacer las paces consigo misma y comenzar una nueva vida.
– Esa chiquilla tiene que aprender a sujetar la lengua -replico Berikos, escociendole aun las asperas palabras de su nieta. -Sera mejor que le enseneis modales dobunios. La proxima vez la hare azotar -amenazo.
El anciano miro hacia donde se encontraba la apesadumbrada muchacha, a cierta distancia de ellos, junto a la tumba de Brenna. Entonces Berikos se aparto de sus dos esposas y se encamino a su casa, donde pronto daria comienzo el banquete de Samain.
Ceara meneo la cabeza.
– Se parecen tanto -dijo. -Cailin puede que sea franca como Brenna, pero es tan terca como Berikos. Volveran a chocar, puedes estar segura.
– Y Brigit buscara la manera de vengarse -observo Maeve. -No esta acostumbrada a que la insulten en publico, ni a que Berikos no acuda en su defensa.
Aquella noche, Ceara mantuvo a Cailin ocupada ayudando en el banquete. Brigit, sentada en el lugar de honor junto a su esposo, se habia vestido con especial cuidado. Su tunica escarlata estaba bordada en oro en el cuello y las mangas. En torno a su esbelto cuello llevaba un delicado torque de oro con filigranas de esmalte rojo. De sus orejas colgaban unas perlas y llevaba el largo pelo negro suelto, sujeto solo con una banda de oro y perlas en torno a la frente.
Observo a su enemiga y contemplo su venganza. Nada de lo que se le habia ocurrido hasta el momento era adecuado. Por supuesto ahora no era el momento oportuno, pero cuando este se presentara sin duda lo sabria. Entretanto, ataria mas corto aun a Berikos para que aprobara cualquier cosa que ella deseara cuando se presentara la ocasion de la venganza.
Berikos, en un esfuerzo por arreglar las cosas con su joven esposa, le dijo:
– Compartire un secreto contigo, Brigit.
Se acerco a ella y la cabeza le dio vueltas al percibir la embriagadora fragancia que Brigit rezumaba.
– Dime -dijo ella moviendo los rojos labios seductoramente. -Luego yo tambien te contare un secreto, mi querido senor.
– He enviado a buscar un guerrero sajon para que ensene a nuestros hombres lo que han olvidado acerca de la lucha. Si todo va como espero puede que el proximo verano empecemos a recuperar las tierras de los dobunios robadas por los romanos. Como las legiones hace tiempo que se marcharon y sin duda no volveran, lo unico que queda de los romanos son granjeros y comerciantes. Los destruiremos. Creen que las tribus celticas se han convertido en perros salvajes, pero les demostraremos que no es asi, Brigit. ?Recuperaremos lo que es nuestro con la espada y el fuego! Nuestro exito estimulara a los otros a recuperar tambien sus tierras. Britania volvera a ser nuestra. Sera como en los viejos tiempos, bella mia… Bien, ?que querias decirme?
– ?Recuerdas a los gitanos que vinieron para las fiestas de Lug? Bueno, una de mis criadas se entero de un secreto que te proporcionara un placer que jamas has sonado, mi senor. -Hablaba con voz casi susurrante y el corazon le palpitaba de excitacion. -He tardado todo este tiempo en aprender la tecnica a la perfeccion, pero por fin la domino. Esta noche te la mostrare. No bebas en exceso, Berikos, o mis esfuerzos seran vanos.
El dejo la copa a un lado.
– Vamonos ahora -dijo.
– Si te marchas el banquete terminara -protesto ella debilmente. -Todavia es pronto, Berikos. Esperemos un poco mas, te lo ruego.
– Las hogueras de Samain se han extinguido hace rato -replico el. -En cambio, mi fuego por ti esta en su apogeo, Brigit, esposa mia.
– Conten tu fuego un poco mas, mi senor. -Sonrio con aire triunfal. -Sera mejor despues de la espera.
Le beso en los labios.
– Tal como mi nieta me ha recordado tan bruscamente esta tarde -dijo Berikos, -ya no soy un hombre joven. -Se puso en pie, arrastrando a Brigit consigo. -?Vamos! La noche envejece tan deprisa como yo. Salieron del comedor y Ceara sonrio con amargura. -Brigit nos recuerda una vez mas que es ella quien guia al viejo semental que conduce este rebano.
– Me pregunto que le habra dicho para que se marchen tan pronto -observo Maeve.
– Le habra sugerido algun juego lascivo, puedes estar segura -dijo Ceara. -El siempre ha tenido un gran apetito por el cuerpo de las mujeres. Y es evidente que sigue siendo asi, pero ?puede hacerlo a su edad?
– Pareces celosa -declaro Maeve, asombrada.
– ?Tu no lo estas? -repuso Ceara. -Se me puede considerar una mujer anciana en virtud de mis anos, pero ?por que mis deseos no pueden ser tan apasionados como los de Berikos? No me importaria que visitara mi cama de vez en cuando. Siempre ha sido un buen amante.
– Si -coincidio Maeve, -lo era. Ahora que somos mayores nadie nos admira ni pide permiso a Berikos para compartir nuestra cama. Me siento muy sola.
– Recuerdo cuando eramos jovenes -dijo Ceara. -Berikos estaba orgulloso de como los otros hombres deseaban a sus esposas cuando venian a visitarle. Siempre le producia un gran placer extender su hospitalidad a nuestras camas. Y tambien el recibia en la suya a las mujeres que venian de visita. ?Recuerdas cuando llegaron