– Apuesto a que si -dijo Lena, lanzando una mirada a otra habitacion y arrepintiendose de inmediato.
– Normalmente, estoy en la biblioteca -afirmo Ethan, aunque ella se dijo que a lo mejor era mentira.
Lena nunca le habia visto alli. Desde luego, la biblioteca era bastante grande, y Ethan podia pasar desapercibido. Pero a lo mejor si estaba alli. A lo mejor la habia estado observando desde el primer dia.
Ethan se detuvo delante de una puerta que solo destacaba por la ausencia de pegatinas y notas obscenas.
– ?Eh, Scooter! -grito Ethan, golpeando la puerta con los nudillos.
Lena bajo los ojos hacia el suelo de madera noble, los cerro e intento despejarse.
– ?Scoot? -repitio Ethan, golpeando la puerta con el puno, con tanta fuerza que la puerta se doblo hacia atras en la parte superior, revelando una linea de luz entre la hoja y la jamba-. Vamos, Scooter -dijo Ethan-. Abre, capullo. Se que estas ahi.
Lena no oia gran cosa de lo que ocurria al otro lado de la puerta, pero dedujo que alguien se estaba moviendo. Pasaron varios minutos antes de que se abriera la puerta, y cuando ocurrio la golpeo, como un cubo de mierda caliente, una oleada del peor olor corporal que habia olido en su vida.
– Joder -dijo, llevandose la mano a la nariz.
– Ese es Scooter -dijo Ethan, como si eso explicara el olor.
Lena respiro por la boca, intentando acostumbrarse. «Apestoso» habria resultado un apodo mas apropiado.
– Hola -dijo Lena, reprimiendo las arcadas.
Scooter era distinto a los demas chicos de la fiesta. Si estos llevaban el pelo muy corto y tejanos holgados y camiseta, Scooter tenia el pelo negro y largo, y llevaba una camiseta sin mangas azul pastel y unos shorts de un vivo naranja estilo hawaiano. En torno a su biceps izquierdo habia una goma elastica amarilla, y la parte superior del brazo le sobresalia de la compresion.
– Joder, tio -dijo Ethan, tocando la banda elastica-. Vamos. La banda elastica salio disparada del brazo de Scooter y volo por el cuarto.
– Mierda, tio -gruno Scooter. Les obstruyo el paso, aunque no en actitud amenazante-. Esta tia es un puto policia. ?Que hace un poli aqui, tio? ?Por que traes a un poli a mi guarida?
– Muevete -dijo Ethan, empujandole suavemente hacia el interior.
– ?Va a arrestarme? -pregunto Scooter-. Espera, tio. -Se agacho y se puso a buscar el torniquete-. Espera, deja que me acabe de meter esto.
– Levantate -dijo Ethan, tirando de la tira elastica de los shorts de Scooter-. Venga, no va a arrestarte.
– No puedo ir a la carcel, tio.
– No va a llevarte a la carcel -dijo Ethan, y su voz resono en el cuarto.
– Vale, de acuerdo -dijo Scooter, permitiendo a Ethan que le ayudara a levantarse.
Scooter le puso la mano en el cuello, y Lena se dio cuenta de que llevaba una cadena amarilla muy parecida a la de Paul, el amigo de Ethan que habia conocido antes. De la de Scooter no colgaba ningun chupete, y si lo que parecia una coleccion de llaves, unas llaves diminutas como las que suelen tener los diarios de las chicas.
– Sientate, tio -dijo Ethan, empujandole hasta dejarlo sobre la cama.
– Vale, entendido -contesto Scooter, como si no se diera cuenta de que ya estaba sentado.
Lena entro sin traspasar el umbral, y ahi se quedo, cerca de la puerta, respirando por la boca. En la ventana habia empotrado un aparato de aire acondicionado, pero Scooter lo tenia apagado. A los adictos les gusta estar frescos para no sudar la droga demasiado rapido, pero por el olor de Scooter, Lena imagino que tenia suficiente grasa en el cuerpo para obturar cada uno de sus poros.
La habitacion se parecia mucho a las otras: mas alargada que ancha, con una cama, un escritorio y un armario a cada lado. Frente a la puerta habia dos ventanas grandes, con los cristales empanados de mugre. Pilas de libros y revistas cubrian el suelo, y encima habia cartones de comida para llevar y latas vacias de cerveza. En medio del cuarto habia una linea de cinta adhesiva azul, probablemente para dividir el espacio. Lena se pregunto como el companero de Scooter podia soportar el olor.
Una pequena nevera servia de mesilla de noche junto a la cama que ahora ocupaba Scooter. Su companero de cuarto se habia fabricado una mas tradicional: plancha de contrachapado sobre dos pilas de bloques de cemento. Probablemente habia robado los bloques del solar en construccion que habia junto a la cafeteria. Hacia dos semanas, Kevin Blake le habia enviado un memorandum a Chuck para que buscara los bloques de construccion desaparecidos, pues la empresa constructora iba a cobrarselos.
– No pasa nada -dijo Ethan, haciendo una sena a Lena para que entrara-. Esta totalmente colocado.
– Ya veo -contesto Lena, pero no se separo de la puerta abierta.
Scooter era mas grande que Ethan en todos los aspectos: mas alto y mas fuerte. Lena engancho el pulgar en el bolsillo de atras, palpando el cuchillo.
Ethan se sento al lado de Scooter y dijo:
– No hablara contigo si no cierras la puerta.
Lena calculo los riesgos y decidio que no habia peligro. Entro y cerro la puerta sin apartar la mirada de los dos.
– No parece capaz de hablar -repuso Lena.
Se sento en la cama delante de Scooter, pero se detuvo al recordar lo que estaba pasando en las otras habitaciones.
– No te culpo, tio -dijo Scooter, riendo a breves ladridos, como una foca.
Lena miro a su alrededor. Con los accesorios para tomar drogas que habia en el cuarto se podia equipar una farmacia. Sobre un taburete colocado al lado de la cama habia dos jeringuillas. A su lado, una cuchara con residuos, y una pequena bolsa con lo que parecian grandes trozos de sal. Habian interrumpido a Scooter en el proceso de preparar ice, la forma mas potente de metanfetamina. Era tan pura que ni siquiera hacia falta filtrarla.
– Maldito idiota -espeto Lena.
Ni siquiera su tio Hank, un completo colgado del speed, habia tocado nunca el ice. Era demasiado peligroso.
– No se que hacemos aqui -le dijo a Ethan.
– Era el mejor amigo de Andy -informo Ethan.
Al oir el nombre de Andy, Scooter se echo a llorar. Lloraba como una chica, abiertamente y sin avergonzarse. Aquella reaccion repugnaba y fascinaba a Lena. Y, por extrano que parezca, Ethan parecia compartir sus sentimientos.
– Vamos, Scooter, ponte derecho -dijo, apartando de si al otro muchacho-. Hostia, ?que eres, un maricon?
Le lanzo una mirada a Lena, recordando en el ultimo momento que la hermana de Lena era lesbiana. Lena miro su reloj. Habia perdido toda la noche intentando hablar con ese estupido, y no iba a abandonar ahora. Le dio una patada a la cama y el muchacho pego un bote.
– Scooter -dijo Lena-. Escuchame.
Scooter asintio.
– ?Eras amigo de Andy?
Volvio a asentir.
– ?Andy estaba deprimido?
Volvio a asentir. Lena suspiro, sabiendo que no deberia haberle dado una patada a la cama. Ahora el chico se sentia amenazado y no hablaria.
Lena movio la cabeza en direccion a la nevera.
– ?Tienes algo de beber?
– Oh, si, tia.
Scooter se puso en pie de un salto, como diciendo «?Donde estan mis modales?». Se tambaleo antes de volver a mantener el equilibrio y abrio la pequena nevera. Lena distinguio varias botellas de cerveza y lo que parecia una botella de plastico de litro de vodka sin marca. Entre eso y las drogas, se pregunto como conseguia Scooter que no lo echaran de la facultad.
Scooter comenzo:
– Tengo cerveza y algo de…