respuesta podria ser muy desconcertante.

CAPITULO 10

El 28 de abril amanecio humedo. La corte se preparaba para partir rumbo a Greenwich al dia siguiente. La ceremonia de compromiso se llevaria a cabo en el gran salon de Thomas Bolton. Luego de cumplidas las formalidades, darian una pequena fiesta, aunque ni el rey ni la reina se quedarian para la celebracion. Solo brindarian por la pareja y luego regresarian a Richmond.

La noche anterior, Philippa habia ido a casa de lord Cambridge para dormir en su propia cama. La reina se habia enterado por la camarera mayor de las doncellas de que la joven no estaba descansando bien y creyeron que se debia a los nervios previos al casamiento. Pero no durmio mejor en la casa de Thomas Bolton. Sus futuras cunadas no paraban de hablar y le resultaban irritantes. Tanto lady Marjorie Brent como lady Susanna Carlton adoraban a su hermano menor y no cesaban de darle consejos sobre como cuidarlo y alimentarlo. Philippa se sentia al borde de un ataque de nervios, pero Banon se dio cuenta de la situacion y decidio ponerle coto.

Se levanto de la mesa y con una sonrisa les dijo:

– Philippa debe ir a la cama y descansar, senoras. Durante varias semanas hemos compartido la cama en el palacio y les aseguro que apenas pudo conciliar el sueno debido a sus multiples deberes. Con su permiso, por favor.

Tomo a su hermana de la mano y la condujo fuera del salon.

– ?Que nina encantadora! -escucharon que decia lady Susanna, y se rieron juntas mientras subian deprisa las escaleras y se miraban con alegre complicidad.

– Gracias, Banon -le dijo Philippa cuando se acercaban a su dormitorio-. No se por que, ya que son muy buenas personas, pero las hermanas de Crispin me resultan molestas. No se que me pasa ultimamente. -Abrio la puerta de su habitacion y entraron juntas.

– Te pasa que te vas a casar dentro de dos dias -respondio Banon con sensatez-. Solo tienes los nervios alterados. En tu lugar, yo tambien estaria nerviosa. Apenas conoces a tu futuro marido. Los estuve observando en el palacio y note que en las ultimas semanas hacias todo lo posible por evitarlo. Tal vez no deberia decir esto, pero soy tu hermana y quiero tu felicidad: todavia puedes cancelar la boda. Philippa sacudio la cabeza.

– No. Es un candidato maravilloso para mi y tambien es un honor para la familia que yo forme parte de la nobleza. Y, ademas, si cancelara la boda, no podrias casarte en otono con tu apuesto Neville. ?Lo amas, Banon?

– Creo que si. Aunque, en verdad, hermana, no estoy segura de que es el amor n? como se siente. Pero me gusta estar con el. Y me gusta la idea de tener hijos. Cuando vea a mama, en unas semanas, le preguntare todo sobre el amor.

– ?Se han besado muchas veces? ?Te ha tocado?

Banon estuvo a punto de protestar por el grado de intimidad de las preguntas. Pero luego se dio cuenta de que su hermana no era impertinente, sino que, por alguna razon, necesitaba conocer la respuesta.

– Si, nos besamos muchas veces. A Robert le encanta besarme y debo admitir que yo tambien lo disfruto. Y me acaricia los senos y yo lo acaricio a el. Nos da mucho placer, Philippa. ?Y a ti? ?Te gusta besar y acariciar al conde?

– No nos besamos muchas veces y me he resistido a sus caricias -admitio Philippa. Estaba muy palida-. No queria que pensara que soy una mujer facil, como suelen serlo las damas de la corte. Y ahora estoy aterrorizada, porque me acostare con un extrano dentro de dos noches. No es que quiera cancelar la boda, solo tengo mucho miedo, Bannie.

Banon Meredith meneo la cabeza.

– Philippa, eres la hermana mayor y deberias saber cuales son tus obligaciones. Pero, a esta altura, me doy cuenta de que Bessie tiene mas idea que tu acerca de la union matrimonial. Te he visto evitar al conde durante las ultimas semanas y apuesto a que nunca ha logrado verte a solas. ?En que estabas pensando, querida hermana? Ese hombre sera tu marido y no parece ser un monstruo. De hecho, tiene el aspecto de un hombre noble. El unico consejo que te puedo dar es que confies en su bondad.

– ?Pero no se que tengo que hacer! -lloriqueo Philippa.

– Bueno, yo tampoco. ?Como podriamos saberlo? -sonrio-. Preguntemosle a Lucy. Seguro que sabe mas que nosotras dos juntas.

– ?Lucy? -pregunto Philippa muy sorprendida. La sirvienta estaba siempre a su lado. ?Como podia saber algo sobre la relacion entre los hombres y las mujeres?

– Las sirvientas de la corte conocen bien esos asuntos. Son mas liberales que nosotras. ?Lucy! -La joven criada entro en el dormitorio desde el guardarropa donde estaba preparando el vestido de su dama para el dia siguiente.

– ?Si, senorita Banon?

– Mi hermana necesita saber que pasa entre un hombre y una mujer en la noche de bodas. Dado que mama no esta aqui, debes contarle todo lo que sepas. -Los ojos celestes de Banon brillaban con malicia.

– ?Y que le hace pensar que se de esas cosas? -pregunto Lucy con las manos sobre sus generosas caderas.

– Yo se que tu sabes -replico Banon-. Te he visto con los sirvientes de la corte. ?Vas a decirme que se reunian para conversar?

– Es incorregible, senorita -la regano Lucy-. Le contare a mi ama todo lo que necesite saber, dado que su madre no esta aqui para hacerlo, pero usted debera irse a su cuarto. Usted no se casa dentro de dos dias, asi que sera su madre quien la instruya sobre lo que debe hacer en la noche de bodas. -Cuando Banon salio del dormitorio, se volvio hacia su ama y le dijo-: Primero, aprestemos todo para que se acueste y luego le contare lo que necesita saber.

Philippa asintio.

– ?Tendre tiempo para darme un bano por la manana?

– Si. Debemos levantarnos temprano. El rey, como siempre, sera puntual porque esta muy ocupado.

Lucy la ayudo a desvestirse. Philippa camino hacia la mesa de roble donde habia una jofaina con agua perfumada y se lavo la cara, las manos y el cuello. Se froto los dientes con un lienzo aspero. Vestida solo con la camisa, se dirigio hacia la cama y se acosto.

Lucy ordeno las prendas de Philippa y vacio la jofaina por la ventana. Entonces, se sento al borde de la cama.

– Primero, senorita, cuenteme lo que sabe.

– No se nada. Banon me ha reganado porque no me deje besar lo suficiente ni tampoco permiti a mi futuro marido que me tocara. Ahora me doy cuenta de que tiene razon.

– Tal vez, pero usted no lo hizo y ahora se acerca la noche nupcial, senorita. Sin embargo, en mi modesta opinion, no hay demasiado que saber. A el le encantara que usted sea ignorante y ser el unico que ha estado entre sus piernas. Esos caballeros aprecian la pureza de sus esposas, segun me han dicho. Usted es unica, senorita. La mayoria de sus companeras han sido traviesas y lascivas con los caballeros de la corte. Usted, en cambio, se ha mantenido casta.

– ?Pero que tengo que hacer?

– Nada, senorita. El le dira lo que tiene que hacer y asi es como debe comportarse una jovencita como usted. Su marido la pondra de espaldas sobre la cama y se introducira entre sus piernas. Hay un agujero profundo entre los labios intimos donde el metera su virilidad. Movera las caderas hacia delante y hacia atras en busqueda del placer. No es nada mas que eso. Y cuando haya liberado los jugos del amor en sus entranas, se retirara.

– ?Y los besos y las caricias, Lucy?

– Eso dependera de cuanto la desee el hombre -sonrio Lucy-. Debo decirle una cosa importante. La primera vez suele doler un poco, y habra algo de sangre. No se asuste por eso, no es nada.

Philippa asintio. Todo sonaba muy pragmatico. Luego de haber oido las explicaciones de Lucy, la nina no entendia por que, entonces, se hablaba tanto de ello.

– Gracias por instruirme, Lucy. No queria quedar como una tonta frente al conde.

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