– Dejaremos que Philippa encuentre su camino en la corte, que es su mas ferviente deseo: hemos ganado mucho dinero con el comercio de la lana. Tomaremos parte de esas ganancias y entregaremos a la nina una generosa dote, y yo, por mi parte, le comprare ademas una casa en el sur. De ese modo, no solo contara con una dote, sino tambien con una propiedad, condiciones que, sin duda, le permitiran hallar un buen partido y casarse como todas las muchachas respetables. Asi, podra elegir con tiempo un hombre que prefiera vivir y servir en el palacio como ella. Hay muchos matrimonios asi en la corte, Rosamund querida, lo sabemos muy bien. Me parece que es la solucion perfecta para todos nuestros problemas. ?Que opinan ustedes?
– ?Pero que pasara con Friarsgate? -pregunto Rosamund con voz suave.
– ??Que pasara con Friarsgate?! -estallo Philippa-. ?Y que pasara conmigo! ?Por una vez en tu vida piensa en mi y no en tu maldito Friarsgate! -La joven estaba a punto de llorar.
Rosamund parecia mortificada por el reproche de su hija.
– ?No hables asi a tu madre, Philippa Meredith! -gruno Logan Hepburn y abrazo a su esposa en actitud protectora-. Ella dio su vida por estas tierras. Y tu, con total descaro, desprecias el regalo que te ofrece. ?No te entiendo, jovencita!
– ?No, nadie me entiende! -replico Philippa encolerizada-. ?Nadie excepto el tio Thomas! ?Por que les cuesta tanto entenderme? Soy como mi padre. Me siento tan feliz de servir a la reina como el de servir al rey. Pero no podre hacerlo si me encargo de Friarsgate. -Volteo hacia su madre-: Si es la voluntad de Dios, mama, viviras muchos anos, pero lo cierto es que cada vez pasas menos tiempo aqui y Friarsgate necesita una duena. Tu esposo y tus hijos varones son escoceses. Tus hijas hemos crecido. Banon es ama de Otterly, esta muy contenta y me ha dicho que se casara con un hombre del norte. Yo quiero quedarme en el sur, mama. Por favor, te lo ruego, dejame ir. Prefiero estar muerta que asumir la responsabilidad de Friarsgate. -Los ojos color miel de Philippa estaban inundados de lagrimas. Extendio las manos hacia su madre en senal de suplica.
Sus palabras eran como filosos punales que despedazaban el corazon de Rosamund. Habia hecho todo por el bien de sus hijos. Se habia sacrificado tanto por esas tierras y por su gente. ?Y para que?
No obstante, la firme expresion de Philippa le indicaba que era imposible cambiar su decision. Bien, penso, tal vez Banon podria ocuparse de las dos propiedades algun dia, aunque no era el mejor momento para debatirlo. Estaba cansada de estar recluida en esa casa y triste por el nuevo curso de los acontecimientos. No deseaba seguir discutiendo. Clavo sus ojos ambarinos en su hija mayor y pregunto, sabiendo ya la respuesta:
– ?Estas segura de lo que dices? ?No te arrepentiras?
Philippa asintio.
– Entonces, ve y encuentra tu felicidad, hija mia. No te detendre. -Luego se dirigio a su primo-: ?Que haria sin ti, mi dulce Tom? ?Te ocuparas de hacer los arreglos necesarios?
Thomas Bolton se acerco y se sento junto a Rosamund. Le tomo la mano y se la beso con ternura.
– Me encargare de todo, querida. ?Hace anos que no visito la corte! Estoy empezando a aburrirme, necesito la compania de gente elegante y divertida por un tiempo. Banon vendra conmigo, le hara bien un poco de refinamiento. Quien sabe, tal vez algunas familias del norte esten buscando una esposa bella y rica para sus hijos. Y si aparece un candidato potable, arreglaremos el compromiso sin titubeos. Admite que fue un error mostrarte indecisa cuando el conde de Renfrew te propuso casar a su hijo con Philippa.
– Si, fue un error.
– Pero reparare el dano causado, primita -la animo Tom-. Ahora podras volver a Claven's Carn, descansar y entregarte a los cuidados carinosos de tu esposo hasta que nazca el bebe. Has parido demasiados crios, querida. -Antes de soltar su mano, la beso una vez mas-. Deberias darte por satisfecho, Logan, son muy pocos los hombres que tienen cuatro varones saludables. Recuerda que tendras que mantenerlos a todos de una manera u otra. Piensa lo triste que seria la vejez, mi buen amigo, si te quedaras solo.
– Nunca me sentire solo mientras vivas, primo Tom -dijo el senor de Claven's Carn con una amplia sonrisa-, aunque reconozco que cuatro hijos es una cantidad considerable.
– ?Te encuentras bien, Rosamund? -pregunto lord Cambridge.
– Si, y les advierto que ninguno de los dos se librara de mi en la vejez -anuncio. El color comenzo a tenir sus palidas mejillas y sus labios dibujaron una sonrisa-. Perdonen el disgusto que les he causado. Este embarazo es mas dificil que los anteriores, me siento muy cansada. Ya no soy una nina -rio-. Ademas, la decision de Philippa fue un duro golpe para mi.
La muchacha se acerco y se arrodillo frente a su madre.
– Mama, lamento las cosas horribles que te dije. Te amo, y lo sabes, pero soy distinta de ti. Es curioso que tu, que me inculcaste un ferreo sentido del deber, te sorprendas de que sea justamente el deber lo que me aleje de aqui. Servir a la reina es una enorme responsabilidad para mi, mama, como lo es Friarsgate para ti. Me entiendes, ?verdad?
La joven escudrino el rostro de su madre, buscando algun signo de comprension.
– Supongo que es un error que cometemos la mayoria de los padres-dijo Rosamund con voz suave-. Esperamos que nuestros hijos sean como nosotros porque los hemos educado con nuestros valores. Y cuando un hijo interpreta esos valores de una manera distinta, nos enfadamos. -Sonrio a Philippa y le acaricio el rostro con dulzura- Has luchado por lo que quieres con tanto fervor como yo luche por lo que deseaba. No te culpo por eso, mi nina. Te doy mi bendicion, Philippa Meredith, aunque ahora este triste por la decision que has tomado. Eres el fruto del amor que senti por tu padre y seria injusta con su memoria si obstaculizara tu felicidad.
– ?Oh, gracias, mama! -exclamo exultante de alegria.
– ?Muy bien! Gracias a Dios, este penoso asunto ha tenido un final feliz, mis adorables criaturas -dijo lord Cambridge con un fingido suspiro de alivio-. ?Por Dios, no podemos perder mas tiempo! Hay que arreglar infinidad de detalles antes de mostrarnos en publico. Banon necesita con urgencia renovar todo su guardarropa para presentarse en 'a corte, tendre que sacar las joyas de mis cofres. ?Estas de acuerdo, Philippa? Seque tus hermosos vestidos estan en la casa de Londres, pero ?no te gustaria comprar tu tambien algun traje, carino? Instruiras a mi sastre sobre la nueva moda masculina, que, sin duda, cambio mucho en los ultimos anos. Quiero honrar mi vieja reputacion, no pisare el palacio hasta no estar vestido como el mas elegante de los caballeros. ?Por que no vienes con nosotros a Otterly, Philippa, y nos ayudas con los preparativos? Asi, te sentiras mas cerca de tu adorada corte, mis tierras quedan un poco mas al sur que el inhospito Friarsgate -acoto con malicia-. Rosamund, mi angel, me siento euforico como en los viejos tiempos, ?no puedo dejar de pensar en las excitantes aventuras que nos aguardan!
Rosamund lanzo una carcajada.
– Ay, Tom, no se si deba dejar a mis hijas en tus tiernas manos. Se divertiran demasiado y comenzaran a pensar que la vida es pura jarana y bellos vestidos.
– ?Acaso no cuide bien de ti? -le recordo Tom.
– Claro que si, primo querido, no he conocido persona mas buena y generosa que tu. Casi envidio a mis hijas por los momentos maravillosos que pasaran contigo. Casi -aclaro con una sonrisita. De pronto, habia recuperado la alegria.
A Logan Hepburn no ofendieron en lo mas minimo las palabras de Rosamund, pues sabia que eran la pura verdad. Nadie la habia cuidado con tanto carino hasta que su primo aparecio en su vida. Se querian como hermanos.
– Entonces, partiremos a Claven's Carn manana y podras descansar tranquila, amor mio, el futuro de Philippa esta a salvo con Tom -anuncio Logan.
Esa noche, la cena fue la mas feliz en mucho tiempo. Philippa acaparo la conversacion contando anecdotas graciosas de la corte. Banon hacia miles de preguntas que su madre, su hermana mayor o lord Cambridge contestaban alternadamente. Por tratarse de una ocasion tan especial, habian invitado a los pequenos Hepburn a comer en la mesa del gran salon. Jamie compartia su plato con uno de los perros de Thomas Bolton; mordia un poco y enseguida le ofrecia un bocado al animal, un mastin enorme de temperamento manso. Los mayores no paraban de reir ante la inocente conducta del chiquillo.
– ?Oooh! Esa bestia podria devorarselo de un mordiscon -rio Maybel-. ?Pero es tan dulce ver como el nino comparte su cena con el perro!
Sentada en su silla, Elizabeth Meredith observaba a la familia con curiosidad. Hacia tanto tiempo que no se oian risas en el salon y que toda familia no se reunia. Manana todos se marcharian de nuevo y ella se quedaria sola. A veces acompanaba a su madre a Claven's Carn, pero, en general, preferia permanecer en Friarsgate. No le molestaba la soledad, Maybel y Edmund sabrian cuidarla muy bien. Ademas, retomaria las lecciones con el