el podia hundirse en el infierno con su maldito trabajo de suplantacion y que en aquellos momentos planeaba hacerme crecer unas alas y salir volando por la ventana.
Dak barrio todas aquellas incoherencias con un gesto.
—No pierda el control, Lorenzo. Vamos muy retrasados. Ayudeme a llevar los cuerpos hasta el cuarto de bano.
—?Que? ?Dios del cielo! Cerremos la puerta y salgamos de aqui cuanto antes. Aun tenemos una posibilidad de que no nos cojan con las manos en la masa.
—Posiblemente lo conseguiriamos —admitio Dak—. Pero verian en el acto que Rrringriil mato a Jock… y no puedo permitir que sepan eso. Al menos por ahora. No nos conviene que los periodicos publiquen una historia truculenta respecto a un marciano que ha asesinado a un terrestre. De manera que callese y ayudeme.
No me quedaba otro remedio que callarme y ayudarle. Me serene un poco cuando recorde que Benny Grey era un malvado sadico psicopata que disfrutaba desmembrando a sus victimas. De manera que deje que Benny Grey arrastrase los dos cuerpos humanos hasta el bano, mientras Dak cogia la varita marciana y cortaba a Rrringriil en pedacitos lo bastante pequenos para que fuesen manejables. Tuvo la precaucion de hacer el primer corte debajo de la caja craneana, de modo que se derramase la menor cantidad posible de la savia vital del marciano. Sin embargo, yo no pude ayudarle en su trabajo. Tenia la impresion de que un marciano muerto olia aun peor que uno vivo.
El water estaba disimulado detras de una mampara corrediza del cuarto de bano, al lado del bide. No lo habriamos encontrado de no ser porque la puerta estaba marcada con el acostumbrado trebol radiante. Tras empujar los trozos de Rrringriil por la taza hasta hacerlo desaparecer (yo consegui reunir el suficiente valor para ser de alguna utilidad), Dak se dedico a la mas desagradable tarea de descuartizar y hacer pasar los cuerpos humanos, usando la varita y, desde luego, haciendo su trabajo dentro de la banera.
Es sorprendente la cantidad de sangre que contiene un hombre. Abrimos todos los grifos y dejamos correr el agua hasta que terminamos; a pesar de todo, fue un espectaculo de lo mas desagradable. No obstante, cuando Dak quiso cortar los restos del pobre Jock, no le fue posible continuar. Sus ojos se llenaron de lagrimas, cegandole, y tuve que apartarle a un lado antes de que se rebanase una mano. Deje que Benny Grey se hiciese cargo de aquel asunto.
Cuando termine no quedaba nada en la suite que indicase que alli habian estado dos hombres y un monstruo. Lave la banera con el mayor cuidado y me puse de pie. Dak estaba en la puerta del bano, y parecia tan sereno como siempre.
—Ya he limpiado el suelo —anuncio—. Supongo que un tecnico criminalista con los instrumentos adecuados podria reconstruir lo sucedido; pero tenemos que confiar en que nadie sospechara nada. De modo que salgamos de aqui cuanto antes. Hemos de recuperar casi doce minutos. ?Vamos!
No pude reunir el valor suficiente para preguntarle donde o por que.
—De acuerdo —dije—. Vamos a terminar con sus zapatos.
Dak meneo la cabeza.
—No. Solo serviria para impedirme correr. En estos momentos la velocidad es mas importante que el riesgo de ser reconocidos.
—Como quiera —dije, y le segui hasta la puerta.
Dak se detuvo y continuo:
—Es posible que haya otros esperando. Si es asi, dispare primero y haga las preguntas despues; no le conviene hacer otra cosa.
Broadbent llevaba la varita desintegradora en la mano, oculta por la capa.
—?Marcianos?
—O terrestres. O los dos a la vez.
—Digame, Dak, ?era Rrringriil uno de aquellos cuatro que vimos en el bar de Casa Manana?
—Desde luego. ?Por que cree que le llame por el videofono para sacarle de alli y decirle que viniera al hotel? O bien le seguian a usted, igual que nosotros, o me seguian a mi. ?No lo reconocio?
—Naturalmente que no. Todos esos monstruos me parecen identicos.
—Y ellos dicen que nosotros somos todos iguales. Aquellos cuatro eran Rrringriil, su hermano acoplado Rrringlath y otros dos de su mismo nido, pero de linajes divergentes. Y ahora callese. Si ve a un marciano, dispare. ?Tiene la otra pistola?
—Si. Oiga, Dak, no se nada de lo que esta pasando, pero ya que esas bestias estan contra usted, yo sigo a su lado. Odio a los marcianos.
Dak parecio ofendido.
—No sabe lo que dice. No luchamos contra los marcianos. Esos cuatro son renegados.
—?Que? En tal caso, yo…
—Cierre el pico. Esta ya demasiado metido en esto para salirse. Ahora camine de prisa hasta llegar al ascensor expres. Yo cubrire la retaguardia.
Me calle. Estaba demasiado metido en aquel asunto, eso era innegable.
Caimos como una bala hasta los niveles inferiores a la calle y nos dirigimos hacia los tubos neumaticos. Una capsula de dos pasajeros acababa de llegar. Dak me hizo entrar de un empujon y no tuve tiempo de ver como marcaba el numero de destino. Pero no me sorprendi cuando el cinturon automatico de detencion se abrio y pude ver el parpadeante anuncio luminoso “ESPACIOPUERTO JEFFERSON —
Tampoco me preocupaba mucho en que lugar me encontrase, mientras fuera lo mas alejado posible del Hotel Eisenhower. Los pocos minutos que habia estado en el tubo neumatico habian sido suficientes para que me formase un plan… Vago, sin detalles y sujeto a cambios sin previo aviso, como dice la letra pequena de los contratos, pero un plan al fin y al cabo. Podia describirse con una sola palabra: ?desaparecer!
Aquella misma manana el plan me habria resultado dificil de realizar; en nuestra civilizacion, un hombre sin dinero se encuentra tan indefenso como un recien nacido. Pero con cien imperiales en el bolsillo podia ir lejos y de prisa. No me sentia en deuda con Dak Broadbent. Por sus propias razones… que no eran las mias, casi habia conseguido que me mataran, luego me habia hecho ayudarle a eliminar los rastros de un crimen, y me habia convertido en un fugitivo de la justicia. Pero la policia no nos habia alcanzado, por lo menos hasta aquel momento, y ahora, una vez me sacudiera de encima a Broadbent, podia olvidarme de todo aquello y pensar que habia sido una pesadilla. Parecia improbable que nadie me relacionase con el asunto, aunque llegasen a descubrir lo sucedido… Por suerte, un caballero siempre lleva guantes, y yo solo me habia quitado los mios para colocarme el maquillaje, y luego durante la macabra limpieza en el cuarto de bano.
Aparte de la simpatia propia de un adolescente que senti al pensar que Dak luchaba contra los marcianos, yo no tenia ningun interes por sus planes, e incluso esa simpatia se desvanecio cuando supe que le gustaban los marcianos en general. No queria tocar su empleo para actuar de doble ni a una distancia de cien metros. ?Al diablo con Broadbent! Todo lo que yo deseaba en la vida era el dinero suficiente para mantener juntos cuerpo y alma, y una oportunidad para poder practicar mi arte; el jugar a policias y ladrones no me tentaba en absoluto… no era mas que mal teatro.
El Espaciopuerto Jefferson me parecio hecho a la medida para mis proyectos de desaparicion. Lleno de gente apresurada, con muchas idas y venidas, y una red de tubos neumaticos que salian de alli con destino a todas partes. Si Dak apartaba los ojos de mi persona aunque solo fuese medio segundo, cuando quisiera darse cuenta yo me encontraria a medio camino de Omaha. Me quedaria quieto durante unas semanas y luego me pondria en contacto con mi gente para saber si alguien me andaba buscando.
Pero Dak hizo que yo saliera de la capsula delante de el, o de otro modo le habria cerrado la puerta en las narices y huido de alli como un rayo. Hice como si no notase nada y me pegue a el como un perrito mientras subiamos por la cinta transportadora en direccion al gran vestibulo central. La cinta transportadora nos dejo justo entre los mostradores de la Pan-Am y de las Lineas Espaciales Americanas, pero Dak atraveso la enorme sala llena de gente, dirigiendose hacia el despacho de Diana, Ltd. Pense que iba a comprar billetes para el correo nocturno a la Luna, aunque no pude comprender como pensaba hacerme pasar a mi sin pasaporte ni certificado de vacunacion; sin embargo, ya habia visto que Broadbent tenia recursos para todo. Decidi que el momento mas propicio para perderme seria cuando sacase la cartera para pagar; cuando un hombre cuenta su dinero, siempre hay unos instantes en que sus ojos y su atencion estan completamente ocupados.
Pero pasamos por delante del despacho de Diana, Ltd, sin detenernos y nos metimos por un pasillo con el rotulo