te la ponga. -Philippa le tendio la cadena. El conde la hizo girar y se la coloco pasandola suavemente por la cabeza-. Pertenecio a mi madre y a mi abuela. Por tradicion debe ser entregada a la condesa St. Claire. Uno de mis antepasados lucho en las cruzadas con el rey Ricardo Corazon de Leon y trajo esta hermosa reliquia de Tierra Santa.

Tomandola de la cintura, le dio un beso en el hombro y acomodo el medallon en el centro, deslizando los dedos entre los senos de la joven, como al descuido, aunque ambos sabian que lo habia hecho a proposito.

Philippa sintio que se le aceleraba el pulso, pero esta vez no lo regano ni se resistio. Manana seria su esposa. Ademas, una vez formalizado el compromiso, la pareja se consideraba casada segun las leyes del reino. Solo faltaba que la Iglesia bendijera y santificara la union. Si la finalidad del matrimonio era la reproduccion, ella debia rendirse a los deseos del conde. Y tambien, por que no, a sus propios deseos. Las dudas y los interrogantes la agobiaban y, por primera vez en tres anos, Philippa sintio una necesidad imperiosa de hablar con su madre.

– ?Que estas pensando? -inquirio St. Claire.

– Me gustaria que mi madre estuviera aqui. ?Tengo tantas preguntas para hacerle!

– Se que te preocupa tu inexperiencia, Philippa -adivino su pensamiento.

– Te prohibo leer mi mente -rio Philippa. Dio media vuelta y lo beso-. Gracias. El regalo es precioso y lo cuidare como un tesoro.

Cuando salieron al jardin, vieron barcos navegando por el rio desde Richmond hasta Greenwich. Cuando la nave real paso cerca del muelle, Philippa y Crispin hicieron una amplia reverencia.

– ?Philippa, Philippa! -Una nina con un vestido rojo escarlata movia freneticamente la mano.

Philippa le devolvio el saludo y la pareja volvio a inclinarse en una reverencia.

– Es la princesa Maria-le dijo al conde-. ?Buen viaje, Su Majestad!

Tras alejarse la majestuosa nave, se sentaron en un banco de marmol.

– ?Por que pasaron por aqui si Greenwich esta en la direccion contraria? ?Todos viajan en barco?

– En primavera, si -explico Philippa-. Algunos viajan en sus propias embarcaciones y otros, en las de amigos o conocidos. Son muy pocos los que pueden darse el lujo de tener un barco. La corte parte cuando lo decreta el rey y, a veces, la marea no coincide con sus decisiones. Entonces navegan primero rio arriba y luego vuelven a bajar. Lo logico seria que Su Majestad se rigiera por las mareas, pero nunca lo hace -rio Philippa-. Si prestas atencion, escucharas el traqueteo de los carros cargados con el equipaje que avanzan por el camino. Entre ellos, van las personas que, supuestamente, prefieren hacer el viaje a caballo, pero que, en realidad, no pudieron conseguir un asiento en los botes. Yo he sido muy afortunada. Desde la primera vez que llegue al palacio, supe que ese era el tugar donde queria vivir. No concibo otro tipo de vida.

– Sabes que a partir de manana ya no podras pasar tanto tiempo en la corte. Como condesa de Witton, tendras otros deberes que cumplir. Pero te prometo que iremos en Navidad y en mayo, por supuesto.

– Desde luego -acordo amablemente. La reina le habia sugerido que en algun momento volveria a requerir sus servicios como dama de la corte y Philippa pensaba que el conde no se rehusaria a semejante reclamo. Estaba dispuesta a esperar.

Lucy salio al jardin y los saludo con una reverencia.

– Dice el cocinero que ya esta lista la canasta, senorita. ?Buenos dias, milord!

– Me despedire del tio Tom -anuncio Philippa.

– ?Mis hermanas ya se han levantado, Lucy? -inquirio Crispin.

– No las he visto y tampoco a sus doncellas, milord.

– ?Crees que seras feliz en Brierewode? Es muy distinto de Cumbria.

– Mi felicidad esta alli donde se encuentre mi ama. Con su permiso, llevare la canasta.

– No, yo me encargare. ?Cual es la barca?

– La que tiene cortinas azul y oro. Son los colores de Friarsgate. Lord Cambridge la hizo construir especialmente para lady Rosamund cuando vino a la corte tras la muerte de sir Owein Meredith.

– ?Piensas que le agradare a la madre de Philippa?

– Si es bueno con su hija, sin duda lo querra.

– Hago todo lo posible por ser bueno con tu ama, Lucy.

– Ella admira demasiado a la reina, milord, pero, por favor, no se le ocurra repetir mi comentario -dijo Lucy guinandole el ojo-. ?Me comprende, verdad?

El conde se echo a reir.

– Si, y me ocupare de borrar esa nefasta influencia lo antes posible. Luego, se dispuso a llevar la canasta a la embarcacion que se mecia junto al muelle.

Entretanto, Philippa habia entrado a la casa y subido las escaleras rumbo a los aposentos de lord Cambridge. Golpeo suavemente la puerta y fue recibida por el ayudante personal de Thomas Boldon.

– Buenos dias, senorita Philippa -la saludo.

– ?Ya esta despierto?

– Si, se levanto hace mas de una hora y ya esta impartiendo ordenes al senor Smythe. Le dire que ha venido. La joven fue admitida de inmediato.

– ?Feliz cumpleanos, queridisima mia! -exclamo el tio Tom.

– ?Puedo expresarle mis mejores deseos, senorita? -dijo William Smythe con una galante inclinacion. Se hallaba de pie junto a la cama de su empleador.

– Por supuesto. Muchas gracias.

– ?Esa joya que adorna tu cuello es una hermosura! -opino el tio Tom-. Jamas la habia visto antes y no es uno de mis regalos. Acercate para que la observe con detenimiento.

– ?No es bellisima? Me la regalo el conde para mi cumpleanos. Dice que pertenecio a todas las condesas de Witton desde que un antepasado suyo y cruzado de Ricardo Corazon de Leon la trajo de Tierra Santa. -Se quito la cadena y se la tendio a lord Cambridge.

– Es una pieza sublime, tesoro -confirmo luego de examinarla y devolverla a su duena-. Espero que Crispin tenga tan buen gusto como su ancestro.

– Vine a decirte que tomaremos la barca de mama y pasaremos el dia junto al rio. Acabamos de ver pasar a la corte rumbo a Greenwich.

– Nunca entendere por que el rey se empecina en ignorar las mareas. Ese necio cree que puede controlar todo en su vida. Ve, pequena, y diviertete. Yo me encargare de entretener a tus cunadas. Tal vez las lleve a la torre para ver los leones del rey. ?Donde esta Banon? ?Ya llego a casa?

– Si, y desayunamos juntas. Ahora esta durmiendo la siesta. Se siente muy feliz de estar contigo y de regresar a Otterly. ?Robert Neville viajara con ustedes o ya ha partido hacia el norte?

– Viajara con nosotros, porque debemos pasar por la casa de su padre para firmar el compromiso y arreglar la fecha de la boda antes de seguir camino a casa. Vendra hoy a la noche. ?Verdad, Will?

– Asi es, milord.

– Entonces, me marcho ya mismo, y reza porque pueda escapar al jardin sin ser acosada por mis cunadas.

El conde la esperaba en el muelle. Muy galante, la ayudo a subir al bote. La barca navego rio arriba, manteniendose siempre cerca de |a costa donde las corrientes eran menos traicioneras.

– ?Adonde vamos? -pregunto Philippa.

– No tengo la menor idea. Desconozco esta parte del rio. Reconocere el lugar cuando lo vea -dijo el conde mientras la estrechaba en sus brazos.

– ?Y como lo veras si estas ocupado besandome? -pregunto con curiosidad. Crispin la miraba con una expresion extrana en sus ojos grises, pero esta vez Philippa no sintio ningun temor.

– Dudo que el sitio perfecto se encuentre tan cerca de la casa de lord Cambridge, asi que podemos besarnos a gusto. La practica es muy util, dicen. -Sus labios rozaron los de Philippa-. Y tu has estado descuidando el estudio, pequena. -Le dio un dulce y prolongado beso.

– Estaba esperando al maestro indicado, milord -le dijo en un tono seductor cuando sus labios se separaron-. ?Acaso eres tu?

Philippa estaba asombrada de su desfachatez. ?Estaba flirteando con el hombre que la desposaria al dia siguiente! Crispin le levanto la barbilla y clavo la vista en sus ojos color miel, que lo miraban con una timidez irresistiblemente seductora.

– Lo soy, Philippa. Te ensenare todas las tecnicas amatorias, no solo los besos. ?Comprendes?

Вы читаете Philippa
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату