aquellos tres jefes de tribus vecinas para discutir una alianza y expresaron su admiracion por nosotras?

Maeve rio al recordar.

– ?Ay, si! Habian venido solos para que los demas no conocieran su visita. Berikos se vio obligado a repartirnos y aquella noche el se quedo sin companera de cama. Brenna estaba casi a punto de tener a Kyna y por tanto no podia estar con el. Las unicas mujeres que quedaban disponibles eran parientes suyas. ?Oh, parece que hace tanto tiempo de ello!

– Lo hace -dijo Ceara. -Las viejas costumbres estan muriendo, y los hombres no estan tan dispuestos a compartir a sus mujeres como antes. Es una lastima, ?no crees? Las precauciones correctas impedian un embarazo no deseado, pero un hijo de un hombre honorable se consideraba una bendicion. Debo admitir que disfrute con la variedad que se me ofrecio en esas raras ocasiones.

Los dias se iban haciendo mas cortos a medida que se aproximaba el invierno. El sol no salia hasta tarde y se ponia pronto. Ceara y Maeve decidieron visitar a sus hijos y nietos en dos de las otras aldeas antes de que cayeran las nieves. Como irian a la aldea donde vivia Bodvoc con su familia, Nuala decidio acompanar a su abuela.

– Solo quieres ir para compartir un espacio para dormir con el -bromeo Cailin. -Estas segura de que tendras un vientre gordo cuando los dos os caseis en el proximo Beltane.

Beltane era la epoca tradicional para celebrar las bodas entre las tribus celticas.

– Si tengo un vientre gordo cuando por fin nos casemos, nadie estara mas satisfecho que Bodvoc y su familia. Eso les demostraria que soy un campo fertil y que la semilla de Bodvoc es fuerte. Entre nuestras gentes eso no es ninguna verguenza, Cailin. ?Para los britanos no es igual? Tu sangre esta tan mezclada que creia que seguirias muchas costumbres dobunias.

– Seguimos muchas costumbres que pertenecen a los pueblos celticos, Nuala -dijo Cailin, -pero entre los romanos una muchacha va virgen al matrimonio. Esa costumbre ha perdurado entre los britanos.

– Que lastima -observo Nuala. -?Como puedes complacer a tu esposo si no sabes nada respecto a hacer el amor? -Entonces sus ojos azules se abrieron de par en par. -?Nunca has estado con un hombre, Cailin? -pregunto con asombro. -?Ni siquiera con Corio? Oh, cuando regrese de visitar a Bodvoc tendre que remediar ese vacio en tu educacion, querida prima. Saber leer esta muy bien, pero una mujer ha de saber mas cosas para complacer a un hombre en la cama.

– Me parece que todavia no quiero tener a ningun hombre en mi cama -se atrevio a decir Cailin.

– La proxima primavera cumpliras dieciseis anos, prima -dijo Nuala. -Te ensenare todo lo que necesitas saber y luego buscaremos a un hombre que te guste para practicar. ?Bodvoc seria perfecto!

– ?Pero Bodvoc ha de casarse contigo! -exclamo Cailin nerviosa.

– No soy celosa. Al fin y al cabo, tu no le amas. Es un amante maravilloso, Cailin. ?Perfecto para una primera experiencia! Estoy segura de que a el le gustara ayudarnos en este asunto.

– No se si puedo hacer una cosa asi, Nuala. No me han educado con tanta libertad como a ti. No es mi manera de comportarme -dijo Cailin.

– Nosotros no consideramos reprobable el que hagan el amor dos personas que esten de acuerdo en hacerlo, Cailin -explico Nuala. -No hay nada malo en dar y recibir placer. Puedes estar segura de que tu madre no era virgen cuando se caso con tu padre. -Dio unas palmaditas carinosas a su afligida prima. -Hablaremos de esto cuando vuelva de visitar la aldea de Carvilio.

La madre de Cailin nunca le habia hablado de estas cosas. Brenna tampoco. Muchas chicas de su edad, y mas jovenes, habian hablado de los misterios del amor, pero Cailin nunca habia sentido una especial curiosidad por ello. Ningun hombre la habia atraido lo suficiente para despertar su interes. Aunque habia adquirido estatura y anchura y le habia crecido el pecho nunca habia pensado en la vida como mujer adulta. Ahora, al parecer, debia hacerlo.

Ceara y Maeve no se mostraban sutiles en su busqueda de un marido para ella. Su razonamiento era claro: necesitaba un protector. Berikos apenas la toleraba y si hubiera tenido oportunidad, ya la habria echado de su casa. Ceara y Maeve cuidaban de ella, pero ?que ocurriria cuando ellas ya no estuvieran?

– Mantente lejos de tu abuelo mientras nosotras estamos fuera -advirtio Ceara a Cailin la manana de su partida. -Brigit todavia tiene que vengarse de ti, lo intentara, sobre todo si no hay nadie para defenderte. ?Estas segura de que no quieres venir con nosotras mi nina? Serias recibida con agrado.

Cailin hizo un gesto de negacion.

– Sois buenas al pedirmelo, pero necesito estar solas conmigo misma y mis pensamientos. Desde que vine no he tenido tiempo para hacerlo. Me mantendre lejos de Berikos, te lo prometo, Ceara. No quiero que me repudie como hizo con mi madre. Al menos ella tenia a mi padre, pero yo no tengo a nadie.

– Asegurate de que las esclavas le tienen preparadas las comidas a su hora, y de que esten calientes. Entonces no tendras problemas con el. El estomago y el sexo son el centro de su vida actual. Ocupate del estomago y Brigit se encargara de lo otro -le dijo Ceara con ironia.

Cailin rio.

– Si Berikos te oyera, diria que hablas como Brenna, estoy segura. No temas, vigilare a las esclavas.

Durante dos dias todo fue bien. A media manana de tercer dia Brigit entro en la casa presa de la agitacion.

– ?Donde esta Ceara? -pregunto a Cailin, que estaba sola ante su telar, tejiendo.

– Se ha ido por dos dias a visitar a sus hijos -respondio Cailin. -?No lo sabiais, senora?

– ?Saber? ?Como iba a saberlo? ?Quien me cuenta nada? -se quejo Brigit. -Entonces Maeve. ?Ve a buscar a Maeve! -pidio con excitacion.

– Maeve tambien se ha ido -respondio Cailin.

– ?Por todos los dioses! ?Que voy a hacer? -exclamo Brigit.

Cailin trago saliva. Brigit parecia muy preocupada, y aunque no eran amigas, Cailin se oyo decir:

– ?Puedo ayudaros en algo, senora?

Brigit entrecerro sus ojos azules y la observo con aire pensativo.

– ?Sabes cocinar? -pregunto por fin. -?Sabrias preparar un pequeno banquete para esta noche? Berilios recibira una importante visita. Debemos ofrecerle nuestra mejor hospitalidad. -Enrojecio y admitio: -Yo no se cocinar, al menos no lo bastante bien para preparar la clase de comida que hay que servir.

– Soy buena cocinera, y si las esclavas me ayudan puedo preparar una comida digna de un importante invitado, senora.

– ?Entonces hazlo! -ordeno Brigit de mala manera. -Y sera mejor que sea buena, mestiza, o esta vez conseguire que tu abuelo te haga azotar por insolente. Ahora no hay nadie para defenderte.

Se volvio y salio apresurada de la casa.

«Deberia haber ido con Ceara y Maeve -se dijo Cailin. -Asi se habria encontrado en un buen apuro, y ?que habria pensado entonces Berikos de su guapa y joven esposa? Bueno, lo hare porque Ceara querria que lo hiciera y ella es buena conmigo.»

Se dirigio a la cocina, justo detras de la casa. Alli dio instrucciones a los criados para la preparacion de un espeso potaje con lentejas y cordero, mientras en el asador se coceria lentamente una ijada de buey. Habria col y nabo, y cebollas asadas a las brasas. Aquella tarde se cocio pan, que seria servido con mantequilla y queso. Cailin dio brillo a una docena de manzanas y las apilo artisticamente en un cuenco de laton brunido. Al llevarlas a la casa para colocarlas sobre la alta mesa, ayudo a la joven esclava que acababa de pulir esta con cera de abeja. La enorme mesa era el orgullo y la alegria de Ceara. Disfrutaba con el hecho de que en otras casas las mesas estaban estropeadas y llenas de marcas hechas con cuchillos y copas. En el suyo, la mesa relucia como si fuera nueva.

La joven esclava trajo candelabros de laton.

– La senora siempre utiliza estos cuando hay invitados importantes -informo a Cailin.

Cailin le dio las gracias y los coloco sobre la mesa; luego cogio unas gruesas velas y las clavo con cuidado en los pinchos de hierro que las sostendrian. Dio un paso atras y sonrio para si. La alta mesa tenia el mismo aspecto que si Ceara la hubiera preparado. Berikos no tendria motivo de queja.

Entonces Cailin se dio cuenta de que alguien la estaba observando. Se volvio y, al otro lado de la casa, vio a un hombre alto y apuesto. Su mirada era atrevida.

– ?Quien es? -pregunto a la esclava.

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