cualquiera lanzar cualquier cosa. ?De acuerdo?

Kinsman se oyo a si mismo decir:

—Incluyendo cohetes con tropas para quitarnos Selene…

—Correctisimo —dijo Harriman—. Te dare la mas alta calificacion. Pasa al frente de la clase.

Repentinamente Kinsman quedo sin aliento, agitado como si hubiera corrido una carrera de obstaculos.

—Hugh, si pudieramos hacer eso…

—Eso garantizaria la independencia de Selene, nos libraria de cualquier ataque y les impediria comenzar con su guerra. Por lo menos, no podrian lanzarse proyectiles cohete mutuamente.

—Pero… —Kinsman estaba aun tratando de recuperar su aliento—, pra controlar las redes ABM, tenemos que apoderarnos de las estaciones espaciales tripuladas.

—Asi es. Que es posiblemente la razon por la cual ni siquiera pensaste en ello.

—?Por que?

—Simple psicologia, mi amigo —explico Harriman—. A pesar de tu alto grado militar, no eres un hombre violento. No quieres herir a nadie. Supiste ver el modo de independizar a Selene porque pensabas que no habria lucha de ninguna clase. Pero apoderarse de las estaciones espaciales…, es otra cosa. Los tipos de las estaciones no son luniks. Ellos lucharan contra ti.

Kinsman asintio con la cabeza.

—Se necesitara algun derramamiento de sangre —dijo Harriman, con tono grave—. No ha habido ningun movimiento politico en toda la historia que no haya derramado sangre.

Maldicion.

Pat Kelly habia pasado gran parte de la manana buscando a Frank Colt. Despues de un par de horas esteriles tratando de que el sistema de telefonos dirigido por computadora lo encontrara o lo hiciera encontrar, Kelly finalmente abandono su minuscula oficina —y el trabajo que se suponia estaba haciendo— y se fue personalmente a buscar al mayor de color.

Era casi mediodia cuando lo encontro afuera, en las instalaciones de catapulta y lanzamiento, al final de uno de los tuneles mas largos de Selene. La instalacion estaba en su mayor parte en el subsuelo, pero la catapulta de diez kilometros estaba en la superficie. Su estructura de acero en angulo parecia eterea en comparacion con las estructuras en la Tierra. Sin embargo seguia pareciendo audaz y nueva comparada con las cansadas y antiguas colinas y la gastada y perforada planicie del Mar de las Nubes.

El centro de control estaba en una pequena cupula en la superficie. Daba la impresion de ser una torre de control de un aeropuerto menor de la Tierra. Esto era asi principalmente porque cumplia las mismas funciones. Pero en lugar de guiar aparatos que llegaban y salian del aeropuerto, este centro solo manejaba trafico de salida: el envio de provisiones que eran lanzadas a las improductivas estaciones espaciales tripuladas en orbita alrededor de la Tierra.

Apenas abandono la escalera mecanica y puso un pie sobre el suelo de plastico de la cupula, vio a Colt de pie en medio de los amontonados escritorios y consolas electronicas que cubrian la larga ventana curva en el otro lado. La cupula estaba escasamente iluminada, y en las sombras una docena de hombres estaban sentados tensamente sobre sus mesas de controles, observando las luces que se encendian y apagaban y los informes que producian las computadoras, a la vez que oian las ordenes y actualizaciones de datos a traves de los minusculos auriculares que todos llevaban.

A traves de la ventana Kelly vio un voluminoso cilindro sin alas descansando a un extremo del largo trayecto de la catapulta.

Tanto Colt como Kelly permanecieron en silencio e inmoviles en extremos opuestos de la cupula, mientras el equipo de lanzamiento llevaba a cabo las ultimas etapas de la operacion en el tono frio y preciso de su profesion.

—T menos treinta segundos. Contando.

—Estacion Beta responde.

—Conectar energia.

—Todos los relevadores del trayecto en verde.

—T menos quince segundos…

A lo largo de la serie de paneles de control sobre las mesas, dos luces fueron pasando del ambar al verde, como un adorno de Navidad. En el extremo derecho de la fila de consolas las luces de LISTO y FUEGO del control de lanzamiento aun estaban rojas. El hombre del control estaba sentado de espaldas a Kelly, con sus ojos clavados en el panel de luces.

—Energia interna conectada.

—Guia terminal y control, en verde.

—Impulsadores, en verde.

—T menos diez segundos.

El hombre del control de lanzamiento movio dos llaves con la mano derecha y las dos ultimas luces rojas cambiaron a verde.

—Secuenciador automatico conectado.

—Conectar todo el trayecto.

—Beta confirma tiempo y angulo de recuperacion.

—Todos los sistemas en verdes.

—Tres… dos… uno… ?lanzado!

Todos quitaron la mirada de sus consolas. El enorme cilindro comenzo a moverse, se convirtio en una cosa difusa casi inmediatamente y se hizo invisible mientras recorria el largo trayecto.

—Radar —dijo el control de lanzamiento, con apenas alguna tension en su voz.

Del otro extremo de la fila de escritorios vino una voz de mujer:

—En el punto exacto.

El hombre del control de lanzamiento se quito el pequeno auricular y se puso de pie.

—Muy bien, perfecto. Pero nadie se mueva de aqui hasta que la Estacion Beta ubique la nave y confirme la trayectoria.

Se echaron hacia atras en sus sillas. Algunos sacaron cigarrillos y los encendieron. Una vez roto el encantamiento, Kelly se acerco seriamente a Colt.

—Frank, ?puedo hablar contigo?

Colt se dio vuelta al oir su nombre. Se mostro sorprendido, luego intrigado, y nuevamente sorprendido mientras Kelly se acercaba lo suficiente como para que el otro lo reconociera en la tenue luz.

—?Pat? ?Que haces aqui?

—Te buscaba —respondio Kelly.

—?Que ocurre?

—Tengo que hablar contigo. En algun lugar tranquilo.

Colt lo miro largamente.

—Estoy controlando la defensibilidad del centro de lanzamientos. Seria facil para los rojos destruir este lugar; todo lo que necesitan es un par de bazookas.

Kelly se dio cuenta de que el otro tenia razon.

—Pero tienen que trasladarse por la superficie para llegar alli. El tunel puede ser defendido muy facilmente.

—?Eh, hombre! —sonrio Colt—. ?Estas comenzando a hablar como un soldado!

—Y cualquiera que se mueva en la superficie es terriblemente vulnerable —concluyo Kelly, ignorando la pulla del otro.

—Son vulnerables en la medida en que uno sepa que vienen, y descubra sus intenciones —agrego Colt.

—Podriamos instalar un perimetro de alarmas laser. Seria facil de hacer, y nadie tiene por que saberlo.

Colt enarco las cejas.

—Aja, y eso seria suficiente, ?no es cierto?

—Tengo que hablar contigo —repitio Kelly—. En privado.

Вы читаете Milenio
Добавить отзыв
ВСЕ ОТЗЫВЫ О КНИГЕ В ИЗБРАННОЕ

0

Вы можете отметить интересные вам фрагменты текста, которые будут доступны по уникальной ссылке в адресной строке браузера.

Отметить Добавить цитату