medio, y Alexander, de cuatro- los acompanaban montados en sus ponis. James, el mas pequeno, iba sentado muy orondo en la silla de montar de su padre. El nino tenia su propio poni, pero recien empezaba a aprender a cabalgar. Al principio, estaba furioso porque a sus hermanos les permitian viajar a Friarsgate en sus animales y el, en cambio, debia ir en el caballo de su padre. Habia gritado y pataleado, pero Logan lo calmo rapidamente dandole una buena palmada, y riendo para sus adentros; en el fondo, estaba orgulloso del temperamento del nino. John habia heredado el caracter tranquilo de su madre, Jeannie Logan, la primera esposa del senor de Claven's Carn; en cambio, Alex y Jamie eran mas temperamentales. Lord Hepburn siempre supo que Rosamund le daria hijos fuertes y valientes. Y estaba muy contento por el bebe que naceria a mediados del invierno.
No le gustaba estar separado de su esposa. Ella era su unica debilidad. Tras enterarse de que Philippa habia regresado repentinamente a Friarsgate, Rosamund habia salido corriendo a verla. Pero ya habia transcurrido un mes y aun no parecia dispuesta a regresar. Lord Hepburn la extranaba y queria que estuviera en casa. Si bien Rosamund le enviaba cada tanto breves mensajes, no le explicaba con claridad las razones de la demora. El verano estaba por terminar y, harto de esperar, Logan resolvio ir a buscarla. Sospechando que la empresa no seria nada facil, decidio llevar a los ninos. Confiaba en que, al ver a todos sus hijos juntos, el corazon de su esposa se ablandaria. Podia ser una mujer muy obstinada cuando se lo proponia. Y luego recordo, sonriente, que esa era una de las razones por las que la amaba tanto.
Como sabia cuanto le disgustaba a Logan que se ausentara mucho tiempo, Rosamund estaba segura de que su marido vendria a buscarla. Cuando Bessie (lego corriendo con la noticia de que se padrastro descendia por la ladera de la colina junto con sus hermanitos, Rosamund hizo un gesto de fastidio.
– No seas antipatica, primita -dijo Thomas Bolton-. El hombre esta loco de amor por ti y lo sabes muy bien. Sera una visita encantadora, no tengo dudas. Solo debemos evitar que Philippa pelee con el. La preferida de Logan es Bessie y no tolerara que su hermana la maltrate.
– Ha venido con el firme proposito de llevarme de nuevo a Claven's Carn, pero no puedo marcharme sin haber solucionado el problema de Philippa. ?Oh, Tom!, ?se te ha ocurrido alguna idea para ayudarla? No me gusta discutir con Logan.
– Tengo algo en mente, aunque todavia no estoy del todo convencido. Ahora demos la bienvenida a tu valiente fronterizo; no es el momento oportuno para plantear mi posicion. Tal vez Philippa decida quedarse aqui y casarse con un Neville, un Percy o incluso con un escoces, como lo hizo su madre.
– ?Jamas! -grito Philippa al ingresar en el salon-. Ha llegado Logan, mama. ?Te marcharas pronto? ?Puedo irme a Woodstock, por favor?
– No discutamos delante de Logan, te lo ruego -ordeno Rosamund apretando los dientes-. Debo analizar la situacion con tu padrastro.
– ?Acaso no le has escrito contandole todo?
– Si, lo hice. Pero tu futuro es muy importante y quiero hablar con el en persona. Luego te informaremos de nuestra decision al respecto. -Se levanto de su asiento junto al fuego, dio media vuelta y fue a saludar a su marido que entraba en la estancia.
– Logan le dira que me envie de regreso a la corte -dijo Philippa con cierta petulancia.
– Tu mama no hara nada hasta estar segura de haber tomado la decision que mejor te convenga, Philippa - replico Thomas Bolton.
– Logan se canso de estar solo en Claven's Carn tanto tiempo y lo unico que le importa es que ella regrese a su casa. La convencera de que me deje volver al palacio.
– Saluda a tu padrastro y luego ven a verme de nuevo. Y escuchame bien, jovencita: la unica persona capaz de persuadir a tu madre y de lograr que obtengas todo lo que desea tu corazon soy yo.
– ?Tu, tio? -pregunto, mirandolo extranada.
– ?Haz lo que te digo! -exclamo lord Cambridge con voz firme.
Philippa atraveso el salon. El corazon se agitaba, sentia que iba a desmayarse en cualquier momento. ?Como podia haberlo olvidado! Recordo de pronto que el gran mago de la familia siempre habia sido Thomas Bolton. El era el unico que podria ayudarla. Sus labios se curvaron en una sonrisa.
– ?Logan! -Saludo a su padrastro y, parandose en puntas de pies, beso su aspera mejilla-. Creo que ya estoy demasiado grande para decirte papa. He crecido bastante, ?no crees? -dijo haciendo piruetas y pasitos de baile.
– Es cierto, pequena, te has convertido en una hermosa jovencita. No te habria reconocido, si no te parecieras tanto a tu madre cuando la vi por primera vez -senalo Logan y la beso en la frente.
– Supongo que querras hablar con mama -comento Philippa, muy dulce y galante.
– Por supuesto, pero primero ven a saludar a tus hermanos, dudo que te recuerden. Cuando te fuiste, Johnnie tenia solo tres anos; Alex todavia no sabia caminar y el pequeno Jamie ni siquiera habia nacido. ?Vengan, ninos! Ella es Philippa, su hermana mayor. Muestrenle los modales que les enseno su padre.
John Hepburn se acerco, tomo la mano de la muchacha y la beso con toda la gracia de un cortesano mientras hacia una reverencia.
– Me acuerdo de ti, hermana, aunque muy poco. A partir de ahora jamas olvidare tu rostro, pues eres igual a mama.
– Y tu eres igual a la madre que te alumbro, Johnnie. Recuerdo muy bien a Jeannie Hepburn; era una mujer muy bella y bondadosa -replico Philippa.
– Yo no la recuerdo, pero agradezco tus tiernas palabras. -Luego, empujando a sus hermanos, procedio a presentarlos-; El es Alexander y este es Jamie. Llora como un marrano cuando no consigue lo que quiere.
– ?No! -aullo el pequeno Jamie y golpeo a Johnnie con sus punitos-. ?Dile que es mentira!
– Saluda a tu hermana, bufon -dijo el mayor.
– No eres ningun bufon, Jamie Hepburn -repuso Philippa-. Pareces un nino muy valiente que se atreve a atacar a alguien mas grandote que tu.
El pequeno levanto la cabeza y la miro. Tenia el cabello oscuro del padre y los ojos color ambar de la madre.
– Eres bonita -opino.
– Tomalo como un saludo, es su forma de presentarse -explico Alexander Hepburn-. No me acuerdo de ti, pero estoy feliz de tener una hermana tan hermosa. Yo soy Alexander Hepburn. -Sus ojos eran azules como los del padre.
– ?Acaso Bessie y Banon no te hacen feliz? -pregunto Philippa sonriendole con picardia.
– A veces si y a veces no -respondio el nino y le devolvio la sonrisa.
– Hermanitos, ahora vayan a la cocina, donde los esperan unos pasteles deliciosos y bien merecidos despues de tanta cabalgata. Yo ire a hablar con el tio Tom.
Philippa indico a los ninos las escaleras de la cocina y luego camino con gracia hasta el rincon del salon donde la esperaba lord Cambridge, sentado en una silla de respaldo tapizado, sosteniendo una copa de vino en su elegante y enjoyada mano. Philippa se sento frente a el y lo miro con aire inquisitivo.
– ?Como puedes ayudarme a escapar del tedio de este glorioso nido de ovejas?
– No seas impaciente, sobrina -replico Tom con tono divertido. Los anillos de los dedos centelleaban cada vez que llevaba la copa a los labios.
– Tio, me muero de aburrimiento. Hace seis semanas que estoy aqui. Estamos a fines de agosto y quiero regresar a la corte.
– Ya regresaras, carino, ya regresaras. Se perfectamente que Friarsgate no es un lugar para ti. Recuerdo a tu madre cuando era jovencita y estaba en el centro del mundo, como lo llamas. ?Sabes cual era su unico deseo? ?Volver a su amado Friarsgate! ?Las mismas tierras de las que su hija mayor quiere escapar! -Se echo a reir, pero enseguida adopto una actitud circunspecta-. Ahora, se franca conmigo, Philippa. ?Hablas en serio cuando afirmas que no deseas ser duena de Friarsgate? ?O solo estas furiosa porque Giles FitzHugh te rechazo? Quiero la verdad. Todo lo que haga para ayudarte dependera exclusivamente de lo que me digas ahora.
– ?Friarsgate no me interesa en lo mas minimo!
– Es una herencia muy tentadora, querida. ?De veras estas dispuesta a renunciar a ella?
– ?Si, ya mismo! No me sirve de nada, esta demasiado lejos del rey y del palacio. Soy plenamente consciente de las obligaciones que implica ser la heredera de esta propiedad, tio, y no me interesa asumirlas. Prefiero servir a la reina.
Lord Cambridge se quedo callado y pensativo por unos minutos. Para su asombro, Philippa tambien guardaba