– Aceptada.

Pero ya estaba dicho. Como dice el refran: «Lo dicho, dicho esta».

– Senorita Johnson -continue-, no es usted virgen, ?verdad?

– No.

– De hecho, tiene un hijo y es soltera.

– Si.

– ?Cuantos anos tiene su hijo?

– Quince meses.

– Digame, senorita Johnson: ?el hecho de no ser virgen y tener un hijo siendo soltera la convierte en un ser humano inferior?

– ?Protesto!

– Aceptada.

El juez, un tal Arnold Pierce, de cejas pobladas, me miro con mala cara.

– Solo pongo de relieve lo que es obvio, senoria. Si la senorita Johnson fuera una rubia de clase alta de Short Hills o Livingstone…

– Reservelo para las conclusiones, senor Copeland.

Lo haria. Y lo habia usado para la apertura. Me dirigi a la victima.

– ?Le gusta ser stripper, Chamique?

– ?Protesto! -Mort Pubin estaba de pie otra vez-. Irrelevante. ?A quien le importa si le gusta ser stripper o no?

El juez Pierce me miro.

– ?Y bien?

– Hagamos una cosa -dije, mirando a Pubin-. Yo no le preguntare por el striptease si usted tampoco lo hace.

Pubin se quedo inmovil. Flair Hickory todavia no habia hablado. No le gustaba protestar. En general a los jurados no les gustan las protestas. Creen que estas ocultando algo. Flair queria caer bien. Por eso hacia que Mort se encargara del trabajo sucio. Era la version abogado de poli bueno, poli malo.

Volvi a mirar a Chamique.

– La noche que la violaron no estaba haciendo striptease, ?verdad?

– ?Protesto!

– Presunta violacion -corregi.

– No -dijo Chamique-. Me invitaron.

– ?La invitaron a una fiesta en la fraternidad donde viven el senor Marantz y el senor Jenrette?

– Si.

– ?La invitaron el senor Marantz o el senor Jenrette?

– No.

– ?Quien la invito?

– Otro chico que vivia alli.

– ?Como se llama?

– Jerry Flynn.

– Ya. ?Como conocio al senor Flynn?

– La semana anterior habia trabajado en la fraternidad.

– Cuando dice que trabajo en la fraternidad…

– Hice un striptease para ellos -acabo Chamique.

Me gusto. Estabamos cogiendo el ritmo.

– ?Y el senor Flynn estaba alli?

– Estaban todos.

– Cuando dice «estaban todos»…

Senalo a los dos acusados.

– Ellos tambien estaban. Y un punado de chicos mas.

– ?Cuantos calcula usted?

– Veinte, puede que veinticinco.

– De acuerdo, pero ?fue el senor Flynn quien la invito a la fiesta una semana despues?

– Si.

– ?Y usted acepto la invitacion?

Ya tenia los ojos humedos, pero mantuvo la cabeza alta.

– Si.

– ?Por que decidio ir?

Chamique lo penso un momento.

– Es como si un multimillonario te invitara a su yate.

– ?Estaba impresionada con ellos?

– Si, claro.

– ?Y por su dinero?

– Eso tambien -dijo.

Me encanto esta respuesta.

– Y Jerry se porto bien conmigo cuando fui a hacer el striptease -continuo.

– ?El senor Flynn la trato bien?

– Si.

Asenti. Me estaba adentrando en territorio peligroso, pero me lance.

– Por cierto, Chamique, volviendo a la noche que la contrataron como stripper… -note que la voz se me volvia mas profunda-. ?Realizo otros servicios para alguno de los hombres del publico?

La mire a los ojos. Trago saliva, pero aguanto el tipo. Hablo en voz baja, sin desafios.

– Si.

– ?Fueron favores de caracter sexual?

– Si.

Bajo la cabeza.

– No se averguence -dije-. Necesitaba el dinero. -Senale la mesa de la defensa-. ?Cual es su excusa?

– ?Protesto!

– Aceptada.

Pero Mort Pubin no habia terminado.

– Senoria, ?esa afirmacion ha sido una ofensa!

– Es una ofensa -acepte-. Deberia castigar a sus clientes inmediatamente.

Mort Pubin se puso rojo. Su voz era un gimoteo.

– ?Senoria!

– Senor Copeland.

Levante una mano hacia el juez en senal de reconocimiento y contricion. Soy un ferviente creyente en sacar a la luz todas las malas noticias durante mi interrogatorio, es decir, a mi manera. Le quitas mucho hierro al asunto.

– ?Estaba interesada en el senor Flynn como posible novio?

Mort Pubin otra vez:

– ?Protesto! ?Que relevancia tiene?

– ?Senor Copeland?

– Sin duda es relevante. Ellos diran que la senorita Johnson esta inventando los cargos para aprovecharse economicamente de sus clientes. Intento establecer el estado de animo de la senorita Johnson aquella noche.

– Lo permitire -dijo el juez Pierce.

Repeti la pregunta.

Chamique hizo una mueca y eso delato su edad.

– Jerry estaba fuera de mi alcance.

– ?Pero?

– Pero… no se. Nunca habia conocido a alguien como el. Me abrio una puerta para que pasara. Era tan amable. No estoy acostumbrada.

– Y es rico. Comparado con usted.

– Si.

– ?Eso era importante para usted?

– Claro.

Me encanto su sinceridad.

Вы читаете El Bosque
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату