– No pasa nada -dijo Ethan a Lena.
La rodeo con sus brazos, protegiendola de la multitud. Lena deberia haberle apartado, pero necesitaba un par de segundos para calmarse antes de que el corazon le saliera por las costillas.
Sin previo aviso, la musica comenzo a sonar otra vez y se encendieron las luces. La multitud grito de entusiasmo y comenzo a bailar otra vez, y sus camisetas blancas y sus dientes se tornaron purpura por la luz. Unos cuantos utilizaban linternas para deslumbrar a los demas.
– Aqui todos van de pastillas -dijo Lena.
Al menos, le parecio haberlo dicho. La musica estaba tan alta que no podia oir lo que decia. Todos estaban colocados de extasis, y las luces intensificaban la experiencia. Comprendio la utilidad del chupete de Paul. Era para que no le castanetearan los dientes mientras bailaba.
Ethan grito por encima de la musica:
– Ven por aqui.
La hizo andar hacia atras. Ella extendio los brazos por detras, y se detuvo al tocar una pared.
– ?Estas bien? -pregunto Ethan, con la cara muy cerca de la de ella para que pudiera oirle.
– Desde luego -dijo Lena, empujandole el pecho con la mano para hacer un poco de sitio entre los dos.
El cuerpo de Ethan era macizo como una roca, y no se movio.
Ethan le echo el cabello hacia atras con la mano.
– Ojala te hubieras peinado con el pelo hacia atras.
– No tenia con que sujetarmelo -mintio Lena.
Ethan sonrio, contemplando como sus dedos se deslizaban entre el pelo de ella.
– Puedo conseguirte un elastico o lo que quieras.
– No.
Ethan dejo caer la mano, obviamente decepcionado. Cambio de tema y le propuso:
– ?Quieres que vaya a hablar otra vez con ese gilipollas?
– No -dijo Lena, pero en parte si lo queria… algo mas que una parte, de hecho.
Le gustaba la idea de que Ethan le midiera las costillas al gilipollas ese que se habia frotado contra ella.
– De acuerdo -dijo Ethan.
– Lo digo en serio -dijo Lena, sabiendo que estaria mal mandar a Ethan a por ese tipo-. Aqui todo el mundo va de extasis. Probablemente supuso que…
– Muy bien -la corto Ethan-. Quedate aqui. Traere algo de beber.
Se fue antes de que Lena pudiera decir nada. Le miro la espalda hasta que desaparecio entre la multitud, y se sintio como una colegiala patetica. Tenia treinta y cuatro anos, no catorce, y no necesitaba que ningun ninato se batiera por ella.
– Hola -dijo alguien, chocando con ella.
Una morena muy animada le ofrecio un par de capsulas verdes, pero Lena las rechazo con la mano, tropezando con otra persona que estaba a su espalda.
– Lo siento -dijo Lena.
Se alejo y choco con otra persona. Aquella sala comenzaba a agobiarla, y se dio cuenta de que empezaria a gritar si no salian pronto de alli.
Se abrio paso entre el gentio e intento alcanzar las escaleras, pero la gente se movia contra ella como la resaca del mar. La sala seguia a oscuras, y ella caminaba a tientas, apartando a los demas con la mano hasta que sus palmas se topaban contra pared. Se dio la vuelta, y al ver la luz que habia en el otro lado del cuarto se dio cuenta de que se habia equivocado de camino. Las escaleras estaban en la otra punta.
– Maldita sea -exclamo, caminando a tientas junto a la pared.
Su mano encontro un pomo y lo empujo, y una luz brillante la hizo parpadear. Los ojos se adaptaron y distinguio a un chaval tendido de espaldas en una cama. Se quedo mirando a Lena con una picara sonrisa mientras una chica se la chupaba. Le hizo una sena a Lena de que se les uniera, y ella cerro de un portazo, dandose la vuelta y corriendo hasta dar con Ethan.
– Eh -dijo el, apartando su vaso de zumo de naranja para que no se derramara.
El volumen de la musica bajo lentamente, Lena supuso que para ayudar al viaje del extasis. Fuera como fuese, casi rezo una oracion de gracias cuando sus oidos dejaron de dolerle por el ruido.
– No sabia que querias -dijo Ethan, indicando el vaso-. Este tiene vodka. Lo prepare yo mismo para estar seguro. -Saco una botella de agua del bolsillo de sus pantalones holgados-. O puedes tomarte esto.
Lena miro el vaso, y la lengua se le retorcio en la boca de ganas que tenia de beber.
– Agua -dijo.
Ethan asintio, como si Lena acabara de pasar una prueba.
– Vuelvo enseguida -dijo, dejando el vaso sobre una mesa cercana.
– ?No vas a bebertelo? -pregunto Lena.
– Voy a buscar un poco de zumo. Quedate aqui para que pueda encontrarte.
Lena abrio el tapon de la botella de agua, mientras veia marcharse a Ethan. Dio un prolongado sorbo, manteniendo los ojos abiertos para que nadie pudiera sorprenderla. La mitad de los que bailaban en la pista estaban tan colocados que la otra mitad tenia que sostenerlos en pie.
De pronto se dio cuenta de que habia clavado los ojos en la mesa donde Ethan habia dejado el vodka. Antes de poder pensarselo dos veces, se acerco y se bebio el contenido del vaso en dos sorbos. Casi todo era vodka, apenas habia una gota de zumo para darle color. El pecho se le contrajo cuando bajo el vodka, una lenta llama le lleno el esofago, como si se tragara una cerilla encendida.
Lena se seco la boca con la mano, y sintio un hormigueo en la muneca dolorida. Intento recordar a que hora se habia tomado el Vicodin. La pelicula habia durado dos horas. Habian tardado media hora en ir a la residencia. ?Cuanto tiempo debia pasar entre una dosis y otra?
– A la mierda -dijo Lena, y se saco la pastilla del bolsillo y se la metio en la boca.
Miro a su alrededor buscando algo con que acompanarla y vio un vaso lleno de aquel ponche color rosa. Observo el vaso, preguntandose que contendria antes de echar un buen trago. El brebaje sabia a vodka, con suficiente sidral de fresa para tenirlo de ese color. No quedaba mucho en el vaso, y Lena se lo bebio, golpeando la mesa con el vaso al acabar.
Lena respiro profundamente tres veces antes de que el alcohol le llegara a la cabeza. Pasaron unos segundos mas, y cuando miro a su alrededor se sintio relajada pero ni mucho menos borracha. Eso no era mas que una fiesta normal y corriente con un punado de chavales inofensivos. Habia venido con un fin y lo cumpliria. El alcohol la habia dejado mucho mas tranquila, justo lo que necesitaba. El Vicodin pronto comenzaria a hacer efecto, y volveria a sentirse bien.
La musica paso a ser lenta y sensual, y el ritmo disminuyo. Al parecer alguien habia vuelto a bajar el volumen, esta vez a un nivel casi tolerable.
Lena bebio otro sorbo de agua para quitarse la pegajosa sensacion de la boca. Chasqueo los labios, mirando los chavales que la rodeaban. Se rio, diciendose que probablemente era la persona de mas edad.
– ?Que es tan divertido?
Ethan estaba a su lado. Llevaba en la mano una botella de zumo de naranja sin abrir.
Lena nego con la cabeza, sintiendose mareada. Necesitaba moverse, caminar para eliminar los efectos del alcohol.
– Vamos a buscar a tu amigo.
El le lanzo una mirada divertida, y ella se ruborizo, preguntandose si Ethan se habria fijado en los vasos vacios.
– Por aqui -dijo el, intentando guiarla.
– Veo perfectamente -contesto ella, apartandole la mano de un manotazo.
– ?Te gusta mas esta musica? -pregunto Ethan.
Lena asintio, perdiendo el equilibrio. Si Ethan se dio cuenta, no dijo nada. La llevo hasta un pasillo lateral que conducia a las habitaciones. Lena oia una musica distinta en cada habitacion, y algunas puertas estaban abiertas, a traves de las cuales se veia a muchachos esnifando coca o follando como conejos, dependiendo de cuanta gente hubiera alrededor.
– ?Siempre es asi? -pregunto Lena.
– Es porque el doctor Burke esta fuera -dijo Ethan-, pero vaya, suele ocurrir a menudo.