– ?Gracias a Dios! -suspiro Farran y el doctor sonrio de nuevo.

– No se lo tome tan a pecho -le aconsejo-. La vida no seria igual si Nona Irvine no se irritara de cuando en cuando.

– ?De veras?

– ?Sabia usted que ella actuo alguna vez? -inquirio el medico y al ver que Farran negaba, le conto como, aunque Nona Irvine nunca llego a ser una actriz excelente, tuvo mucha demanda como actriz suplente antes de retirarse. Despues de darle esa noticia, Tad Richards prosiguio-: Como es facil ver que usted es nueva en esta zona, es claro que necesitara un guia para los restaurantes y teatros que tenemos. Quiza puedo ofrecerme…

– De hecho -lo interrumpio Farran con una sonrisa-, conozco el area muy bien -no le conto de su relacion con la senorita Newbold ni de sus visitas a High Monkton-. ?Asi que no debo preocuparme por la salud de la senorita Irvine?

Tad Richards tuvo que sonreir y contestarle, a pesar de que quedaban destrozadas sus esperanzas de tener una cita.

– Ningun mal que la aqueje no puede ser curado con la cercania de sus amigas de cartas -prometio-. Invite a sus amigas a tomar el te y pronto olvidara el dolor que sin querer usted le provoco.

Durante la comida, Farran siguio su consejo. Tuvo que hacer la proposicion con mucho tacto y fue de gran ayuda el hecho de haber llevado a la senorita Irvine a casa de la senorita Jessop el martes pasado.

– Me preguntaba si, en caso de ser su turno de establecer la partida de bridge aqui el proximo martes, usted querria que le preparara algo por adelantado -sugirio Farran.

– ?Preparar? -la senorita Irvine hablo con frialdad.

– Me referia a comida -sonrio Farran. No sabia si la senorita Irvine tomo el te en casa de Joan Jessop, pero recordo que comio la cena con gran apetito al llegar a casa.

– ?Comida? -pregunto Nona Irvine todavia con voz fria.

– ?Nunca recibe invitados? -sonrio Farran-. ?Nunca ofrece cenas o algo parecido?

– ?Como puedo dar una cena? ?Quien cocinaria para mi?

– Yo -ofrecio Farran y al ver que Nona Irvine empezaba a sonreir, fue demasiado tarde para retractarse. Farran penso en un te, pero Nona Irvine prefirio la idea de la cena… y no para el proximo martes, sino para la noche siguiente.

– ?Estas segura de que no sera demasiado trabajo para ti? -esa fue la unica pregunta que le hizo. Cuando Farran volvio de la farmacia con las medicinas, descubrio que la senorita Irvine ya tenia listo el menu y que Lydia Collier, Celia Ellams y Joan Jessop aceptaron todas la invitacion a cenar.

A Farran le agrado preparar la cena. La senorita Irvine ayudo, antes de irse a descansar por la tarde, a poner la mesa.

La cena transcurrio muy bien, pero las cosas se deterioraron cuando Joan Jessop descubrio que habia dejado en casa sus lentes para jugar cartas.

– Es demasiado tarde para ir a buscarlos ahora -gimio, y Nona Irvine la miro con furia por su estupidez.

– No pasa nada… Farran tendra que jugar.

– Pero no se jugar -Farran intento protestar, pensando en las pilas de platos sucios de la cocina.

Lo que siguio fueron casi dos horas y media de pesadilla para Farran, que no sabia nada de juegos de cartas. Tuvo que morderse la lengua cuando la senorita Irvine la molestaba por algun error que cometia. Pero, a juzgar por las palabras rudas que intercambiaban Lydia Collier y Celia Ellams, parecia que ayudaba a jugar si se era algo pendenciero.

– ?Puedo traerle una taza de cafe, senorita Jessop? -inquirio Farran cuando no participo en el juego y vio a Joan Jessop mirando el juego con expresion de tristeza.

– No, gracias -contesto Joan Jessop-. No podre dormir si la tomo -Farran estaba a punto de irse a la cocina cuando, por ser obvio que el rumor habia corrido de que era parienta de la senorita Newbold, la anciana prosiguio-: Me imagino que ya estara repuesta de la muerte de la senorita Newbold. La querida Hetty, si no cambiaba su testamento, siempre le anadia clausulas nuevas. Supongo que las cosas quedaron como debian quedar, ?verdad?

– Estoy segura de que si -sonrio Farran, con la sensacion de que la noche no podia empeorar mas.

– ?A callar! -rugio Nona Irvine mirandolas a ambas-. Miren lo que me hicieron hacer… yo misma deshice mi propio truco.

Farran se fue a acostar esa noche azorada de que una cena que empezo tan bien, se hubiera deteriorado tanto al final. Los fracasos del juego de cartas seguian siendo criticados por las invitadas mientras que estas se despedian.

Se levanto tarde el sabado por la manana y supo que fue un error irse a dormir dejando los platos sucios en la cocina. La cocina parecia haber sufrido un bombazo. Pero, para ser sincera, se sintio tan agotada la noche anterior que no le causo nada de culpa dejar la cocina hecha un desastre.

Despues de banarse, Farran se puso unos pantalones y un sueter y bajo por la escalera. Descubrio que no solo la cocina estaba hecha un desastre sino tambien la sala de estar.

La senorita Irvine bajo eventualmente y no estaba de muy buen humor.

– Ire a prepararle el desayuno -le dijo Farran e intento hallar espacio en la cocina, antes de que Nona Irvine pudiera hacerle su recordatorio acostumbrado de que no queria que su potaje tuviera nada de grumos.

Farran no desayuno nada y decidio que primero debia limpiar la sala de estar, para que la senorita Irvine estuviera comoda despues del desayuno. Se apresuro como nunca para guardar cartas y colocar las sillas en sus lugares adecuados. Barrio la alfombra y media hora despues el cuarto tenia su aspecto acostumbrado cuando Nona Irvine entro en el con paso majestuoso.

– Nunca seras una buena jugadora de bridge -rezongo al pasar.

Como pensaba que todo lo que hacian los jugadores de cartas era molestarse unos a otros por lo mal que jugaban, Farran no hizo caso al comentario y fue a la cocina a limpiarla.

Decidio que la senorita Irvine podria mantenerse ocupada leyendo el periodico y tratando de resolver el crucigrama, durante la hora siguiente. Entrojen la cocina y, al ver el desastre, penso: '?Diablos! ?Que demonios hago aqui?'

Como sabia muy bien que hacia alli, Farran se rebelo durante un momento y no vio por que no podria tomarse una taza de cafe antes de lavar sartenes, platos, platitos y cada pieza de la vajilla de porcelana con la que la senorita Irvine decoro la mesa, la noche anterior.

Acababa de meter las manos en el agua caliente y jabonosa cuando oyo que el timbre sonaba. Se seco las manos y fue a ver quien era.

– Sabia que no deberia haberme despertado esta manana -gruno y abrio la puerta. Frente a ella se hallaba Stallard Beauchamp, quien la miraba con desden. El era lo unico que le faltaba-. La senorita Irvine esta en la sala de estar -comento con acidez y dejo que cerrara la puerta mientras ella volvia a la cocina.

Para sorpresa y molestia de Farran, se percato de que el la siguio a la cocina.

Cuando Stallard vio que cada lugar disponible estaba cubierto por la sucia vajilla de porcelana, sus ojos reflejaron incredulidad.

– ?Vaya! -exclamo al ver la pila de platos sucios en el secadero-. Al parecer, no has lavado nada en una semana.

Farran no estaba de humor para explicarle lo que paso, y menos ahora que la miraba de modo acusatorio y reprobatorio.

– Sin nada de ayuda, lo que es imposible lleva mas tiempo -replico con enojo.

– Maldicion, mujer -rugio Stallard-. Nona tiene ochenta anos.

Farran no se refirio a la senorita Irvine, sino a la senora Lunn, la mujer de la limpieza a quien la senorita Irvine despidio y quien, de ser las cosas distintas, quiza habria ido a ayudarla a lavar. Sin embargo, no estaba de humor para explicarle el mal entendido. Paso una semana desde que vio a Stallard Beauchamp, y al verlo de nuevo, la invadio otra vez el ansia fisica de desahogarse con el.

De pronto, Farran se percato de que todavia sostenia la toalla con la que se seco las manos. Sin pensarlo dos veces, se la lanzo a Stallard con furia.

– Puesto que te importa tanto la limpieza de una casa -exploto al dirigirse hacia la puerta de la cocina-. Tu lava.

– Asi es como piensas ganarte tu herencia, ?verdad? -gruno antes de que la chica pudiera salir de la

Вы читаете Heredad en conflicto
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату